Tres hermanos de Pechina que venden apartamentos, pimientos y chopped
Francisco, Adelina y Antonio Salinas Clemente, en uno de sus modernos invernaderos en Pechina.
Tres hermanos de Pechina que venden apartamentos, pimientos y chopped
Francisco, Adelina y Antonio Salinas tienen promotora, constructora, apartahotel, supermercado y 55 hectáreas de invernadero
25/04/2017 Manuel León
Su padre -un empleado del Banco Exterior con oficina en el Paseo- los facturaba todos los veranos a Londres, a que ejercitaran el inglés bajo dos únicas condiciones: que no gastaran más de 400 euros y solo una llamada a la semana a cobro revertido.
Esa apertura de miras desde que tenían 12 años, que les inculcó su progenitor, les ha servido a los hermanos Salinas Clemente para no arrugarse tras el pinchazo inmobiliario y dar el salto al invernadero abriendo mercados en Austria, Finlandia, Suecia o Chequia, en el tiempo récord de cuatro años.
“Sin esa confianza que da el haber convivido mucho en el exterior, no hubiéramos podido hacer muchos de nuestros negocios de exportación”, reconoce Francisco Salinas, ingeniero industrial, de 41 años, el mayor de los tres hermanos, que se dedica al apartado de ventas de la productora y comercializadora Zoi Agrícola, con sede en la calle Blas Infante de Pechina.
Sus otros dos hermanos son Francisco, economista, de 38 años, que asume la parte de producción y planificación, y Adelina, arquitecta, de 31 años, también está en la parte de ventas internacionales.
Como en el Renacimiento
Francisco explica que operar en distintos negocios -como los artistas del Renacimiento- no les debilita, “todo lo contrario, nos hacer tener una visión amplía de las relaciones comerciales y nos hace mejores empresarios”.
Los hermanos Salinas empezaron su trayectoria profesional siguiendo los negocios de promoción de su padre, gestionando suelo industrial en Pechina, la Juaida de Viator y en Roquetas y el apartahotel Montemar en San José. Su formación técnica les hizo progresar en la redacción de proyectos residenciales e industriales, creando una empresa promotora, una constructora, un estudio de ingeniería y arquitectura y una oficina de ventas.
Sin embargo, a partir de 2010 empezaron a sufrir -como todo hijo de vecino-la crisis del ladrillo. “En 2012 decidimos que, en vez de esperar a que escampara, saldríamos a desafiar a la tormenta”.
De esa suerte de bravata y aprovechando suelo propio, pusieron en marcha Zoi Agricola: 55 hectáreas de invernaderos de nuevo cuño, especializados en pimiento California y tomate en rama.
El salto de estos profesionales de planos y rotring no ha sido traumático. “Al final lo importante, en cualquier sector, es no dormirse, adelantarse a los acontecimientos y querer aprender”, explica Francisco Salinas.
En cuatro años ya venden 10 toneladas de pimiento y tomate íntegramente a clientes finales, sin intermediarios.
Su crecimiento ha sido exponencial y no descartan duplicar el número de hectáreas en la zona metropolitana de Almería y en Retamar. Ya son más agricultores que constructores, los Salinas, fruto de un método de trabajo innovador que le permite cortar a pedido, limpiar y colocar los productos en cajas en el invernadero y enviarlos a destino en un solo día con toda su frescura. Desde la mata a la cámara en 45 minutos.
Sistema innovador
La finca cuenta con dos balsas de recogida de pluviales con 90 millones de litros, que cubre la mitad de sus necesidades hídricas junto a los derechos de agua del Sindicato de Riegos del Bajo Andarax.
Todos los pasillos de esta modélica finca pechinera de invernaderos están asfaltados y hormigonados con un almacén central de 1.300 metros con comedores, vestuarios y salas de descanso. Como singularidad, en las oficinas de Zoi, siguiendo el estilo americano de Silicon Valley, no hay despachos cerrados, todos trabajan en una misma sala diáfana, donde casi no hay secretos que esconder.
“Nuestro secreto está en habernos echado a la calle, a las ferias internacionales, desde el primer día y en no ponernos nerviosos con los precios”, argumenta con aplomo Salinas.
Tres hermanos de Pechina que venden apartamentos, pimientos y chopped
miércoles, 26 de abril de 2017
Cuando Lúcar fue Granollers
Cuando Lúcar fue Granollers
El alcalde, el párroco, el curandero y cientos de vecinos de este pueblo del Almanzora emigraron en los años 30 en busca del sueño catalán
23/04/2017, 07:00Manuel León
José Afán de Rivera, el alcalde en la sombra de Lúcar en Granollers, con sus dos hijos, perteneciente a una familia venida a menos, fue propuesto como diputado. .
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El gobernador de Barcelona, el republicano Juan Molés por aquel entonces (enero de 1933), dio la noticia a los periodistas locales que habían acudido como cada mañana a su despacho del Paseo de Gracia: “Casi todo un pueblo de la provincia de Almería se ha instalado en Granollers y han constituido su propio Ayuntamiento”. Eran esos años en los que los almerienses de Cuevas o de Vera, de Albox o Partaloa, de Serón o Lucainena, soñaban con los penachos de humo de las fábricas catalanas como emblema de prosperidad.
Se veían, fruto de esa imaginación febril que solo provoca la pobreza, con el pañuelo lleno de duros anudado al pantalón, de vuelta a su pueblo, con posibles para comprar un cortijo y unos animales. Pero también imaginaban, estos noveles emigrantes del pasado siglo, las historias picantonas que les contaban sobre el Paralelo los que ya habían regresado de la diáspora forzosa. Relatos de mujeres que salían al escenario semidesnudas contoneándose sobre unos tacones de aguja al ritmo de de La Pulga y con un pitillo en los labios.
Ese pueblo del que hablaba aquel gobernador, que quedó reflejado en las páginas de la prensa catalana de la época, era Lúcar, ese caserío del Alto Almanzora donde se vieron los últimos lobos de la provincia, ese municipio que llegó a tener un virrey en Chile y ahora presume de bigotudo presentador de televisión. Fue en esa época en la que la crisis de los años 30, tiempo de higos secos a falta de lluvias, hizo palidecer de hambre a muchos pueblos de Andalucía en general y Almería en particular. Los lucareños empezaron primero a emigrar tímidadamente a Cataluña, hasta que viendo los lustrosos zapatos que gastaban los que volvían de Pascuas a Ramos y el buen color de sus mejillas, les hizo emprender una emigración en masa, casi un éxodo bíblico y concreto a la tierra donde manaba leche y miel, que para ellos era la mítica Granollers.
Emigró el alcalde, un acaudalado venido a menos, con el rimbombante nombre de don José Afán de Rivera Díaz. Y con él, hicieron el equipaje varios concejales, el párroco, hasta el curandero y decenas de familias que iban llegando en un chorreo continuo en el tren, llevando por todo equipaje un hato a la espalda. Consecuencia quizá de esa mayúscula expatriación, Lúcar cuenta hoy con 800 habitantes cuando en la primera parte del siglo XX sobrepasaba los 1.700.
Los lucareñeros, junto a tijoleños y purcheneros sobre todo, empezaron a hacerse dueños de Granollers, llenando las casas baratas de la Plaza de Maluquer. Empezó a oirse ese deje aspirado almeriense por cada una de las esquinas y en el Café Alhambra pasaban las tardes de poco trabajo jugando a la baraja y tocando algunos la guitarra entre jarra y jarra de vino.
