domingo, 21 de agosto de 2022

lunes, 27 de junio de 2022

El Crimen de la Venta Ramírez, el caso más antiguo de los últimos dos siglos

El Crimen de la Venta Ramírez, el caso más antiguo de los últimos dos siglos
En 1884, un pastor halló un cuerpo sin vida en la zona abrupta del barranco de San Telmo


El crimen de la Venta Ramírez aparece en los anales de la historia del crimen en España.
   
JOSÉ ÁNGEL PÉREZ 20:28 • 26 JUN. 2022

El crimen de la Venta Ramírez aparece en los anales de la historia del crimen en España. Un crimen de odio larvado durante muchos años que enfrentó a dos familias conocidas en la Almería de aquellos tiempos. Posiblemente este caso sea el crimen más antiguo o conocido a nivel popular en la provincia almeriense en los últimos dos siglos.

El 13 de febrero de 1884, sobre las once de la mañana, Antonio Hernández Soler, un pastor que llevaba sus cabras a pastar, informó a una pareja de la Guardia Civil del servicio de carreteras sobre la presencia de un cuerpo sin vida en la zona abrupta del barranco de San Telmo, cuyo cadáver semioculto entre matorrales y pencas se avistaba desde donde se encontraba el pastor y su rebaño.

Los agentes desplazados hasta el lugar- donde en la actualidad se encuentra Bayana- comprobaron de inmediato que el cadáver correspondía a un hombre fallecido por una muerte violenta. En una de las manos aún llevaba una tijera de podar y según las estimaciones de los agentes de la Benemérita el hombre llevaba ya muerto entre cuatro y cinco horas. 

El cuerpo tenía dos heridas por arma de fuego cuyos perdigones de posta se habían expandido especialmente sobre la zona torácica y miembros inferiores, presentando además otra herida profunda en la cabeza, posiblemente y por sus características la que definitivamente le ocasionara la muerte. Estaba boca abajo y fue tiroteado por la espalda. No le dio tiempo a utilizar la escopeta que siempre llevaba consigo. El arma se halló en la pequeña vereda de acceso al barranco a unos dos metros del cadáver. Fue cazado mientras cortaba unas plantas.

La víctima fue identificada como José Ramírez Padilla, propietario de la popular y conocida Venta Ramírez existente a unos dos kilómetros de donde se halló el cadáver.

Según declararon entonces los familiares, ese día a primeras horas de la mañana la víctima pensaba ir a su finca situada a poco más de un kilómetro de su casa para sembrar un bancal de patatas y además tenía concertada para antes de medio día la venta de unos sacos de simiente a dos agricultores de la zona.

Sin embargo José Ramírez Padilla no llegó al cortijo El Balsón. Alguien acechándole y en la penumbra de las primeras luces del día le descerrajó dos tiros que acabaron con su vida. Nada más conocerse el asesinato, de inmediato la Guardia Civil centró sus investigaciones en una familia vecina conocida como “Los López” empleados en el cobro de la renta de consumo en el fielato, sospechosos de su implicación en el crimen. A la Benemérita le constaban la existencia de numerosas amenazas de muerte por parte del patriarca de la familia Diego López Gómez de 62 años contra los miembros de Los Ramírez, enfrentados según se decía, desde muchos años antes por unos problemas de tierras. La víctima incluso informó al propio gobernador civil y en el juzgado sobre estas amenazas que le llegaban por medio de “avisadores “e incluso mediante cartas. Ambos clanes familiares sostenían desde hacía años frecuentes enfrentamientos en los que no faltaron tumultos y riñas con cruce de disparos de por medio.

Investigación

Según la investigación de la Guardia Civil-reflejada en la sentencia de la Audiencia de Almería-Diego López, el patriarca y uno de sus hijos buscaron a un oscuro personaje para asesinar a Ramírez. Habían ideado una fórmula para quitárselo de en medio. 

Se trajeron de la localidad de Polopos a Antonio Moreno Martín de 38 años, un individuo de mala fama y de escasos recursos económicos a quien colocaron como tapadera en el negocio de la renta de consumo, aunque el auténtico fin de su venida hasta Almería fue para acabar con la vida de José Ramírez Padilla como así quedó sobradamente probado durante la celebración del juicio en la capital. Sobre este sujeto en particular la Guardia Civil fijó toda su atención con el objetivo de esclarecer el caso.

