Un estudio analiza cómo dejar de comer alimentos ultraprocesados se parece a desengancharse de las drogas
Es el primer consejo básico cuando queremos mejorar nuestra salud y bajar de peso: reducir y eliminar el consumo de alimentos ultraprocesados.
Estos productos suelen incluir azúcares añadidos, harinas refinadas, grasas de poca calidad, potenciadores del sabor y sal, lo que los convierte en una opción alimentaria no saludable.
Aun así mucha gente recurre a ellos porque son cómodos, baratos y tienen un buen sabor (para eso se les añaden los ingredientes mencionados).
El problema es que no solo alteran nuestro metabolismo y malacostumbran a nuestro paladar, sino que además, si solemos comerlos a menudo, eliminarlos de nuestro día a día puede ser un problema, no solo por la comodidad, sino sobre todo porque de alguna forma nos crean una dependencia que luego nos cuesta superar.
Los efectos de dejar los ultraprocesados
Un estudio realizado por la Universidad de Michigan ha evaluado los síntomas de abstinencia que padecen algunas personas cuando dejan de consumir alimentos altamente procesados.
Alimentos como la bollería, la pizza o las patatas fritas precocinadas, y ha elaborado con ellos una escala para evaluar la severidad de esos efectos en cada persona.
Es un efecto conocido en las sustancias adictivas como al tabaco, las drogas o el alcohol, con las que al dejarlo se producen efectos secundarios (ansiedad, dolores de cabeza, irritabilidad y depresión entre otros) que dificultan el proceso.
Entender que con la comida ultraprocesada puede ocurrir lo mismo es un paso clave para determinar si estos alimentos desatan procesos adictivos similares.
Para analizar esta cuestión, los investigadores crearon una herramienta para que los 230 participantes describiesen sus reacciones y cambios cuando redujeron la cantidad de comida altamente procesada, sin importar el sistema que habían utilizado para hacerlo (poco a poco o todo de golpe).
Tristes, irritados y con antojos
Los participantes relataron sentimientos de tristeza, irritabilidad, cansancio o antojo en el periodo de dos a cinco días iniciales tras ir reduciendo este tipo de alimentos.
Pero también que los efectos negativos se iban reduciendo y desapareciendo después, algo similar a lo que ocurre en el periodo posterior a dejar de consumir alguna sustancia adictiva.
Son resultados interesantes que podrían explicar al menos parcialmente por qué es tan difícil para algunas personas dejar de consumir este tipo de alimentos:
no solo son sabrosos, cómodos y baratos, sino que además, al dejar de consumirlos hay que aguantar un periodo de malestar y sentimientos negativos.
La buena noticia es que esos efectos duran solo unos días, y luego la mejoría se hace perceptible.
Hay que tener en cuenta en cualquier caso que para considerar adictiva a la comida ultraprocesada hacen falta más estudios.
La adicción es un tipo de trastorno psicológico con el que no se debe banalizar.
Pero estos resultados ayudan a entender el efecto que estos alimentos tienen en nuestro cuerpo y porqué es mejor evitarlos.
Un saludo.
Gabriel Gaviña
Fuente:
1. Schulte EM et al. “Development of the Highly Processed Food Withdrawal Scale”. Appetite. 2018 Sep 15;131: 148-154.
2. Vitónica.com/wellness
Los efectos de dejar los ultraprocesados
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