Esos almanzoranos de aluvión en la industrial cataluña valían para todo: lo mismo se empleaban en fábricas de lejía los hombres y de hilados las mujeres, que en las vías del ferrocarril o en la recogida de piñones o en el sesteo del ganado.La razón de por qué fue Granollers el principal abrevadero de tantas familias de Lúcar hay que buscarla en que allí se estableció en 1926 un Batallón de Montaña donde figuraban bastantes mozos de Lúcar y de otros pueblecitos almerienses del Almanzora. Muchos de esos muchachos se licenciaron y decidieron quedarse en esa tierra de oportunidades antes que volver a su pueblo a estar siempre con el arado mirando al cielo.
También hubo razones sentimentales por los abundantes noviazgos y casamientos de soldados con hijas de payeses que propició después el traslado desde Lúcar de hermanos y padres, de los que se corría pronto la voz de que habían encontrado empleo bien remunerado con facilidad.
Tal fue la situación, que parte que la comunidad lucareña creó, como aseguraba el gobernador barcelonés, su propio Ayuntamiento paralelo en la calle Ricoma, donde recibían y expedían comunicaciones de carácter oficial.
Se entabló un movimiento de solidaridad entre los paisanos que acudían al tren a recibir a cada nueva hornada que llegaba: “el hijo de Manolo el peluquero, el sobrino del cura, los padre de Juan el de la tienda, etcétera. Y lo primero al llegar era pagarse una juerga en el Paralelo barcelonés, a 30 kilómetros de Granollers, en alguno de aquellos cabarets en los que triunfaba por esas fechas la paisana Bella Dorita.
Tanto fueron multiplicándose y prosperando por su laboriosidad los almerienses de aluvión -como los hijos de Israel en Egipto- no solo ya en Granollers, sino también en Badalona, Sabadell, en las minas de la Potasa de Suria, en Manresa o en el barrio de Hospitalet, que empezaron a despertar recelo entre la población autóctona de algunos barrios catalanes con la que convivían y a encontrar críticas afiladas en crónicas de la época firmadas por José Benavides o Carlos Sentis quien llegó a calificar a los almerienses y murcianos de “seres primitivos que manchaban Cataluña”.
Con el tiempo, las aguas de la convivencia se fueron amansando, muchas de las calles de esos barrios industriales hoy llevan toponímicos almerienses y la mezcla de sangre y de apellidos se ha ido acrecentando desde entonces, a pesar de que la inopia aún persiste y está de plena actualidad.
Cuando Lúcar fue Granollers
El alcalde, el párroco, el curandero y cientos de vecinos de este pueblo del Almanzora emigraron en los años 30 en busca del sueño catalán
23/04/2017, 07:00Manuel León
José Afán de Rivera, el alcalde en la sombra de Lúcar en Granollers, con sus dos hijos, perteneciente a una familia venida a menos, fue propuesto como diputado. .
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El gobernador de Barcelona, el republicano Juan Molés por aquel entonces (enero de 1933), dio la noticia a los periodistas locales que habían acudido como cada mañana a su despacho del Paseo de Gracia: “Casi todo un pueblo de la provincia de Almería se ha instalado en Granollers y han constituido su propio Ayuntamiento”. Eran esos años en los que los almerienses de Cuevas o de Vera, de Albox o Partaloa, de Serón o Lucainena, soñaban con los penachos de humo de las fábricas catalanas como emblema de prosperidad.
Se veían, fruto de esa imaginación febril que solo provoca la pobreza, con el pañuelo lleno de duros anudado al pantalón, de vuelta a su pueblo, con posibles para comprar un cortijo y unos animales. Pero también imaginaban, estos noveles emigrantes del pasado siglo, las historias picantonas que les contaban sobre el Paralelo los que ya habían regresado de la diáspora forzosa. Relatos de mujeres que salían al escenario semidesnudas contoneándose sobre unos tacones de aguja al ritmo de de La Pulga y con un pitillo en los labios.
Ese pueblo del que hablaba aquel gobernador, que quedó reflejado en las páginas de la prensa catalana de la época, era Lúcar, ese caserío del Alto Almanzora donde se vieron los últimos lobos de la provincia, ese municipio que llegó a tener un virrey en Chile y ahora presume de bigotudo presentador de televisión. Fue en esa época en la que la crisis de los años 30, tiempo de higos secos a falta de lluvias, hizo palidecer de hambre a muchos pueblos de Andalucía en general y Almería en particular. Los lucareños empezaron primero a emigrar tímidadamente a Cataluña, hasta que viendo los lustrosos zapatos que gastaban los que volvían de Pascuas a Ramos y el buen color de sus mejillas, les hizo emprender una emigración en masa, casi un éxodo bíblico y concreto a la tierra donde manaba leche y miel, que para ellos era la mítica Granollers.
Emigró el alcalde, un acaudalado venido a menos, con el rimbombante nombre de don José Afán de Rivera Díaz. Y con él, hicieron el equipaje varios concejales, el párroco, hasta el curandero y decenas de familias que iban llegando en un chorreo continuo en el tren, llevando por todo equipaje un hato a la espalda. Consecuencia quizá de esa mayúscula expatriación, Lúcar cuenta hoy con 800 habitantes cuando en la primera parte del siglo XX sobrepasaba los 1.700.
Los lucareñeros, junto a tijoleños y purcheneros sobre todo, empezaron a hacerse dueños de Granollers, llenando las casas baratas de la Plaza de Maluquer. Empezó a oirse ese deje aspirado almeriense por cada una de las esquinas y en el Café Alhambra pasaban las tardes de poco trabajo jugando a la baraja y tocando algunos la guitarra entre jarra y jarra de vino.
Esos almanzoranos de aluvión en la industrial cataluña valían para todo: lo mismo se empleaban en fábricas de lejía los hombres y de hilados las mujeres, que en las vías del ferrocarril o en la recogida de piñones o en el sesteo del ganado.La razón de por qué fue Granollers el principal abrevadero de tantas familias de Lúcar hay que buscarla en que allí se estableció en 1926 un Batallón de Montaña donde figuraban bastantes mozos de Lúcar y de otros pueblecitos almerienses del Almanzora. Muchos de esos muchachos se licenciaron y decidieron quedarse en esa tierra de oportunidades antes que volver a su pueblo a estar siempre con el arado mirando al cielo.
También hubo razones sentimentales por los abundantes noviazgos y casamientos de soldados con hijas de payeses que propició después el traslado desde Lúcar de hermanos y padres, de los que se corría pronto la voz de que habían encontrado empleo bien remunerado con facilidad.
Tal fue la situación, que parte que la comunidad lucareña creó, como aseguraba el gobernador barcelonés, su propio Ayuntamiento paralelo en la calle Ricoma, donde recibían y expedían comunicaciones de carácter oficial.
Se entabló un movimiento de solidaridad entre los paisanos que acudían al tren a recibir a cada nueva hornada que llegaba: “el hijo de Manolo el peluquero, el sobrino del cura, los padre de Juan el de la tienda, etcétera. Y lo primero al llegar era pagarse una juerga en el Paralelo barcelonés, a 30 kilómetros de Granollers, en alguno de aquellos cabarets en los que triunfaba por esas fechas la paisana Bella Dorita.
Tanto fueron multiplicándose y prosperando por su laboriosidad los almerienses de aluvión -como los hijos de Israel en Egipto- no solo ya en Granollers, sino también en Badalona, Sabadell, en las minas de la Potasa de Suria, en Manresa o en el barrio de Hospitalet, que empezaron a despertar recelo entre la población autóctona de algunos barrios catalanes con la que convivían y a encontrar críticas afiladas en crónicas de la época firmadas por José Benavides o Carlos Sentis quien llegó a calificar a los almerienses y murcianos de “seres primitivos que manchaban Cataluña”.
Con el tiempo, las aguas de la convivencia se fueron amansando, muchas de las calles de esos barrios industriales hoy llevan toponímicos almerienses y la mezcla de sangre y de apellidos se ha ido acrecentando desde entonces, a pesar de que la inopia aún persiste y está de plena actualidad.