El día del crimen por la mañana alguien lo vio escopeta al hombro merodeando por las inmediaciones de la Venta Ramírez y el barranco de San Telmo. 

Las declaraciones de un testigo, José Estrella, echaron por tierra todas cuantas coartadas se había preparado el sujeto que incluso después de asesinato se afeitó la barba para cambiar de apariencia, alegando que lo hizo por los calores. La Guardia Civil le aclaró que aún faltaba para el verano y que se encontraban en el mes de febrero. Incluso el mismo día del asesinato y antes de su detención, el criminal se encontró fortuitamente con el cabo de carabineros José Araus Martín a quien le dijo que tenía intención de marcharse a Madrid porque había tenido unos problemas con Los López a los que consideraba unos sinvergüenzas. Ignoraba que la Guardia Civil ya lo tenía enfilado como principal sospechoso.

Una vez detenido nuevos testigos declararon haberle visto por el camino de Enix, alejándose de prisa por la zona la misma mañana del crimen, incluso unos días antes de cometer el asesinato Antonio Moreno le preguntó al alguacil del juzgado sobre qué pena se le imponía a quien matase a un hombre. Fue de alguna manera un crimen anunciado. Toda la gente del entorno de Los Ramírez sabía que el patriarca estaba amenazado de muerte. Los López se la tenían jurada.

En relación con el caso la Guardia Civil arrestó junto a Antonio Moreno Martín a Diego López Gómez de 68 años y a otras ocho personas más, los siete hijos y un sobrino del patriarca familiar por su implicación en el crimen.

La Audiencia Provincial de Almería condenó el 27 de noviembre de 1885 a Antonio Moreno y Diego López a las penas de cadena perpetua por considerar al primero autor material del crimen y al segundo inductor del asesinato sentencias que fueron firmadas por el magistrado ponente José Muñoz y Gaviria junto a los jueces Carlos Halcón y Manuel Yaquero.  Los hermanos Francisco, Juan, Diego y Luis López Rubio fueron condenados a penas entre los 15 y 17 años de prisión. Lo otros dos hermanos y el sobrino fueron absueltos.
El Crimen de la Venta Ramírez, el caso más antiguo de los últimos dos siglos | La Voz de Almería

La vida del republicano almeriense más querido

La vida del republicano almeriense más querido
Manuel Pérez García, profesor, político y periodista, tuvo un cañón de artillería bajo su pluma


La calle Las Tiendas y al fondo la Plaza que lleva su nombre, durante el homenaje a Manuel Pérez García en 1933.
   
MANUEL LEÓN  • 25 JUN. 2022 / actualizado a las 00:13 • 26 JUN. 2022

Su itinerario fue siempre el mismo durante años, el de Manuel Pérez García, profesor, político, periodista, hombre de ciencias y de letras a un tiempo, idealista consumado de las causas posibles e imposibles, romántico de la pluma y resolutivo catedrático de física y de química, peleón pero querido por todos (hoy sería un buen administrador de grupos de chats): salía de su casa de la calle Regocijos -donde de niño jugaba a las bolas con su querido amigo, colega y correligionario Pepe Jesús García- y se encaminaba Paseo del Príncipe abajo, tras tomar café en El Suizo, hasta torcer por el  Círculo Mercantil y llegar al Instituto, su Instituto público, laico, neutro como el buen jabón, como a él le gustaba que fuera todo en la vida. 

Con corbata de chalina en la pechera y simpatía en el espíritu, penetraba hasta el viejo claustro de los dominicos saludando al conserje y de inmediato comenzaba sus clases de Agricultura, de física o de química intentando instruir a aquellos alumnos que lo miraban al sabio con la boca abierta.  Con Manuel Pérez García, daban clases en esos primeros años del siglo XX en el Instituto, ahora Escuela de Arte y Oficios, otros profesores legendarios como Antonio Tuñón de Lara, Luis Arigo, Hilario del Olmo, Baldomero Domínguez o Gabriel Callejón. Por su magisterio pasaron cientos de muchachos almerienses que lo recordaron toda la vida con todo el afecto que se le puede tener a quien te  enseña cosas tan enigmáticas como el álgebra o el Principio de Arquímedes. Manuel Pérez, republicano casi genético, empezó a dar clase en Almería en 1905, tras volver de Madrid y ganar la cátedra de Física y Química por oposición y desde 1921 fue, además, secretario de ese Instituto donde había estudiado antes su admirado Nicolás Salmerón y donde dio clases durante seis meses en 1908 a un niñito granadino llamado Federico y apellidado García Lorca.

