domingo, 9 de abril de 2023

Nace en Oasys MiniHollywood de Almería uno de los animales más amenazados de África

MEDIO AMBIENTE
Nace en Oasys MiniHollywood de Almería uno de los animales más amenazados de África
El un asno salvaje somalí es una especie muy amenazada en su hábitat debido a la caza furtiva y la sobreexplotación


El asno salvaje somalí es una especie muy amenazada en el mundo.

DIEGO MARTÍNEZ
09 Abril, 2023 - 12:19h

Con menos de doscientos ejemplares en medio libre, los asnos salvajes somalíes están al borde del abismo. Críticamente amenazados en su hábitat de origen debido a la caza furtiva y sobreexplotación de su hábitat por parte del hombre, ésta preciosa especie agoniza en libertad. Los pocos ejemplares presentes en vida libre se encuentran distribuidos por Eritrea, Somalia y Etiopía, y está extinto en Sudán y Egipto.

Por ello el Programa de Cría en Cautividad en los Zoológicos Europeos, entre ellos Oasys MiniHollywood, es de vital importancia para la Conservación de la especie. En España, sólo cuatro instituciones participan en el EEP (Programa de Conservación) de esta especie, debido a lo complicado de su mantenimiento y a la escasez de ejemplares disponibles.


El asno salvaje somalí que ha nacido en Oasys MiniHollywood en Tabernas.


El asno salvaje somalí que ha nacido en Oasys MiniHollywood en Tabernas.

El nuevo bebé de Asno salvaje Somalí (Equus africanus somaliensis) nacido en Oasys, un macho, ha sido llamado Matumaini que significa Esperanza en swahili, ya que será fundamental para la continuación de la cría en cautividad y perpetuación de su especie. Durante el período de gestación, que duró casi un año, su madre tuvo dificultades que hicieron temer por la vida del bebé, pero finalmente éste precioso ejemplar nació sin complicaciones, rondando los 30 kg de peso.

EL NUEVO BEBÉ HA SIDO LLAMADO MATUMAINI, QUE SIGNIFICA ESPERANZA EN SWAHILI

Permanecerá con la madre al menos los dos primeros años de vida antes de que la coordinadora de la especie le busque un nuevo destino con hembras con las que no esté emparentado genéticamente para poder tener descendencia y contribuir así a la perpetuación de la especie.

Programas de conservación
Oasys MiniHollywood participa activamente en la protección de las especies en peligro de extinción, en más de 90 programas europeos de especies en peligro en lo que se denomina Conservación ¨ex situ¨, intentando garantizar la supervivencia de estos animales amenazados.

Igualmente de importantes son los programas de Conservación ¨in situ¨, que realiza en los hábitats de origen, con acciones en Proyectos Internacionales de gran importancia que benefician a toda la Biodiversidad así como a las especies en peligro crítico de extinción y más amenazadas del planeta.

ENTRE EL 1 Y 2% DE LOS ANFIBIOS, AVES, Y MAMÍFEROS YA SE HAN EXTINGUIDO

Con las poblaciones de animales salvajes cada vez más reducidas debido a principalmente la acción del hombre, pérdida de hábitat, caza furtiva, y cambio climático, el trabajo de Conservación de los Zoológicos como el nuestro, es la última barrera para la desaparición de las especies. El pilar fundamental dónde mantener una genética estable y controlada que nos permitirá mantener poblaciones sanas y la posibilidad futura de reintroducir estos animales en sus hábitats de origen.

Entre el 1 y 2% de los anfibios, aves, y mamíferos ya se han extinguido, y en lo sucesivo va a empeorar. Más de un millón de especies de plantas y animales están en peligro crítico de extinción.

Por ello, el nacimiento de Matumaini en Oasys MiniHollywood ha sido una alegría inmensa para todo el equipo de profesionales veterinarios, biólogos y cuidadores especializados que día a día trabajan para la Conservación de los animales y la naturaleza.
Nace en Oasys MiniHollywood de Almería uno de los animales más amenazados de África

jueves, 6 de abril de 2023

Los fantasmas de las ‘reinas’ encantadas

Los fantasmas de las ‘reinas’ encantadas
Contaba la leyenda que en la noche de Navidad de 1879 se apareció una reina mora en Pechina


Restos del cortijo del Moreal o de los Percevales, en el término municipal de Pechina.

EDUARDO DE VICENTE • 04 ABR. 2023

En los parajes de Pechina, lugar de profunda tradición musulmana, nacieron leyendas de aquel tiempo que se fueron transmitiendo de generación en generación, historias que para muchas de aquellas gentes estaban llenas de verdades porque así se las habían hecho creer sus padres.

