jueves, 10 de diciembre de 2015

Los misterios de la mina de espejuelos de la Antigua Roma, al descubierto

Los misterios de la mina de espejuelos de la Antigua Roma, al descubierto

10/12/2015, 07:00Guillermo Mirón





El Ayuntamiento ha comenzado la puesta en valor de galerías subterráneas de hace 2.000 años



El alcalde y el secretario del Ayuntamiento en la entrada a la mina.   La Voz.

Antaño, una de las bocas situadas en una zona rural de Arboleas que  se adentra en el subsuelo veía pasar a diario a numerosos trabajadores del Imperio Romano en busca de un preciado mineral. Lo que escondían las entrañas de Arboleas no era otra cosa que ‘lapis specularis’, la piedra también conocida como espejuelos que servía a modo de cristal para la fabricación de ventanas, objetos decorativos y otros muchos utensilios.



Ahora, el Ayuntamiento pretende que sean los turistas quienes se adentren por la boca por la que hace 2.000 años desfilaron trabajadores romanos dispuestos a recorrer metros y metros de galerías. El proyecto para la puesta en valor de lo que pueden ser cientos de metros cuadrados de pasillos interconectados entre sí (está por determinar su longitud exacta) ha comenzado este mes con la primera fase, centrada en su desenterramiento y acondicionamiento de accesos.



Toda una incógnita

Para el alcalde de Arboleas, Cristóbal García, lo que guarda la mina subterránea en su interior “es el gran interrogante” que quedará al descubierto con la limpieza de escombros y el arreglo de los accesos existentes. Estas dos acciones que implica la primera fase del proyecto permitirá un análisis más exhaustivo de la mina, conociendo al detalle lo que guarda en su interior.



También dará luz sobre datos no menos importantes como los metros cuadrados de galerías existentes, lo que condicionará la segunda y última fase consistente en adecuar el interior de la mina para los visitantes. “Sabemos que puede haber  kilómetros de galerías pero también hay muchas especulaciones, por eso esta primera fase es tan importante”, añade el alcalde.



Inversión

El presupuesto destinado a la primera fase es de 160.000 euros y desde el Ayuntamiento arboleano prevén una cifra similar para la futura puesta en marcha de la segunda etapa. Una inversión total de 320.000 euros (de momento sufragados exclusivamente por el Ayuntamiento a excepción de 25.000 euros de la Junta) que bien merece la pena a tenor de los augurios del regidor.



“La relación que ha tenido con el Imperio Romano y con Pompeya creo que es lo más importante”, señala García sobre la importancia del yacimiento. “Nos da cierta grandeza porque no es que hayamos encontrado una covacha. Por aquí pasó gente que montó un complejo minero y que estuvieron trabajando muchos años llevándose ese material para Roma”, detalla con la expectación de quien se encuentra con una parte de su historia a punto de ser descubierta bajo sus pies.



Subraya el regidor arboleano la importancia de la parte histórica de esta mina. Y no lo hace solo por su pasión a todo lo que huele a Historia. Sabe que  “presentarlo bien y explicarlo mejor” al visitante será la clave para que estas minas se conviertan en uno de los referentes turísticos de la provincia aunque él apunta más alto. “Las minas de Arboleas van a ser un símbolo de todo el Mediterráneo español”.



Atractivos

La puesta en valor de estas minas es inaudita en esta zona de la provincia aunque en otros lugares donde también se extraía el ‘lapis specularis’ como es el caso de Cuenca, las diferentes administraciones han apostado por su recuperación permitiendo en algunos casos una visita espectacular debido a la belleza del mineral que invaden las galerías.



De momento el alcalde tiene la intención de continuar hasta el final “sí o sí” y ya sueña con ofrecer al visitante un recorrido “virtual” para discapacitados y zonas que no puedan ser visitadas y con iluminar el yacimiento “con lámparas LED incrustadas en los cristales con el fin de que sea la propia roca la que ilumine”, según explicó el regidor a La Voz de Almería. Un proyecto basado en la historia y el pasado de Arboleas y que puede marcar su futuro.



Finalización prevista para 2016

La primera fase del proyecto de puesta en valor de la mina romana de ‘lapis specularis’ o espejuelos ha comenzado en el mes de diciembre y según el Ayuntamiento está prevista su finalización “para el mes de abril o mayo” de 2016. Posteriormente comenzaría la segunda fase cuyo desarrollo dependerá de lo hallado en la primera fase si bien la intención del alcalde es la de acabar el proyecto para “finales de 2016”.

Los misterios de la mina de espejuelos de la Antigua Roma, al descubierto

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Gacelas bajo la Alcazaba de Almería

Los antílopes se crían en la ciudad porque es su clima ideal, y la desertización acosa los invernaderos de El Ejido sin que se sepa cuánto durará el agua
IÑIGO DOMÍNGUEZ Almería 2 DIC 2015 | España | EL PAÍS


Gacelas Dama en peligro de extinción, en la reserva de Almería. / CSIC

En Almería ciudad, al pie de la Alcazaba, corretean gacelas del Sáhara, y con esto ya uno se hace una idea de cuánto se parece este clima al de África. Unos pocos antílopes llegaron aquí, a una granja del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en 1971, y ya son más de 400. Viven como en su casa. Es más, en el caso de las gacelas Mhor es su única casa, porque en la original se han extinguido. Esta especie no existe en libertad. Este centro, que cría otras tres especies, las reintroduce luego en Senegal, Mauritania y Marruecos. "Es un lugar único, Almería es el sitio con un clima más parecido a su zona de origen. De hecho, cuando llegaron se les hizo un cobijo, por si querían meterse, y nunca lo hicieron", cuenta Teresa Abaigar, bióloga de la finca.