Escribió Manuel, durante ese tiempo de profesor, tres obras didácticas: Elementos de Agricultura, Nociones de Higiene y Economía Doméstica y Ciencias Físicas y Naturales. Compaginaba además su labor como docente con un laboratorio químico en Rambla Alfareros y una academia de clases particulares en su propio domicilio familiar, justo al lado de donde hoy está la redacción de la revista Foco sur que dirige el lubrinense Diego García Campos.

Pérez García, a tenor de lo que ha quedado escrito sobre él en publicaciones de la época, fue uno de los almerienses más interesantes de su tiempo: poliédrico, como la gente que piensa en lugar de embestir a lo blanco o a lo negro, omnipresente durante décadas en la vida de la ciudad, por donde uno tirase -por una página o por una calle- aparecía este don Manuel, caracterizado por unos ojos vivarachos oscuros como la pez y un sombrerazo acabado en punta de higo.

Nació en 1867 en el Cortijo El Tagarate, en una familia campesina, Su padre tenía una finquita por donde hoy está la Estación de tren y se dedicaba también a la venta de aceite. Tenía cuatro hermanos más: Rogelio (abogado) -antepasado del Luis Rogelio que fue alcalde antes que el actual- Arturo (médico), José (ingeniero militar) y Juan (procurador de los tribunales). Todos marcharon a estudiar a Madrid a finales del siglo XIX y su madre se fue con ellos, alquilando una casa con derecho a cocina junto a la Posada del Peine, en la calle Postas, para que sus avispados hijos pudieran estudiar.

Manuel había obtenido Mención de Honor en el Instituto durante el Bachillerato y en 1885 comenzó sus estudios en la Facultad de Ciencias, licenciándose en 1891. Después, ingresó por oposición en el Laboratorio Municipal de Madrid.

Allí inició también, de la mano de su admirado paisano Nicolás Salmerón, su actividad periodística como redactor y director de La Justicia, diario salmeroniano y, por tanto, de advocación republicana. Desde allí, lideró una campaña en prensa reclamando mayores libertades para Las Filipinas. Pero, el esforzado almeriense, el fecundo periodista ya consagrado en la Villa y Corte, decidió dar un giro a su vida y volver a Almería, a su Almería, ya con alguna cana pintada. 

Ya estaba casado con Josefa Almansa, con la que crio cuatro hijos: José, Amparo, Juan y Arturo. Y en Almería, además de las clases, siguió con su  intrépida labor periodística desde las páginas de El Radical y fundando El Popular en 1910. Fue un defensor fogoso de la enseñanza laica frente al diario católico La Independencia ungido por el Obispado y promovió como pocos la finalización del Parque NIcolás Salmerón (entonces de Alfonso XII) que hoy disfrutamos. A él se debe también el impulso dado a la procesión cívica por Los Coloraos a partir de 1899, que había empezado a languidecer, llevando a hombros el sarcófago para trasladarlo al nuevo emplazamiento en la Plaza de la Constitución con una vistosa carroza. Sus hijos pequeños se vistieron en el acto de 1901 con trajes de época de la Guerra de la Independencia encabezando la comitiva.

Fue concejal desde 1907 a 1918 y su sueño era unir a todos los republicanos de Almería bajo el reformismo de Melquiades Alvarez. Fue presidente del Círculo Republicano, en la calle Castelar, y del Grupo Germinal, un racimo de románticos muchachos que trabajaban bajo el lema de ‘Justicia, Ciencia y Progreso’ y que se enfrentaron al mismísimo fundador del PSOE, Pablo Iglesias Posse, cuando vino a Almería en 1900 a un acto de propaganda. También se decepcionó Manuel Pérez con el diputado cunero Augusto Barcia, y lo escribió en negro sobre blanco, cuando consideró que se había arrimado demasiado al caciquismo de los Giménez de Antas y de Vera. Nunca descansaba don Manuel, siempre con el tintero lleno, siempre con la pluma presta.