Seis escapadas en Almería para esta primavera
Seis escapadas en Almería para esta primavera | ALMERÍA HOY
Seis escapadas en Almería para esta primavera | ALMERÍA HOY
Seis escapadas en Almería para esta primavera | ALMERÍA HOY
Las doce fotos que debes hacer para fardar de Almería en Instagram
Las doce fotos que debes hacer para fardar de Almería en Instagram
La Alcazaba, el Cabo de Gata, los castillos o el desierto, entre los paisajes más compartidos en las red social de fotografía más extendida del mundo
MIGUEL CÁRCELES | ALMERIA @MiguelCarceles 24 abril 2017
¿Estás a tope con Instagram? ¿Te gusta enseñarle a tus colegas las bellezas de tu pueblo o de tu ciudad? ¿Eres un embajador de la belleza de este rincón del sureste? Almería tiene rincones que son una absoluta delicia para los sentidos, lugares recónditos en los que la belleza extrema puede llevarte a vivir el conocido como Síndrome de Stendhal: ese vacío que te invade por dentro -y que puedes llegar a somatizar- después de vivir una experiencia estética incomparable. El desierto, las calas de Cabo de Gata o monumentos del calibre del castillo renacentista de Vélez-Blanco o de La Alcazaba no pueden faltar en la cuenta de Instagram de un almeriense de pro.
El Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería ha convertido su cuenta en esta red social de imagen en un referente de la belleza estética de la provincia de Almería. Y sus aportaciones pueden guiarte por ese catálogo de sitios en los que todo 'instagrammer' debe tener su propia aportación.
1. El Arrecife de las Sirenas
Es una de las instantáneas más reconocidas del litoral almeriense: ese conjunto rocoso que emerge justo en el lugar en el que el Mediterráneo y el Mar de Alborán funden sus aguas junto a una brisa casi perenne. Las puestas de sol -naranjas o rosáceas- son inigualables. Y el sonido de las olas al romper con las rocas añaden un ambiente melancólico a un lugar ya de por sí lo suficientemente sugerente.
2. La Iglesia de Las Salinas
Su torre, que se erige imponente en un entorno absolutamente privilegiado (a un lado, la mar; al otro, las salinas; y junto a la monótona recta de la carretera del faro, el edificio religioso) es uno de los emblemas de todo el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Recientemente restaurada, recibe culto y en su trasera cuenta con una pequeña oficina de turismo. Es parada obligada para todo 'instagrammer' que esté por la zona.
3. Castillo de Vélez-Blanco
A la otra punta de la provincia de Almería, en el norte, enclavado entre sierras verdes y llanos salpicados de almendros, el castillo renacentista de Vélez-Blanco corona el cerro sobre el que se asienta uno de los pueblos más bonitos de Almería. El castillo se puede visitar previo concierto de la cita. Y, además, el viaje puede acabar con una pequeña excursión a las cuebas de Ambrosio y Los Letreros, patrimonio de la humanidad de la Unesco, en donde podrá ver las pinturas rupestres de las que nació el icono del Indalo.
4. San José
De entre las localidades que salpican el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, San José y La Isleta del Moro son las dos con más tirón. Pueblos blancos abigarrados frene a una línea costera serpenteante y delimitada por cabezos rocosos y pelados. Son el mejor modo de provocar la envidia de la pandilla de colegas: una foto ahí y todos tus seguidores arderán de ganas de estar en ese espacio paradisiaco.
5. La Catedral de Almería
Imposible encontrar en toda España una que se le parezca, la Catedral-Fortaleza de Almería es un castillo eclesiástico, un templo mayor de techos bajos que bien vale una visita -por cierto, tiene un excepcional museo de arte sacro-. Está en pleno Casco Histórico de Almería y es un buen lugar para empezar una ruta por la capital almeriense, ya que a pocos metros están el Centro Andaluz de la Fotografía, el Museo de la Guitarra, el Centro de Interpretación Patrimonial, el Hospital Provincial, la Iglesia de San Juan (antigua Mezquita Mayor de Almería) y La Alcazaba.
6. Los Cocedores
Justo en el límite fronterizo entre Almería y Murcia -de hecho, parte de la playa es término municipal de Águilas- está la bahía de Los Cocedores, un absoluto paraíso con aguas cálidas a tiro de piedra de San Juan de los Terreros. Es una de las calas más bellas del Levante Almeriense y puede ser el punto de partida para una ruta 'instagrammera' por todo el litoral.
7. Decorados de Western
Si estás dispuesto a vivir como un forastero, si eres de los que afrontan los duelos y desenfundas rápido, no te puedes dejar de tener en tu cuenta Instagram una foto de los decorados que han permitido convertir a Almería en la cuna del género Western en la filmografía internacional. Eso sí, ve preparado. El duro sol del desierto no entiende de postureos.
8. Vistas de Almería desde los cerros
Si quieres disponer de una panorámica de Almería, dos puntos de la ciudad te permiten cazar una instantánea aérea privilegiada: La Alcazaba (recuerda que la entrada es gratuita para residentes en la Unión Europea) y el Cerro de San Cristóbal. Están a un paseo corto desde el centro de la ciudad y las vistas son absolutamente envidiables.
9. La Alpujarra
Cualquier pueblo es bueno: blancos, con macetas en ventanas y balcones y con gran presencia del agua -el río Andarax pasa junto a todos estos pequeños pueblos- son un destino preferencial para las excursiones de fin de semana, son accesibles fácilmente por carretera y ofrece espacios muy singulares para llenar de color tu cuenta Instagram.
10. Casco Histórico de Almería
Callejones estrechos y serpenteantes que, casi en todos los casos, desembocan de forma indefectible a las puertas de La Alcazaba, su luz es la más bonita para mostrar los contrastes de la capital de la provincia. Además, en otoño y primavera, cuando los atardeceres son entre morados y rosáceos, pueden obtenerse fotos absolutamente envidiables. De esas que suman centenares de 'likes'.
11. El Desierto de Tabernas
Tiene unas rutas senderistas impresionantes, con las que puedes conocer escenarios dignos de cualquier película norteamericana sobre la conquista del Lejano Oeste. Entre oasis y montañas peladas, tus seguidores pueden pensarse que has hecho las maletas y que te has ido a Texas o a Nevada, en Estados Unidos. Sin embargo, estarás a la vuelta de casa.
y 12. La Playa de los Muertos
En Carboneras, a cinco minutos en coche desde el centro del pueblo, y en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, la Playa de los Muertos es un lugar digno de anuncio. Su peñón es inconfundible. Y los anocheceres -gracias a la escasa iluminación del entorno- permiten fotos de cielos estrellados. Si ya has ido pero no tienes pruebas en Instagram, tendrás que volver.
Las doce fotos que debes hacer para fardar de Almería en Instagram
La Alcazaba, el Cabo de Gata, los castillos o el desierto, entre los paisajes más compartidos en las red social de fotografía más extendida del mundo
MIGUEL CÁRCELES | ALMERIA @MiguelCarceles 24 abril 2017
¿Estás a tope con Instagram? ¿Te gusta enseñarle a tus colegas las bellezas de tu pueblo o de tu ciudad? ¿Eres un embajador de la belleza de este rincón del sureste? Almería tiene rincones que son una absoluta delicia para los sentidos, lugares recónditos en los que la belleza extrema puede llevarte a vivir el conocido como Síndrome de Stendhal: ese vacío que te invade por dentro -y que puedes llegar a somatizar- después de vivir una experiencia estética incomparable. El desierto, las calas de Cabo de Gata o monumentos del calibre del castillo renacentista de Vélez-Blanco o de La Alcazaba no pueden faltar en la cuenta de Instagram de un almeriense de pro.
El Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería ha convertido su cuenta en esta red social de imagen en un referente de la belleza estética de la provincia de Almería. Y sus aportaciones pueden guiarte por ese catálogo de sitios en los que todo 'instagrammer' debe tener su propia aportación.
1. El Arrecife de las Sirenas
Es una de las instantáneas más reconocidas del litoral almeriense: ese conjunto rocoso que emerge justo en el lugar en el que el Mediterráneo y el Mar de Alborán funden sus aguas junto a una brisa casi perenne. Las puestas de sol -naranjas o rosáceas- son inigualables. Y el sonido de las olas al romper con las rocas añaden un ambiente melancólico a un lugar ya de por sí lo suficientemente sugerente.
2. La Iglesia de Las Salinas
Su torre, que se erige imponente en un entorno absolutamente privilegiado (a un lado, la mar; al otro, las salinas; y junto a la monótona recta de la carretera del faro, el edificio religioso) es uno de los emblemas de todo el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Recientemente restaurada, recibe culto y en su trasera cuenta con una pequeña oficina de turismo. Es parada obligada para todo 'instagrammer' que esté por la zona.
3. Castillo de Vélez-Blanco
A la otra punta de la provincia de Almería, en el norte, enclavado entre sierras verdes y llanos salpicados de almendros, el castillo renacentista de Vélez-Blanco corona el cerro sobre el que se asienta uno de los pueblos más bonitos de Almería. El castillo se puede visitar previo concierto de la cita. Y, además, el viaje puede acabar con una pequeña excursión a las cuebas de Ambrosio y Los Letreros, patrimonio de la humanidad de la Unesco, en donde podrá ver las pinturas rupestres de las que nació el icono del Indalo.
4. San José
De entre las localidades que salpican el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, San José y La Isleta del Moro son las dos con más tirón. Pueblos blancos abigarrados frene a una línea costera serpenteante y delimitada por cabezos rocosos y pelados. Son el mejor modo de provocar la envidia de la pandilla de colegas: una foto ahí y todos tus seguidores arderán de ganas de estar en ese espacio paradisiaco.
5. La Catedral de Almería
Imposible encontrar en toda España una que se le parezca, la Catedral-Fortaleza de Almería es un castillo eclesiástico, un templo mayor de techos bajos que bien vale una visita -por cierto, tiene un excepcional museo de arte sacro-. Está en pleno Casco Histórico de Almería y es un buen lugar para empezar una ruta por la capital almeriense, ya que a pocos metros están el Centro Andaluz de la Fotografía, el Museo de la Guitarra, el Centro de Interpretación Patrimonial, el Hospital Provincial, la Iglesia de San Juan (antigua Mezquita Mayor de Almería) y La Alcazaba.
6. Los Cocedores
Justo en el límite fronterizo entre Almería y Murcia -de hecho, parte de la playa es término municipal de Águilas- está la bahía de Los Cocedores, un absoluto paraíso con aguas cálidas a tiro de piedra de San Juan de los Terreros. Es una de las calas más bellas del Levante Almeriense y puede ser el punto de partida para una ruta 'instagrammera' por todo el litoral.
7. Decorados de Western
Si estás dispuesto a vivir como un forastero, si eres de los que afrontan los duelos y desenfundas rápido, no te puedes dejar de tener en tu cuenta Instagram una foto de los decorados que han permitido convertir a Almería en la cuna del género Western en la filmografía internacional. Eso sí, ve preparado. El duro sol del desierto no entiende de postureos.
8. Vistas de Almería desde los cerros
Si quieres disponer de una panorámica de Almería, dos puntos de la ciudad te permiten cazar una instantánea aérea privilegiada: La Alcazaba (recuerda que la entrada es gratuita para residentes en la Unión Europea) y el Cerro de San Cristóbal. Están a un paseo corto desde el centro de la ciudad y las vistas son absolutamente envidiables.
9. La Alpujarra
Cualquier pueblo es bueno: blancos, con macetas en ventanas y balcones y con gran presencia del agua -el río Andarax pasa junto a todos estos pequeños pueblos- son un destino preferencial para las excursiones de fin de semana, son accesibles fácilmente por carretera y ofrece espacios muy singulares para llenar de color tu cuenta Instagram.
10. Casco Histórico de Almería
Callejones estrechos y serpenteantes que, casi en todos los casos, desembocan de forma indefectible a las puertas de La Alcazaba, su luz es la más bonita para mostrar los contrastes de la capital de la provincia. Además, en otoño y primavera, cuando los atardeceres son entre morados y rosáceos, pueden obtenerse fotos absolutamente envidiables. De esas que suman centenares de 'likes'.
11. El Desierto de Tabernas
Tiene unas rutas senderistas impresionantes, con las que puedes conocer escenarios dignos de cualquier película norteamericana sobre la conquista del Lejano Oeste. Entre oasis y montañas peladas, tus seguidores pueden pensarse que has hecho las maletas y que te has ido a Texas o a Nevada, en Estados Unidos. Sin embargo, estarás a la vuelta de casa.
y 12. La Playa de los Muertos
En Carboneras, a cinco minutos en coche desde el centro del pueblo, y en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, la Playa de los Muertos es un lugar digno de anuncio. Su peñón es inconfundible. Y los anocheceres -gracias a la escasa iluminación del entorno- permiten fotos de cielos estrellados. Si ya has ido pero no tienes pruebas en Instagram, tendrás que volver.
Las doce fotos que debes hacer para fardar de Almería en Instagram
martes, 25 de abril de 2017
Qué hay de nuevo en Almería: seis ideas para exprimir la ciudad
Qué hay de nuevo en Almería: seis ideas para exprimir la ciudad
Vista nocturna de La Alcazaba, con Almería a sus pies
Almería acumula muchas razones para presentarse como un destino al que merece la pena prestarle más atención
ALICIA ARRANZ - abcviajar 25/04/2017
Sigue siendo una de las grandes olvidadas de Andalucía pero Almería acumula muchas razones para presentarse como un destino al que merece la pena prestarle más atención. A los pies de su centenaria Alcazaba surgen iniciativas que buscan ganarse a un público tanto local como forastero. Los nuevos espacios museísticos, comercios, bares y restaurantes que llegan con conceptos frescos sirven de aliciente para potenciar los atractivos que esta ciudad posee desde siempre como son su clima privilegiado, su ubicación junto al mar, su cultura del tapeo, su proximidad al paraíso del Cabo de Gata o su histórica (y actual) vinculación con la industria del cine. Descubrir las huellas de la arquitectura modernista que embelleció sus casas señoriales a principios del siglo XX, pasear por su estupendo paseo marítimo a la sombra del icónico Cable Inglés, el cargadero de mineral que lleva el sello de la escuela de Eiffel, o embarcarse en una excursión por el desierto de Tabernas son otros tantos de los placeres con los que Almería enamora a quien es capaz de dejarse seducir por la belleza de lo poco convencional.
La Casa de los Actores
La Casa del Cine, en Almería
La Casa del Cine, también conocida como Cortijo Romero, es la vivienda en la que se alojaron estrellas de Hollywood como Clint Eastwood o Brigitte Bardott durante sus rodajes en el desierto de Tabernas en una época en la que apenas había hoteles en la ciudad. Una de las estancias está dedicada a John Lennon, quien halló allí mismo la inspiración para componer Strawberry Fields Forever.
En honor a la guitarra
El instrumento clave de la historia de la música española tiene en el centro de la ciudad un museo que lleva el nombre del almeriense Antonio de Torres, «el padre de la guitarra clásica». Aquí se puede realizar un recorrido muy didáctico a través de diez salas en las que también hay espacio para honrar la memoria de maestros internacionales como Jimmy Hendrix, Carlos Santana o Andrés Segovia.