Almería es la zona más seca de Europa, pero no es de ahora, sino de hace miles de años. Eso no es preocupante. Otra cosa es lo que se está desertificando ahora mismo. "El desierto es un ecosistema de miles de años, con mucha diversidad, con interacción entre las especies, muy afinado. En cambio, en una zona desertificada todo es banal, la vegetación se muere", dice Juan Puigdefábregas, uno de los mayores expertos mundiales sobre el tema. Vicente Andreu, director del Centro de Investigación de la Desertificación (Cide) del CSIC, en Valencia, cree que se ignora el sentido real de este fenómeno: "Se piensa en dunas y camellos, pero es algo más profundo. Significa pérdida de productividad biológica por la acción humana, que impide sostener el ecosistema".

En España está ocurriendo esto, una humillación del paisaje, en cinco sitios, aunque solo representa el 1% del territorio dentro un panorama en el que el 30% del suelo nacional ya está degradado. La desertificación avanza, asociada a regadíos excesivos, en los nuevos olivares del Este de Andalucía, en los cultivos de La Mancha, donde se están secando el Júcar y varios ríos, y en el Valle del Ebro. También en la gran dehesa que va de Salamanca a Huelva, por culpa de las subvenciones comunitarias por cabeza de ganado, que han disparado la población vacuna.

Pero el caso más grave con diferencia es cerca de donde viven las gacelas: la zona de mayor riesgo de desertificación en España son las 30.000 hectáreas de cultivo intensivo de El Ejido. Una explotación masiva está agotando los acuíferos y salinizando las tierras. El Ejido corre el riesgo de parecerse aún más a África. En concreto, al delta del Níger. Es un caso de manual. Un gran ciclo de lluvias a partir de los años sesenta creó en este país una fértil región de cultivo, atrajo mucha inmigración, se aplicaron técnicas agrícolas agresivas y los campesinos se endeudaron. Luego llegó una terrible sequía. El negocio se hundió , pero la gente no se podía ir. El paraíso se acabó. Francisco Domingo Poveda, director de la Estación Experimental de Zonas Áridas (Eeza), situada también en Almería, avisa: "El Ejido podría también acabar así". ¿Cuándo? No se sabe, pero es un riesgo real.

Lo que se hace en Almería con el agua no lo encuentras en ningún lugar del mundo, porque sabemos lo que vale"

Lola Gómez, agricultora

Los agricultores de la comarca lo saben. "Cómo no lo vamos a saber, si vemos cada año cómo cambia el clima y llueve cada vez menos", admite Lola Gómez, una agricultora de 49 años con una empresa familiar. En El Ejido están hartos de que les pinten como desalmados que arruinan la tierra, explotan inmigrantes y encima dan tomates que no saben a nada. Lola tenía tres años cuando su padre plantó el primer plástico, hace casi medio siglo. Dieciséis cuando en 1981 dejó de regar por simple inundación del terreno y comenzó a utilizar el goteo. Ella es la siguiente generación, más consciente del problema, y lleva catorce años con agricultura biológica, combatiendo plagas con bichitos, cultivando sin suelo y con un circuito que reutiliza el agua. Hasta aprovecha el pelo de coco que le sobra a la industria del automóvil para el sustrato de las semillas. Sí, es increíble, las marcas de coches usan la cáscara del coco para fabricar salpicaderos. Es una de las cosas rarísimas que se aprenden en El Ejido de la lucha maníaca por el agua.

Lo cierto, asegura Lola, es que si en 1981 los agricultores de esta zona usaban 230 hectómetros cúbicos por año en 10.000 hectáreas, hoy en el triple de terreno usan 120. Están obsesionados con exprimir cada gota. El problema es que llevan décadas escarbando en busca de agua hasta 600 metros de profundidad. Confían en que la tecnología acabe salvando a más de 15.000 familias productoras y pequeñas empresas, y el último logro es la nueva desaladora de Campo de Dalías. Entrará en breve en pleno funcionamiento y esperan que en quince años aporte el 20% del agua.

Lola está harta de los prejuicios sobre el famoso mar de plástico: "Hablan mucho, pero cuando salgo de Almería y veo cómo derrochan agua en el resto de España me llevo las manos a la cabeza. Lo que se hace en Almería con el agua no lo encuentras en ningún lugar del mundo, porque sabemos lo que vale". Vale una media de tres personas empleadas por hectárea, es decir, unas 90.000.

"Sí, son muy buenos en eso, en regar poco", comenta escéptico Puigdefábregas. "Pero eso quiere decir que la sal sube. Cuando eso sucede cambian de sitio y es así como se va desertificando la zona. Casi trabajan sin suelo. Solo ocupan sitio y agua. Dicen que aprovechan el agua lo menos posible, pero es que ya eso puede ser demasiado. La situación es muy mala. Son acuíferos con una vida limitada, nadie sabe cuánto. Es un sistema explosivo, y con el problema de la intrusión marina: cuando baja la presión hidráulica en el subsuelo entra el agua del mar y el día que irrumpa definitivamente eso ya no tendrá solución. Haría falta más prudencia".
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