Sin embargo, cuando empezó el Directorio de Primo de Rivera en 1923 se inhibió de la política, se concentró en sus clases, en sus alumnos, aunque fallecería muy pronto, en 1927, con apenas 60 años. Fue protagonista de uno de los sepelios más multitudinarios que se recuerdan en la ciudad, presidido por sus amigos y colegas Tuñón, Plácido Langle, García Algarra, Juan Compani, Bustos, que llevaron el féretro. Al llegar su carroza fúnebre al cementerio de San José, seguido de una comitiva de autos y coches de caballos, fue enterrado con una modesta lápida en el cementerio civil, que se llenó de de coronas, cestas y ramos de flores, algunas de ellas enviadas por sus rivales del Partido Conservador. Su nieto mayor, Manolito Pérez Pérez, tomó un ramo de gladiolos de la tumba aún caliente de su abuelo y lo depositó en la de Pepe Jesús García, su gran amigo, que estaba al lado, que sigue al lado, en ese lugar alejado del rumor del centro de la ciudad al que todo el mundo termina llegando algún día.

A pesar de sus ataques con la pluma a todo lo que se moviera en Almería, tuvo la rara habilidad de ser querido hasta por sus acérrimos enemigos.  La Plaza junto a los Refugios de la Guerra lleva su nombre y en 1933, durante la República que tanto anheló sin poder verla en vida, el pueblo de Almería le tributó un espectacular homenaje con una velada necrológica en el Ayuntamiento.

La estirpe republicana de ese don Manuel Pérez tan apreciado siguió viva a través de su hijo José Pérez Almansa, también concejal republicano del Ayuntamiento de Almería. Y después a través de su nieto, el abogado Juan José Pérez Pérez, que volvió a recuperar el acto de los Coloraos, junto al escritor José Miguel Naveros, en 1979, y por último, esa sangre sigue corriendo por las venas del abogado y exdecano del Colegio de Abogados de Almería, José Arturo Pérez, bisnieto de aquel probo almeriense que soñó toda su vida con una república que llegó cuando él ya no estaba y que muy pronto iba a ser aniquilada por la fuerza, no de las urnas, sino de las armas.
La vida del republicano almeriense más querido | La Voz de Almería

Historia de la primera patera

Historia de la primera patera
El 15 de agosto de1991, cuatro rifeños de Ketama vararon su barcaza en Adra


Inmigrantes subsaharianos apiñados como sardinas a bordo de una lancha neumática. LA VOZ
   
MANUEL LEÓN 23:34 • 20 MAY. 2018

Cuando Boitiar, Mohines, Boldo y Tamisslaud, cuatro morillos de alma aventurera, embarrancaron en la playa de La Rosalida de Adra, no sabían -nunca lo llegaron a saber- que estaban haciendo historia.

Era el 15 de agosto de 1991, clareaba el día después de una noche de luna llena y se habían convertido en los primeros inmigrantes que tocaban playa almeriense con la proa de una patera.

Les duró poco, sin embargo, la emoción de pisar nueva tierra: a las 7.30 de la mañana, la Guardia Civil de Adra avistó la embarcación varada y procedió a la detención de los grumetes que no llevaban ninguna identificación, pasando a disposición del titular del  juzgado de Berja, según la crónica apresurada de los sucesos de ese día firmada por el inolvidable Antonio Jiménez.

Después de la singladura inaugural de aquellos  marcopolos rifeños,hace ahora 27 años, fueron llegando -siguen y seguirán llegando por siempre- cientos y miles. Unos han ido siendo repatriados, otros pudieron escapar del cerco policial o duermen para siempre, con la panza hinchada y el rostro cerúleo, en el fondo del Mar de Alborán.

Fue la televisión lo que engolfó a esos cuatro jóvenes en su Ketama natal; fueron esas imágenes de abundancia que aparecían en las series francesas y españolas lo que les abrió el apetito del sueño europeo: esas calles con coches relucientes, esas viviendas confortables, esos jardines de hierba mojada. Todas las noches  de ese verano se las pasaron los cuatro, junto a otros del pueblo, mirando la tele en la puerta, con una taza de  té entre los dedos, discutiendo  sobre la verosimilitud de lo que asomaba por la pantalla.

Mohines, el mayor, de 29 años, agricultor, con esposa y tres hijos,  era el que con más ahinco rumiaba la excursión a la tierra prometida, el que más se emocionaba con alcanzar ese mundo ubérrimo de leche y miel; Tamisslaud, el que más hierba fumaba, con el pelo ensortijado, era carpintero; Boitiar, con una camiseta de Butragueño y la publicidad de Zanussi, se dedicaba a apacentar ganado; el benjamín era Boldo, con 19 años, sin oficio conocido más allá de pasar resina de hachís a los italianos que subían  cada año en motocicleta hasta esa montaña desde Alhucemas.