Puro relax
Flotarium del Aire de Almería
En la Plaza Vieja, en pleno casco histórico, AIRE Ancient Baths es un oasis de calma y relajación en el que disfrutar de un viaje de sensaciones a través de los placeres del agua inspirado en las tradiciones de las antiguas civilizaciones. www.beaire.com
Recuerdos con estilo
A la hora de comprar un souvenir especial, resulta irresistible todo lo que se vende en esta minúscula tienda del centro que se llama «Capitán de la Sardinas». Así, lo que antaño fue una pescadería ahora es un pequeño bazar en el que todo son guiños a Almería y el mar. www.capitandelasardinas.com
Coctelería creativa
Después del tapeo y como complemento perfecto al mismo, poco a poco la cultura del cóctel se va asentando también en Almería. Un buen ejemplo es Canta La Gallina (General Tamayo, 18), un local recién inaugurado que apuesta por la decoración de estilo vintage y que es ideal para sentarse en uno de sus sofás chester a degustar un cóctel de autor con buena música de fondo.
Con sabor a Japón
La cultura de la tapa en Almería es otro de los principales motivos por los que amar esta ciudad. Además de los bares clásicos y míticos como Casa Puga (Jovellanos, 7), en esa misma calle y las aledañas hay un sinfín de propuestas de lo más variadas. Uno de los últimos en llegar es Foodie Allen (Jovellanos, 18), que con su propuesta de fusión japonesa a precios imbatibles ha revolucionado la escena gastronómica almeriense.
Qué hay de nuevo en Almería: seis ideas para exprimir la ciudad
Vista nocturna de La Alcazaba, con Almería a sus pies
Almería acumula muchas razones para presentarse como un destino al que merece la pena prestarle más atención
ALICIA ARRANZ - abcviajar 25/04/2017
Sigue siendo una de las grandes olvidadas de Andalucía pero Almería acumula muchas razones para presentarse como un destino al que merece la pena prestarle más atención. A los pies de su centenaria Alcazaba surgen iniciativas que buscan ganarse a un público tanto local como forastero. Los nuevos espacios museísticos, comercios, bares y restaurantes que llegan con conceptos frescos sirven de aliciente para potenciar los atractivos que esta ciudad posee desde siempre como son su clima privilegiado, su ubicación junto al mar, su cultura del tapeo, su proximidad al paraíso del Cabo de Gata o su histórica (y actual) vinculación con la industria del cine. Descubrir las huellas de la arquitectura modernista que embelleció sus casas señoriales a principios del siglo XX, pasear por su estupendo paseo marítimo a la sombra del icónico Cable Inglés, el cargadero de mineral que lleva el sello de la escuela de Eiffel, o embarcarse en una excursión por el desierto de Tabernas son otros tantos de los placeres con los que Almería enamora a quien es capaz de dejarse seducir por la belleza de lo poco convencional.
La Casa de los Actores
La Casa del Cine, en Almería
La Casa del Cine, también conocida como Cortijo Romero, es la vivienda en la que se alojaron estrellas de Hollywood como Clint Eastwood o Brigitte Bardott durante sus rodajes en el desierto de Tabernas en una época en la que apenas había hoteles en la ciudad. Una de las estancias está dedicada a John Lennon, quien halló allí mismo la inspiración para componer Strawberry Fields Forever.
En honor a la guitarra
El instrumento clave de la historia de la música española tiene en el centro de la ciudad un museo que lleva el nombre del almeriense Antonio de Torres, «el padre de la guitarra clásica». Aquí se puede realizar un recorrido muy didáctico a través de diez salas en las que también hay espacio para honrar la memoria de maestros internacionales como Jimmy Hendrix, Carlos Santana o Andrés Segovia.
Puro relax
Flotarium del Aire de Almería
En la Plaza Vieja, en pleno casco histórico, AIRE Ancient Baths es un oasis de calma y relajación en el que disfrutar de un viaje de sensaciones a través de los placeres del agua inspirado en las tradiciones de las antiguas civilizaciones. www.beaire.com
Recuerdos con estilo
A la hora de comprar un souvenir especial, resulta irresistible todo lo que se vende en esta minúscula tienda del centro que se llama «Capitán de la Sardinas». Así, lo que antaño fue una pescadería ahora es un pequeño bazar en el que todo son guiños a Almería y el mar. www.capitandelasardinas.com
Coctelería creativa
Después del tapeo y como complemento perfecto al mismo, poco a poco la cultura del cóctel se va asentando también en Almería. Un buen ejemplo es Canta La Gallina (General Tamayo, 18), un local recién inaugurado que apuesta por la decoración de estilo vintage y que es ideal para sentarse en uno de sus sofás chester a degustar un cóctel de autor con buena música de fondo.
Con sabor a Japón
La cultura de la tapa en Almería es otro de los principales motivos por los que amar esta ciudad. Además de los bares clásicos y míticos como Casa Puga (Jovellanos, 7), en esa misma calle y las aledañas hay un sinfín de propuestas de lo más variadas. Uno de los últimos en llegar es Foodie Allen (Jovellanos, 18), que con su propuesta de fusión japonesa a precios imbatibles ha revolucionado la escena gastronómica almeriense.
Qué hay de nuevo en Almería: seis ideas para exprimir la ciudad
domingo, 16 de abril de 2017
Lluvia sólida: la nueva forma de riego para la agricultura
Lluvia sólida: la nueva forma de riego para la agricultura
Sergio Rico creó un polvo que se esparce en el cultivo y puede acumular agua hasta por 40 días; comercializa su producto a través de su propia empresa Silos de Agua y exporta a nueve países.
Ante la escasez del agua en varias regiones del país que se dedican a la agricultura, la lluvia sólida puede ser la solución. Este invento mexicano del ingeniero Sergio Rico puede almacenar agua por más de un mes. Ya es usado por agricultores argentinos, españoles, franceses, indios, israelíes y rusos.
La lluvia sólida es un polímero biodegradable en polvo no tóxico que es capaz de absorber 200 veces su peso en agua. Al contacto con el agua, el polvo se convierte en gel y puede almacenar el líquido hasta por 40 días, publica la revista Expansión en su Edición Especial Innovación en México, de abril de 2014, con la que celebra su 45 aniversario.
Los agricultores lo usan para almacenar el agua de lluvia y usarla como método de riego. Esparcen el polvo por debajo de sus cultivos para que cuando llueva el químico se convierta en gel y pueda almacenar el líquido por hasta seis semanas. Se requieren 25 kilogramos del producto para una hectárea de cultivo.
“Los resultados son extraordinarios porque la raíz se mantiene húmeda por dos meses y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones”, dice Rico, quien fundó la empresa Silos de Agua, en 2002, para comercializar el producto.
La lluvia sólida aumenta cinco veces la productividad de los cultivos de maíz, dice Rico a la revista Expansión.
“Nosotros ya medimos los resultados en cultivos de maíz en Jalisco donde con un sistema tradicional de riego obtuvimos 500 kilos de maíz por hectárea y con éste se obtuvieron 10 toneladas por hectárea”, dice.
Además, el ingeniero químico explica que el sistema permite a los agricultores ahorrar hasta 80% en costos, ya que usan menos agua, fertilizantes, energía eléctrica y mano de obra.
Su producto ya lo usan en Argentina, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, India, Israel, Perú y Rusia. Y espera pronto venderlo en Haití.
También la comercializa en Jalisco, Michoacán, Veracruz y Zacatecas, pero Rico no quiso divulgar cifras sobre las ventas del producto.
