La idea es llenar la despensa de alimentos preventivos y así evitar ir a la farmacia en busca de suministro para el armario de los medicamentos. La doctora Guadalupe Blay, coordinadora del Grupo de Habilidades en Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), nos ha ayudado en la tarea de elaborar esa lista de los 12 alimentos que, según su criterio, no pueden faltar en nuestra dieta semanal si queremos terminar el invierno de forma saludable.
CALABAZA
Es uno de los alimentos más beneficiosos para mejorar nuestras defensas, a la vez que uno de los más olvidados en la lista de la compra. La calabaza tiene una elevada presencia de beta-caroteno que, tras ser absorbido por el organismo, se transforma en vitamina A. Ésta es beneficiosa para el sistema inmune, ya que refuerza las defensas y ayuda a prevenir enfermedades, especialmente del aparato respiratorio. Basta tomar un día a la semana, ya sea en forma de crema, al horno o con arroz, para mejorar las defensas. También es recomendable en caso de resfriados ya que ayuda a eliminar la mucosidad en bronquios, pulmones y garganta.
GRANADA
Es otro de los productos más típicos del invierno, pero a veces nos olvidamos de tomarlo por la pereza que supone pelarlo. Aunque, quizás, después de conocer las propiedades de esta fruta que sedujo a los árabes cuando llegaron a la península, cambiemos nuestra opinión sobre ella. Muy rica en vitamina C, cubre las necesidades diarias de ácido fólico y es tres veces más antioxidante que el té verde. También es recomendable cuando estamos enfermos, ya que goza de efectos curativos en caso de fiebre u otros males como dolores de garganta o infección de oído. Si no nos convence de postre podemos incluirla en ensaladas.
KIWI
Si tuviésemos que elegir entre tomar un zumo de naranja recién exprimido por la mañana o kiwi, la doctora Blay recomienda la segunda opción. Y no solo por su conocido efecto en la lucha contra el estreñimiento. El kiwi aporta más del doble de vitamina C que la naranja (favorece la absorción de hierro) y cubre de sobra las necesidades diarias de ésta, tanto en el caso de adultos como de niños. Esta vitamina es antioxidante, lo que significa que estimula el sistema inmunitario para prevenir posibles infecciones como resfriados y gripes.
MANDARINA Y ZUMO DE NARANJA
En cuestión de frutas, los cítricos son uno de los grandes aliados del invierno. Todos hemos recurrido alguna vez al zumo de naranja para frenar el avance del resfriado y hemos salido victoriosos. Pues bien, esta fruta es muy rica en vitamina C, mucho más que la mandarina, aunque ésta aporta grandes dosis de beta-caroteno, provitamina A. De ahí que la doctora Blay recomiende alternarlas. Además, tampoco debemos olvidarnos del limón, especialmente cuando ya estamos enfermos. Su poder antiséptico lo convierte en un remedio natural infalible contra la tos y el dolor de garganta.
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HUEVO
Denostado por su alto contenido en colesterol, la realidad es que el huevo es mucho más beneficioso de lo que podemos imaginar. En primer lugar
porque el organismo no absorbe el elevado colesterol que contiene y en segundo lugar porque es un alimento rico en minerales, especialmente selenio y zinc, que ayudan a mantener el sistema inmunológico sano. Existen estudios que señalan que la deficiencia de uno y otro está relacionada con el aumento de gripes y resfriados o el desarrollo más agudo de estas enfermedades. No hace falta comerlo todos los días, aunque la doctora Guadalupe Blay insiste en que no supondría ningún problema para nuestro organismo: “Si no lo hacemos es porque hay que variar”.
AJO CRUDO
Crudo porque de esta forma no pierde ninguna de sus infinitas propiedades. El ajo es el antibiótico natural más famoso del supermercado. Es preventivo y también curativo. Incrementa las defensas y mejora la respuesta del organismo ante el ataque de virus y bacterias. Además, sirve para tratar infecciones respiratorias y plantarle cara a la tos. Sus propiedades mucolíticas ayudan a expulsar los mocos en procesos gripales y catarrales. Sobran las razones para comerlo cada semana y no deberíamos encontrar en su fuerte olor una excusa para evitarlo. Hay remedios naturales para contraatacar el mal aliento que genera (tomarse un zumo hecho solo de limón después de comerlo o masticar hojas de perejil) y también se puede recurrir a las cápsulas de ajo porque tienen las mismas propiedades que el alimento.
CEBOLLA
Su efecto beneficioso es similar al del ajo, aunque cuenta con una ventaja: no pierde las propiedades al cocinarse. La cebolla goza de un gran poder preventivo, del que ya se percataron los romanos y griegos, y que recientemente demostró un estudio realizado por la Universidad de Nebraska. Según los investigadores, el caldo de cebolla (tan utilizado por las abuelas para combatir el catarro) ayudaba a fortalecer el sistema inmunitario y a aliviar la inflamación de garganta.
FRUTOS SECOS
Olvídate de la mala fama que les rodea y de su elevado aporte calórico. Las grandes dosis de energía en invierno están justificadas porque es la forma de mantener la temperatura corporal. Aunque tampoco se trata de abusar. La doctora Blay recomienda tomar alrededor de 60 gramos diarios de frutos secos, aunque no valdrían todos. Nueces, avellanas, almendras, pistachos o pipas de calabaza son los más sanos de la lista.
MANZANILLA
Si beber manzanilla siempre es saludable, en invierno lo es especialmente por su poder antitusígeno. Y es que esta infusión, muy recomendable en caso de dolor de estómago, cuenta con propiedades para calmar y aliviar la tos.
MIEL
No es ninguna novedad que la miel no debería faltar en nuestras despensas en invierno. Porque no sólo tiene un poder curativo (
un estudio publicado en 2007 en la revista médica Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine descubrió que es incluso mejor antitusivo que el dextrometorfano, un principio activo que contienen los jarabes para calmar la tos), sino que es también preventivo, ya que ayuda a incrementar las defensas. Guadalupe Blay recomienda incluir una cucharada cada mañana en la leche para empezar el día con más energía y evitar catarros y gripes indeseados.
LEGUMBRES
Le pasa un poco como a los frutos secos, al ser especialmente energéticas son muy beneficiosas para mantener la temperatura corporal en invierno. “Les tenemos mucho respecto y las deberíamos consumir un día a la semana mínimo”, asegura la doctora Blay, quien no establece diferenciación entre unas legumbres y otras. Todas aportan hierro, lo que ayuda a mejorar la respuesta inmunitaria.
YOGURES
No previene, pero sí es fundamental incluirlo en la dieta cuando, en caso de enfermedad, el médico recomienda el uso de antibióticos. Estos destruyen la flora intestinal que hay que regenerar, y para ello es beneficioso el consumo diario de estos lácteos. Si queremos evitar que la gripe termine con dolor de estómago tendríamos que comer un yogur por cada día de tratamiento. Aquí no vale decir “ya tomé uno la semana pasada” porque el yogur tiene efecto en el momento y no deja recuerdo. Es decir, hay que comerlos cada día para beneficiarse de sus bondades.
EL HUFFINGTON POST | Por Margarita Lázaro
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