Era Ketama entonces, cuando se unció el deseo de partir en el corazón de esos cuatro temerarios, un poblado de casas de yeso rodeado de plantaciones infinitas de cannabis, con un hotelito blanco que disponía de agua corriente para los extranjeros y que estaba clavado en una calle principal de tierra cenagosa donde, en los días de mercado, los rifeños montaban tenderetes con lona y alambres de los que colgaban   cabezas de cordero con los ojos desorbitados. La algarabía se adueñaba esas mañanas de la aldea, con esos magrebíes orgullosos, herederos de la estirpe de AbdelKrim, discutiendo el valor en dirham de las mercancías.

Se había corrido la voz, de poblado en poblado, de que Europa iba a limitar la entrada de extracomunitarios y desde finales de los 80 -1988 concretamente- habían empezado a llegar las primeras pateras a las playas de Cádiz.

Algeciras y Tarifa estaban ya muy familiarizadas con esos desembarcos clandestinos cuando Almería aún permanecía virgen. Hasta que en el mes de mayo de ese año de 1991 entró en vigor la obligatoriedad del visado para los súbditos magrebíes, ante los primeros ensayos del espacio Schengen,  y los cuatro amigos de Ketama decidieron no esperar más: compraron por 4.700 francos una barca sin quilla, en desuso, a un pescador de La Mar Chica de Nador y el ebanista Tamisslaud le calafateó las juntas con masilla, estopa y alquitrán, le equilibró las cuadernas y añadió traviesas para hacerla más sólida.

Juntaron algún dinero para incorporarle un motor fuera borda y decidieron salir una tarde agosteña de calor pegajoso desde una ribera de Cabo Tres Forcas, con un bidón de agua, unos dátiles en el bolsillo, una petaca de hierba para fumar, un machete en el bolsillo del chándal y una dirección del barrio madrileño de Aluche garabateada en una cuartilla.

Mohines gobernaba la patera con el compás entre las piernas, marcando un rumbo de 340 grados con una mar en  calma donde solo se oía el aleteo de los marrajos.Doce horas y 90 millas después, exhaustos de la travesía, avizorados por la Benemérita, el sueño europeo alentado por el televisor se había desvanecido para los cuatro rifeños en la cubierta del Melillero, con las ropas oliendo aún a salitre, mientras eran repatriados de nuevo hasta Nador por orden de Ramón Lara.

Unos días después llegó una segunda barcaza con ocho norteafricanos a bordo que fue avistada junto a Las Salinas de Roquetas, y otra de 54, interceptada en Balerma.

Se desencadenó así una maquinaria que, desde entonces, no ha tenido tregua y se acuñó para los protagonistas de este éxodo clandestino la denominación de espaldas mojadas, cuando aún se pensaba que pudieran ser traficantes de hachís, cuando aún no se entendía que a lo único que aspiraban con esas travesías en las que se jugaban la vida entre el oleaje, sobre una cáscara de nuez de 15 metros cuadrados, era a poder tener una nevera llena. Buscaban para desembarcar calas escondidas en La Habana de Adra, en Los Percheles de Punta Entinas, en la Cala Amarilla de San José y después incluso en las mismas playas populosas de Garrucha y Carboneras ante la sorpresa de los bañistas que creían que se trataba de un rodaje cinematográfico cuando veían a tanto negrito en un bote.

Tras las pateras de magrebíes, llegaron a Almería las avalanchas de subsaharianos. Eran ya hombres y mujeres negros azulados, de Mali o de Senegal, que, tras hacer cientos de kilómetros a pie desesperados en busca de la prosperidad, pagaban y siguen pagando cantidades desorbitadas a traficantes e intermediarios a cambio de un escaño en una triste canoa motorizada.

Fueron esos años en  los que en la prensa aparecía todos los días el nombre de un cura de El Ejido llamado Juan Sánchez Miranda que había creado Almería Acoge para, junto a Cruz Roja, abrigar con  un manta y reconfortar con una taza de café caliente a todos esos parias de la tierra que llegaban tiritando y con los ojos alucinados; hombres fuertes africanos transformados en despojos por la mala mar y mujeres con bebés amarrados a la espalda con un pañuelo, pertenecientes a etnias como los Bambara o Mandinka, como aquel Kunta Kinte, sollozando en dialectos ininteligibles para la Guardia Civil. Agricultores de la seca sabana, pescadores de Mauritania, pastores de Liberia, mercaderes de Guinea, que arriesgan  su vida desde hace treinta años por un porvenir -ayer sin ir más lejos Salvamento Marítimo rescató a 66 criaturas de dos pateras en operaciones que se han convertido ya en el pan de cada día- empeñándose casi de por vida con el patrón de la embarcación a cambio de un pasaje.