“Esta tecnología es muy útil en la zona sur y sureste del país, pues ahí llueve mucho y se mantiene la humedad en los cultivos gracias a que absorbe directo de la raíz”, dice Carlos Ortiz, director de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe. “En el norte es más complicado, porque es más seco”.
El sur y el sureste del país concentran un tercio de la superficie cosechada del país.
“Creo que puede crecer bastante, ayudado de una buena campaña de comercialización que consista en acercarse al productor y convencerlo, pues uno de los principales obstáculos a vencer es el arraigo a las formas tradicionales de cultivo”, dice Ortiz.
Fuente:
CNN Expansión y chil.org
AgroA -- Lluvia sólida: la nueva forma de riego para la agricultura
Sergio Rico creó un polvo que se esparce en el cultivo y puede acumular agua hasta por 40 días; comercializa su producto a través de su propia empresa Silos de Agua y exporta a nueve países.
Ante la escasez del agua en varias regiones del país que se dedican a la agricultura, la lluvia sólida puede ser la solución. Este invento mexicano del ingeniero Sergio Rico puede almacenar agua por más de un mes. Ya es usado por agricultores argentinos, españoles, franceses, indios, israelíes y rusos.
La lluvia sólida es un polímero biodegradable en polvo no tóxico que es capaz de absorber 200 veces su peso en agua. Al contacto con el agua, el polvo se convierte en gel y puede almacenar el líquido hasta por 40 días, publica la revista Expansión en su Edición Especial Innovación en México, de abril de 2014, con la que celebra su 45 aniversario.
Los agricultores lo usan para almacenar el agua de lluvia y usarla como método de riego. Esparcen el polvo por debajo de sus cultivos para que cuando llueva el químico se convierta en gel y pueda almacenar el líquido por hasta seis semanas. Se requieren 25 kilogramos del producto para una hectárea de cultivo.
“Los resultados son extraordinarios porque la raíz se mantiene húmeda por dos meses y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones”, dice Rico, quien fundó la empresa Silos de Agua, en 2002, para comercializar el producto.
La lluvia sólida aumenta cinco veces la productividad de los cultivos de maíz, dice Rico a la revista Expansión.
“Nosotros ya medimos los resultados en cultivos de maíz en Jalisco donde con un sistema tradicional de riego obtuvimos 500 kilos de maíz por hectárea y con éste se obtuvieron 10 toneladas por hectárea”, dice.
Además, el ingeniero químico explica que el sistema permite a los agricultores ahorrar hasta 80% en costos, ya que usan menos agua, fertilizantes, energía eléctrica y mano de obra.
Su producto ya lo usan en Argentina, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, India, Israel, Perú y Rusia. Y espera pronto venderlo en Haití.
También la comercializa en Jalisco, Michoacán, Veracruz y Zacatecas, pero Rico no quiso divulgar cifras sobre las ventas del producto.
“Esta tecnología es muy útil en la zona sur y sureste del país, pues ahí llueve mucho y se mantiene la humedad en los cultivos gracias a que absorbe directo de la raíz”, dice Carlos Ortiz, director de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe. “En el norte es más complicado, porque es más seco”.
El sur y el sureste del país concentran un tercio de la superficie cosechada del país.
“Creo que puede crecer bastante, ayudado de una buena campaña de comercialización que consista en acercarse al productor y convencerlo, pues uno de los principales obstáculos a vencer es el arraigo a las formas tradicionales de cultivo”, dice Ortiz.
Fuente:
CNN Expansión y chil.org
AgroA -- Lluvia sólida: la nueva forma de riego para la agricultura
Tomates de Almería para combatir el cáncer
Tomates de Almería para combatir el cáncer
Tomates de Almería para combatir el cáncer
En la Universidad de Almería han comprobado en cultivos de células de cáncer de colon el efecto que producen distintos tipos de tomate
EP 27 marzo 2017
Investigadores del grupo Química de biomoléculas y procesos alimentarios de la Universidad de Almería han confirmado, en líneas celulares 'in vitro', que los extractos de tomate tienen actividad frente al cáncer de colon.
Además, según ha informado la Fundación Descubre en una nota, han comprobado que algunas variedades actúan más intensamente que otras frente a la proliferación de las células cancerígenas. El estudio apunta también el beneficio que aporta el aceite de oliva conjuntamente con el tomate.
En el artículo publicado en la revista Journal of the Science of Food and Agriculture titulado 'Phytochemical composition and in vitro anti-tumour activities of selected tomato varieties', los investigadores explican cómo ciertos compuestos del tomate, como el licopeno, actúan frente al desarrollo de células tumorales originarias del colon, impidiendo su proliferación.
En el estudio, además, han incluido pruebas donde se ha analizado el efecto conjunto en los cultivos celulares de carotenoides de tomate junto al aceite de oliva. Estos ensayos confirman efectos inhibidores significativamente más altos que los obtenidos a partir de cada uno de ellos actuando por separado. Según estos investigadores, existen muchos compuestos diferentes con acción antitumoral en el aceite de oliva, como los polifenoles, que se suman a la acción de las sustancias bioactivas del tomate.
En las investigaciones desarrolladas 'in vitro' han observado cómo cualquier variedad de tomate impide la proliferación de células de cáncer colorrectal a concentraciones muy bajas. Sin embargo, las variedades más coloreadas poseen una capacidad superior, ya que contienen una mayor proporción de licopeno y ácidos grasos.
"Si bien todos los tomates proporcionan compuestos bioactivos al organismo, estas investigaciones marcan la diferencia entre las distintas variedades y muestran cómo el aceite de oliva amplifica su intensidad. Esto confirma que determinadas preparaciones culinarias de la dieta mediterránea, como el gazpacho o las ensaladas, pueden ser excelentes aliados en la prevención de algunos tipos de cáncer", indica el investigador de la Universidad de Almería y uno de los autores del artículo, José Luis Guil Guerrero.
Dieta mediterránea
Dentro de la dieta mediterránea son numerosas las recetas que unifican ambos ingredientes --gazpacho, salmorejo, ensaladas, tomate frito, zumo, entre otros--. Por tanto, esta investigación confirma, asimismo, estudios anteriores realizados sobre los efectos beneficiosos que se atribuyen a este patrón dietético típico del sur de Europa.
Durante los ensayos, los investigadores han trabajado con líneas celulares HT-29, una línea de cáncer colorrectal humano. Todas las variedades de tomates se han analizado para conocer su composición en compuestos bioactivos, como carotenoides, esteroles, ácidos fenólicos y ácidos grasos.
Se ha podido así determinar la acción de distintas concentraciones de estos extractos contra las células cancerígenas, comparándolos con controles de estas células sin añadir extractos y frente a otras células no tumorales procedentes también del colon.
Los resultados han demostrado que, mientras los compuestos del tomate actúan contra las células tumorales, las células sanas no se ven comprometidas por su acción.
Por otro lado, se ha confirmado que unos tipos de tomate son más eficientes en esta actividad que otros. Concretamente, los más rojos y redondos son los que producen una respuesta más activa contra las células tumorales 'in vitro'.
Rúcula y canónigo
En esta misma línea, otro de los ensayos realizados ha tenido como objetivo hortalizas como rúcula y canónigo, las cuales también ejercen acciones antitumorales frente a células de cáncer colorrectal.
En este caso, se ha podido comprobar que los extractos de rúcula no solo inhiben la proliferación, sino que también afectan a la integridad de las células tumorales, produciendo daños notables en sus membranas. Estos estudios han sido financiados por el Plan Propio de la Universidad de Almería.