El historiador almeriense Joaquín Santisteban contaba que lindando con la estación del ferrocarril de Sierra Alhamilla, su padre, allá por el año 1870, compró la finca de Alcora, a la que las gentes del lugar llamaban “Alcorra”. En aquel tiempo el pueblo de Pechina estaba dirigido por la familia de los Alonso, por el notario Sáez, el médico Mariano Zamora y el cura Ignacio Andújar. Cuando los Santisteban compraron la finca lo primero que hicieron fue construir los cimientos para levantar la casa; cuando no se llevaba excavado todavía un metro de profundidad se descubrió un ataúd de metal cubierto de tierra, que al abrirlo mostró restos humanos que a juzgar por las telas tejidas en hilo de plata, y por un anillo de oro con signos árabes inscritos, se entendió que pertenecían a una mora rica.

Como suele ocurrir con este tipo de acontecimientos, la fantasía popular se encargó de exagerar el hallazgo, y si uno contaba el suceso añadiéndole un poco más de lo que había escuchado, al ir de boca en boca se transformó en un gran descubrimiento donde aparecían ánforas repletas de alhajas, polvo de oro que brillaba con la fuerza del sol, anillos llenos de pedrería y unos restos que eran los de una reina mora encantada que se había mantenido intacta a lo largo de los siglos. 

El féretro encontrado se volvió a enterrar y a los pocos días, al plantar las parras, se confirmó la existencia bajo el suelo fértil de la finca de un cementerio árabe. Eran tiempos donde era frecuente que la realidad y la ficción convivieran de la mano en las historias cotidianas que las gentes se contaban por las noches al calor de la lumbre en los cortijos. En realidad, debían de ser pocos los que creían en estas historias, hasta que en el año 1879, en la noche del 25 de diciembre, al resplandor de la luna se vio avanzar la silueta blanca de la reina mora con su brillante traje tejido de plata y coronada con flores de azahar.

Contaba el cronista Joaquín Santisteban, tal y como a él le contó muchos años después su padre, que el perro que guardaba la finca gruñía pero no ladraba, y que el cortijero, mudo de terror, no pudo disparar la escopeta y se hincó de rodillas mientras contemplaba con la boca abierta como la blanca sombra rodeaba la casa y después se esfumaba entre un racimo de nubes.

Aquella sombra como sacada de un encanto volvió a aparecer dos veces más, en el año 1885 y en 1893. Fue la esposa del cortijero la que se encargó de divulgar por el pueblo y sus contornos aquel suceso extraño que poco a poco fue conmocionando a las gentes, que confirmaron así sus antiguas creencias. De aquel acontecimiento salió una coplilla popular que decía: “Dichosa Alcora/que tienes encantada/ la reina mora.

La reina mora que rondaba en las noches de Navidad por el cortijo de Alcorra no era la única que tuvo intrigados a los vecinos de Pechina. A comienzos del siglo pasado todavía se hablaba de otra alma en pena que regresaba a la vida por unos instantes en las noches de San Juan. Este suceso tenía como escenario la finca de don Juan del Moral y Almansa, rico propietario emparentado con la familia Perceval desde su matrimonio con María Perceval Llorente. La hacienda estaba situada en las afueras de Pechina y disfrutaba de una intensa producción de uva que le proporcionaba importantes dividendos a la familia. 

De vez en cuando, don Juan del Moral se dejaba ver en el cortijo de Pechina, sobre todo en septiembre, cuando empezaba la recogida de la uva. Era la época del esplendor uvero, cuando el cortijo, también conocido como el de los Percevales, se llenaba de mujeres que allí se instalaban mientras duraban las labores de la faena. En aquellas noches de septiembre las mujeres se reunían en el porche y llegaban hasta la madrugada contándose antiguas historias del lugar. Casi siempre, después de intercambiarse las noticias de un lado y de otro, se terminaba hablando de lo mismo, de la leyenda de ‘la encantá’, que contaba los penas de amor de una princesa mora, favorita del rey, que anduvo por estos pagos y en ellos fue enterrada.

La tradición aseguraba que en las noches de San Juan la joven princesa se aparecía junto al pozo, y sentada en el pretil se pasaba un buen rato alisando su cabello con un peine de oro. Entre los más viejos siempre había alguno que aseguraba que en sus años de mocedad un pariente le había prometido haber visto con sus propios ojos a la enamorada y que en vano había intentado darle con una piedra, porque al parecer, era la fórmula para romper el encantamiento. Los habitantes del cortijo no vieron nunca a la mora de la leyenda porque tampoco nadie de la hacienda se atrevió a asomarse al pozo en la madrugada que la reina encantada aparecía.

Lo que sí encontraron, haciendo excavaciones en la galería para buscar agua, fueron restos de candiles, de vasijas, de baúles y cofres de la época musulmana.
Los fantasmas de las ‘reinas’ encantadas | La Voz de Almería