Qué habrá sido de Mohines, y Boitiar, por dónde andarán Tamisslaud y Boldo, en estas casi tres décadas transcurridas desde aquel día de la Virgen de agosto de 1991 en el que creyeron ser macistes. La primera patera fue portada de los periódicos, la última, la de ayer, apenas será recogida en un suelto, el mismo espacio que se le da a un delfín varado en alguna playa de la provincia.
Historia de la primera patera | La Voz de Almería

lunes, 20 de junio de 2022

Resultados Elecciones Andalucía 2022

El PP logra una histórica mayoría absoluta en Andalucía
PSOE, PP, Ciudadanos, Adelante Andalucía y Vox, los partidos que consiguieron escaños en el Parlamento en 2018

Elecciones Andalucía 2022 | La jornada electoral del 19J


Juanma Moreno gobernará en solitario. / ANTONIO PIZARRO

M. H. 19 Junio, 2022

RESULTADOS ELECCIONES ANDALUZAS
2015 2018 2022
Mayoría abs.: 55 escaños
Escrutinio:99.68%
(55)
TOTAL
109
 PP (58)
 PSOE-A (30)
 VOX (14)
 PORA (5)
 ADELANTE AND. (2)
Candidatura Votos Dip.
PP 1.582.412 (43.13%) 58
PSOE-A 883.707 (24.09%) 30
VOX 493.932 (13.46%) 14
PorA 281.688 (7.68%) 5
ADELANTE AND. 167.970 (4.58%) 2

El Partido Popular ha ganado las elecciones en Andalucía por mayoría absoluta y su candidato, Juanma Moreno, podrá formar gobierno en solitario en la Junta de Andalucía.

Con el total del voto escrutado, el PP suma 58 diputados y un 43,1 % de los votos. El PSOE se quedó en un 24 % de los votos y 30 diputados, tres menos que en 2018.

Vox obtiene 14 escaños y un 14,46 % de los votos, una modesta diferencia respecto a 2018, ocasión en la que sumó doce diputados.

La Izquierda pierde representación en el Parlamento, pasando de 17 escaños en la última legislatura a los 7 que tendrán ahora ente los cinco de Por Andalucía y los dos de Adelante Andalucía.

Los devastadores resultados de Ciudadanos en estas elecciones, quienes han pasado de 21 diputados a ninguno, han provocado la precipitada dimisión de Juanma Marín, quien, a pesar de haber encabezado lo que podría considerarse una buena campaña electoral, no ha sido capaz de convencer a los andaluces de cara a las urnas.

A través de esta página ha podido seguir en tiempo real el resultado de las elecciones en Andalucía 2022. Ofrecemos el escrutinio y el reparto de escaños que se obtiene tras la celebración de la jornada electoral en Andalucía.

Las elecciones en Andalucía eligen a 109 diputados que compondrán el nuevo Parlamento de Andalucía. Del signo político final de esos parlamentarios dependerá el gobierno que se conforme para la Junta de Andalucía.

Las circunscripciones electorales en Andalucía se corresponden con las ocho provincias y cada una otorga, según los votos recibidos los siguientes escaños: 11 diputados por Jaén; 17 por Málaga; 18 por Sevilla; 12 por Almería; 15 por Cádiz; 12 por Córdoba; 13 por Granada y 11 por Huelva.

En las últimas elecciones en Andalucía en 2018, el PSOE obtuvo 33 diputados, 26 el PP, 21 fueron para Ciudadanos, 17 para Adelante Andalucía y 12 para Vox.

Resultados por provincias en las elecciones andaluzas
Además de los resultados globales de las elecciones en Andalucía, a través de los siguientes enlaces puede acceder al resultado de las elecciones en Andalucía en las ocho provincias y conocer el reparto de votos y escaños en cada circunscripción de Andalucía.
Elecciones Andalucía 2022 El PP logra una histórica mayoría absoluta en Andalucía