Tomates de Almería para combatir el cáncer
Tomates de Almería para combatir el cáncer
En la Universidad de Almería han comprobado en cultivos de células de cáncer de colon el efecto que producen distintos tipos de tomate
EP 27 marzo 2017
Investigadores del grupo Química de biomoléculas y procesos alimentarios de la Universidad de Almería han confirmado, en líneas celulares 'in vitro', que los extractos de tomate tienen actividad frente al cáncer de colon.
Además, según ha informado la Fundación Descubre en una nota, han comprobado que algunas variedades actúan más intensamente que otras frente a la proliferación de las células cancerígenas. El estudio apunta también el beneficio que aporta el aceite de oliva conjuntamente con el tomate.
En el artículo publicado en la revista Journal of the Science of Food and Agriculture titulado 'Phytochemical composition and in vitro anti-tumour activities of selected tomato varieties', los investigadores explican cómo ciertos compuestos del tomate, como el licopeno, actúan frente al desarrollo de células tumorales originarias del colon, impidiendo su proliferación.
En el estudio, además, han incluido pruebas donde se ha analizado el efecto conjunto en los cultivos celulares de carotenoides de tomate junto al aceite de oliva. Estos ensayos confirman efectos inhibidores significativamente más altos que los obtenidos a partir de cada uno de ellos actuando por separado. Según estos investigadores, existen muchos compuestos diferentes con acción antitumoral en el aceite de oliva, como los polifenoles, que se suman a la acción de las sustancias bioactivas del tomate.
En las investigaciones desarrolladas 'in vitro' han observado cómo cualquier variedad de tomate impide la proliferación de células de cáncer colorrectal a concentraciones muy bajas. Sin embargo, las variedades más coloreadas poseen una capacidad superior, ya que contienen una mayor proporción de licopeno y ácidos grasos.
"Si bien todos los tomates proporcionan compuestos bioactivos al organismo, estas investigaciones marcan la diferencia entre las distintas variedades y muestran cómo el aceite de oliva amplifica su intensidad. Esto confirma que determinadas preparaciones culinarias de la dieta mediterránea, como el gazpacho o las ensaladas, pueden ser excelentes aliados en la prevención de algunos tipos de cáncer", indica el investigador de la Universidad de Almería y uno de los autores del artículo, José Luis Guil Guerrero.
Dieta mediterránea
Dentro de la dieta mediterránea son numerosas las recetas que unifican ambos ingredientes --gazpacho, salmorejo, ensaladas, tomate frito, zumo, entre otros--. Por tanto, esta investigación confirma, asimismo, estudios anteriores realizados sobre los efectos beneficiosos que se atribuyen a este patrón dietético típico del sur de Europa.
Durante los ensayos, los investigadores han trabajado con líneas celulares HT-29, una línea de cáncer colorrectal humano. Todas las variedades de tomates se han analizado para conocer su composición en compuestos bioactivos, como carotenoides, esteroles, ácidos fenólicos y ácidos grasos.
Se ha podido así determinar la acción de distintas concentraciones de estos extractos contra las células cancerígenas, comparándolos con controles de estas células sin añadir extractos y frente a otras células no tumorales procedentes también del colon.
Los resultados han demostrado que, mientras los compuestos del tomate actúan contra las células tumorales, las células sanas no se ven comprometidas por su acción.
Por otro lado, se ha confirmado que unos tipos de tomate son más eficientes en esta actividad que otros. Concretamente, los más rojos y redondos son los que producen una respuesta más activa contra las células tumorales 'in vitro'.
Rúcula y canónigo
En esta misma línea, otro de los ensayos realizados ha tenido como objetivo hortalizas como rúcula y canónigo, las cuales también ejercen acciones antitumorales frente a células de cáncer colorrectal.
En este caso, se ha podido comprobar que los extractos de rúcula no solo inhiben la proliferación, sino que también afectan a la integridad de las células tumorales, produciendo daños notables en sus membranas. Estos estudios han sido financiados por el Plan Propio de la Universidad de Almería.
Tomates de Almería para combatir el cáncer
Historia de un campamento
Historia de un campamento
El campamento se empezó a construir en 1924 en el paraje viatoreño de Cerro Gordo y fue inaugurado en 1929.
Entre sus barracones quedaron los recuerdos cuarteleros de miles de reclutas de todas España y antes, la angustia de los soldados del Regimiento de la Corona que lucharon en el Rif
16/04/2017 Manuel León
Miles y miles de reclutas de la España de antes pasaron por sus barracones, escribiendo una carta amorosa diaria a la novia o a la madre, guardando el petate en la taquilla, soñando con la vuelta a su tierra. Almas jóvenes, quintos de Córdoba, de Aranjuez o de Badajoz, con el pelo cortado al cero que se aliviaban la soledad en la cantina del campamento o se hacían con un pase de pernocta para irse al centro de almería a evadirse un rato en la oscuridad del cine, a beber unas cervezas en la Plaza Masnou o a lanzar requiebros a las niñas por la Avenida del Generalísimo.
Años antes, por ese mismo campamento viatoreño, asentado como una reserva comanche frente a la mole de Sierra Alhamilla, pasaron los jóvenes militares del Regimiento de la Corona que derramaron sangre en el Barranco del Lobo, en el Gurugú, en Arruit y en cada rincón del Rif marroquí.
Después, durante la malhadada guerra, el Campamento se convirtió en un centro de militarización forzosa de milicianos. Allí llegaban los muchachos de los pueblos, con el miedo en los ojos, a los que se les daba un rancho de caldo de patatas en un plato de cobre y a los que destinaban al frente de Pozoblanco o al del Molinillo granadino, al mando del comandante Gallo.
Tras la disolución del Centro de Reclutamiento, pasó a ser en 1965 Brigada de Infantería de Reserva, hasta que en 1995 se convirtió, no sin debate en la sociedad almeriense, en Brigada de Infantería Ligera de la Legión (Brileg Rey Alfonso XIII). Y así hasta ahora, donde siguen estando los mismos símbolos de antaño: las taquillas, la cantina, el estanco con los sellos para las cartas, pero ya encuadrados en un ejército profesionalizado.
La historia del Campamento de Viator, que tantos recuerdos juveniles encierra, fue en sus inicios el sueño hecho realidad del general Alvarez de Sotomayor, a quien debe su nombre, un militar, que puso todo su empeño en esta instalación, aunque murió sin verla materializada.
Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores (1844-1912), nacido de una ilustre familia cuevana emparentada con la heroína Mariana Pineda, fue el militar que alentó la idea ante el Ministerio de la Guerra de situar un campamento que sirviera de depósito de tropas para Melilla. Ya retirado del servicio como General de División y fijando su residencia en Almería, diseñó planos de los cuarteles y campo de tiro en terrenos de Viator, impartió conferencias y escribió informes y memorias para hacer realidad ese propósito, al que darse ya pequeño el Cuartel de la Misericordia.
Fernando Alvarez de Sotomayor, hijo de un acaudalado propietario minero, bautizado en pila de mármol y concha de plata de las ricas minas del Jaroso, hizo carrera como militar: combatió en la III Guerra Carlistas, en Melilla y Cuba consiguiendo varias cruces al mérito militar y finalizando sus días de servicio como General, mediante orden de la Regente María Cristina. Su mayor contribución al ejército español, sin embargo, no estuvo en los campos de batallas, sino en su acendrada precisión matemática para calcular proyectiles.
En 1875 fue trasladado a la fábrica de armas de Trubia, en Oviedo, y allí diseñó un nuevo cañón ligero para proyectiles de 8 centímetros, una novedad mundial en el mundo de la artillería, que fue bautizado con su propio nombre.
En esos años el ‘Cañón Sotomayor’ formó parte del desfile celebrado en Madrid con motivo del centenario de Calderón en concepto de pieza más moderna de la artillería europea. Fue, junto al General Segura, también oriundo de Cuevas, el militar almeriense que alcanzó mayores distinciones y honores militares. En la capital almeriense dedicó sus últimos años a esa aspiración, a ese campamento militar del que fue principal paladín.
En el estudio que realizó en 1910 proyectó un campo de tiro y maniobras en El Alquián, que sí se hizo realidad, y un campamento en Viator para las armas de infantería, artillería y caballería.
Antes de morir dejó marcados los terrenos en una extensión de diez kilómetros desde el paraje de Cerro Gordo, con zonas de atrincheramiento, pasando por las fincas de Gindalba con agua abundante y el cauce de la Buena Unión hasta el paraje las Terricas de Almadiego, a nueve kilómetros de Almería.
Falleció Sotomayor en 1912 y el proyecto fue archivado en algún cajón del Ministerio de la Guerra, hasta 1917 en que el Ayuntamiento de Viator recuperó el proyecto y recopiló toda la documentación dejada por el general ante el anuncio del Gobierno de sacar a concurso un nuevo campamento militar en el sur.
No hubo más noticias de esa licitación hasta que en 1923, con el Gobierno en manos de un directorio militar presidido por Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella, se anunció que Almería dispondría de un acuartelamiento destinado a las tropas de reserva de Africa.
Una comisión de dirigentes de Almería acudió a Madrid a entrevistarse con el dictador para cerciorarse de que el anuncio, vía Decreto, no tendría vuelta atrás.
Primo de Rivera certificó el proyecto y en 1924 comenzaron los primeros trabajo con soldados del Regimiento de la Corona ingenieros zapadores del Ejército.
El 21 de julio de 1924, el propio Primo de Rivera llegaba en tren a la Estación de Almería para dar todo su apoyo a las obras del nuevo campamento y decidir ponerle el nombre de Campamento Alvarez de Sotomayor, en memoria de quien fue su principal abogado. El pueblo de Viator lo celebró por todo lo alto y la base fue inaugurada por fin en 1929.
Historia de un campamento
El campamento se empezó a construir en 1924 en el paraje viatoreño de Cerro Gordo y fue inaugurado en 1929.
Entre sus barracones quedaron los recuerdos cuarteleros de miles de reclutas de todas España y antes, la angustia de los soldados del Regimiento de la Corona que lucharon en el Rif
16/04/2017 Manuel León
Miles y miles de reclutas de la España de antes pasaron por sus barracones, escribiendo una carta amorosa diaria a la novia o a la madre, guardando el petate en la taquilla, soñando con la vuelta a su tierra. Almas jóvenes, quintos de Córdoba, de Aranjuez o de Badajoz, con el pelo cortado al cero que se aliviaban la soledad en la cantina del campamento o se hacían con un pase de pernocta para irse al centro de almería a evadirse un rato en la oscuridad del cine, a beber unas cervezas en la Plaza Masnou o a lanzar requiebros a las niñas por la Avenida del Generalísimo.
Años antes, por ese mismo campamento viatoreño, asentado como una reserva comanche frente a la mole de Sierra Alhamilla, pasaron los jóvenes militares del Regimiento de la Corona que derramaron sangre en el Barranco del Lobo, en el Gurugú, en Arruit y en cada rincón del Rif marroquí.
Después, durante la malhadada guerra, el Campamento se convirtió en un centro de militarización forzosa de milicianos. Allí llegaban los muchachos de los pueblos, con el miedo en los ojos, a los que se les daba un rancho de caldo de patatas en un plato de cobre y a los que destinaban al frente de Pozoblanco o al del Molinillo granadino, al mando del comandante Gallo.
Tras la disolución del Centro de Reclutamiento, pasó a ser en 1965 Brigada de Infantería de Reserva, hasta que en 1995 se convirtió, no sin debate en la sociedad almeriense, en Brigada de Infantería Ligera de la Legión (Brileg Rey Alfonso XIII). Y así hasta ahora, donde siguen estando los mismos símbolos de antaño: las taquillas, la cantina, el estanco con los sellos para las cartas, pero ya encuadrados en un ejército profesionalizado.
La historia del Campamento de Viator, que tantos recuerdos juveniles encierra, fue en sus inicios el sueño hecho realidad del general Alvarez de Sotomayor, a quien debe su nombre, un militar, que puso todo su empeño en esta instalación, aunque murió sin verla materializada.
Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores (1844-1912), nacido de una ilustre familia cuevana emparentada con la heroína Mariana Pineda, fue el militar que alentó la idea ante el Ministerio de la Guerra de situar un campamento que sirviera de depósito de tropas para Melilla. Ya retirado del servicio como General de División y fijando su residencia en Almería, diseñó planos de los cuarteles y campo de tiro en terrenos de Viator, impartió conferencias y escribió informes y memorias para hacer realidad ese propósito, al que darse ya pequeño el Cuartel de la Misericordia.
Fernando Alvarez de Sotomayor, hijo de un acaudalado propietario minero, bautizado en pila de mármol y concha de plata de las ricas minas del Jaroso, hizo carrera como militar: combatió en la III Guerra Carlistas, en Melilla y Cuba consiguiendo varias cruces al mérito militar y finalizando sus días de servicio como General, mediante orden de la Regente María Cristina. Su mayor contribución al ejército español, sin embargo, no estuvo en los campos de batallas, sino en su acendrada precisión matemática para calcular proyectiles.
En 1875 fue trasladado a la fábrica de armas de Trubia, en Oviedo, y allí diseñó un nuevo cañón ligero para proyectiles de 8 centímetros, una novedad mundial en el mundo de la artillería, que fue bautizado con su propio nombre.
En esos años el ‘Cañón Sotomayor’ formó parte del desfile celebrado en Madrid con motivo del centenario de Calderón en concepto de pieza más moderna de la artillería europea. Fue, junto al General Segura, también oriundo de Cuevas, el militar almeriense que alcanzó mayores distinciones y honores militares. En la capital almeriense dedicó sus últimos años a esa aspiración, a ese campamento militar del que fue principal paladín.
En el estudio que realizó en 1910 proyectó un campo de tiro y maniobras en El Alquián, que sí se hizo realidad, y un campamento en Viator para las armas de infantería, artillería y caballería.
Antes de morir dejó marcados los terrenos en una extensión de diez kilómetros desde el paraje de Cerro Gordo, con zonas de atrincheramiento, pasando por las fincas de Gindalba con agua abundante y el cauce de la Buena Unión hasta el paraje las Terricas de Almadiego, a nueve kilómetros de Almería.
Falleció Sotomayor en 1912 y el proyecto fue archivado en algún cajón del Ministerio de la Guerra, hasta 1917 en que el Ayuntamiento de Viator recuperó el proyecto y recopiló toda la documentación dejada por el general ante el anuncio del Gobierno de sacar a concurso un nuevo campamento militar en el sur.
No hubo más noticias de esa licitación hasta que en 1923, con el Gobierno en manos de un directorio militar presidido por Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella, se anunció que Almería dispondría de un acuartelamiento destinado a las tropas de reserva de Africa.
Una comisión de dirigentes de Almería acudió a Madrid a entrevistarse con el dictador para cerciorarse de que el anuncio, vía Decreto, no tendría vuelta atrás.
Primo de Rivera certificó el proyecto y en 1924 comenzaron los primeros trabajo con soldados del Regimiento de la Corona ingenieros zapadores del Ejército.
El 21 de julio de 1924, el propio Primo de Rivera llegaba en tren a la Estación de Almería para dar todo su apoyo a las obras del nuevo campamento y decidir ponerle el nombre de Campamento Alvarez de Sotomayor, en memoria de quien fue su principal abogado. El pueblo de Viator lo celebró por todo lo alto y la base fue inaugurada por fin en 1929.
Historia de un campamento
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