jueves, 12 de septiembre de 2024

Millares: una de las joyas más antiguas del mundo en imágenes (02)

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Millares: una de las joyas más antiguas del mundo en imágenes

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Millares: una de las joyas más antiguas del mundo en imágenes








Millares: una de las joyas más antiguas del mundo en imágenes

Los Millares, así era la misteriosa ciudad almeriense de hace 5.000 años

Los Millares, así era la misteriosa ciudad almeriense de hace 5.000 años
La campaña arqueológica 2024 comienza el próximo lunes 16 de septiembre y promete novedades



Elena Ortuño • 11 sept. 2024

Un ‘fortín’ donde contar la historia de Los Millares en pleno yacimiento
Millares, esa imponente civilización protegida por cuatro murallas defensivas -algunas de hasta 10 metros de grosor- y por una red de 13 fortines situados en los alrededores del conjunto que controlan todos los pasos naturales hasta el asentamiento. Millares, ese yacimiento que, entre tolos y dólmenes, cuenta con una necrópolis de más de 80 tumbas, con un centro de poder político localizado y con una ciudadela en la que se han encontrado talleres de metalurgia.

Millares, esa cultura que sorprende a todo aquel que se atreve a viajar hasta el municipio de Santa Fe de Mondújar para adentrarse en los secretos de un pueblo que rompe todos los prejuicios sobre cómo vivían los 'almerienses' hace, ni más ni menos, 5.000 años. Ese Millares lo tenemos aquí, en la provincia de Almería, y gracias a su estado de conservación y a sus impresionantes dimensiones, podemos afirmar orgullosos que es único en su especie.

Un colosal templo palaciego

El yacimiento se prepara para una nueva excavación, que comenzará el próximo lunes 16 de septiembre y que se extenderá hasta el 31 de octubre. Para dicha intervención, el equipo de Los Millares cuenta con un gran número de estudiantes voluntarios y un equipo multidisciplinar, cuya cabeza es bicéfala. Por un lado se encuentra Juan Antonio Cámara como director del proyecto y por otro Alberto Dorado como director de la campaña arqueológica.

Este año los objetivos de la intervención son tan ambiciosos como suculentos. "Vamos a continuar las excavaciones con un edificio singular por su forma, que es rectangular", explica Martín Haro, coordinador de Los Millares. A esto Cámara añade que "el bloque tiene una complejidad enorme, puesto que tiene varias habitaciones en torno a una sala central".

La estructura descoloca a todo aquel investigador que ha puesto sus manos sobre él: "Nos sorprende por sus dimensiones. Aún no sabemos con exactitud su cronología, pero podríamos estar hablando de una Edad del Cobre reciente, entre el 2500 y el 2400 a. C. En esta etapa no encontramos ningún paralelo en toda la Península Ibérica. Para hallar algo similar tendríamos que viajar hasta el Próximo Oriente", narra el coordinador, quien insiste que todo está en el aire hasta que continúen la excavación.

La forma del edificio llama la atención respecto al resto de elementos arquitectónicos de la zona, que son circulares, a excepción de la sala de forja. Así, esta estructura, en el punto de mira de la campaña 2024, es una construcción que se ha interpretado como "un centro de poder político"; bien podría ser un "templo-palacio", aunque esta interpretación también podría cambiar conforme la investigación avance.

Otras intervenciones esperanzadoras

Además del posible complejo palaciego, en la ciudadela también se pretende intervenir "lo que parece ser una cisterna", señala Cámara. A esto Martín Haro añade que, de confirmarse, "sería la cisterna con mayor capacidad de toda Andalucía y, probablemente, de toda la Península dentro del periodo del Cobre".

Asimismo, también se quiere abordar la entrada amurallada de la línea cuatro, la que da paso a la ciudadela (centro neurálgico en el que se origina la cultura de Los Millares): "Queremos ver realmente cómo era esa puerta", explican los investigadores.

Como última meta, aunque no menos importante, se han propuesto excavar la llamada 'Tumba de La Chilena'. Expoliada por caza tesoros en los años 50, el ajuar funerario fue recuperado gracias a una denuncia y recolocado en el Museo de Almería. Con esta nueva intervención arqueológica les interesa saber "qué otros objetos tenía" y "qué produjo el incendio que acabó por derrumbar la tumba": "Seguramente quisieran limpiar el espacio para hacer sitio a más cadáveres y se les fuese de las manos, pero tenemos que comprobarlo", señala Juan Antonio, director del proyecto.

Los misterios de Millares

Los Millares destacan por sus grandes dimensiones y por su excelente conservación, debida al material de construcción (la piedra) y a que ninguna otra población se ha establecido en la misma meseta. Gracias a ambos rasgos, son el sueño de cualquier arqueólogo que se precie. 

Si bien su cerámica campaniforme, sus cabañas construidas a base de piedra, vegetales y barro y sus útiles de hueso, marfil y cobre se pueden tocar y observar, hay una gran parte de la cultura de Los Millares que es abstracta y que es objeto de múltiples interpretaciones. Sus creencias, organización política y social o las relaciones que tenían entre ellos y con otras tribus solo se pueden intuir a base de los restos materiales que dejaron tras de sí. He ahí el alma misteriosa de Los Millares.

Se cree que los pobladores del llano de Los Millares, junto al Río Andarax y la Rambla de Huéchar, tenían creencias religiosas astronómicas, de tipo solar-lunar. "La luna tiene mucho que ver con temas relacionados con la agricultura y la fertilidad de las mujeres. Existen una serie de elementos en decoración cerámica que podrían ser los cinco planetas visibles en la Prehistoria. También aparece la barca solar, que transportaba a los astros, ya que antes no sabían cómo funcionaba todo", explica Martín Haro. 

Que prácticamente las 80 tumbas de la necrópolis estén orientadas al este tampoco es casualidad: "Durante los equinoccios de otoño y primavera, el primer rayo de sol penetra a través del corredor y llega a la cámara funeraria", relata el coordinador. "Esto y los ídolos que hemos encontrado hacen bastante posible que la religión formase parte de su día a día", reconoce.

Hay quienes interpretan que Los Millares fueron una sociedad igualitaria en la que no cabría la diferenciación social. Al respecto, Haro desvela que en las letras nunca se pondrán de acuerdo: "Hay muchos investigadores, entre los que me incluyo, que sí creen en la jerarquización de Millares, porque para levantar un complejo así hace falta planificación y una dirección que tenga el control social, económico y político".

También la necrópolis, a las afueras de la ciudad, puede dar pistas acerca del dilema. Hay tumbas con más de un centenar de personas enterradas: "Una de las hipótesis es que se trata de una tumba familiar o de un clan, pero también puede ser el enterramiento de la élite de los guerreros -se han encontrado puntas de flecha-, que se habrían enterrado con la servidumbre", se atreve a plantear Haro.

Pero no siempre es todo blanco o negro. El gris de Los Millares se encuentra en una versión que también relata Haro: "Se trata de una civilización que duró más de mil años. En ese proceso histórico pudieron iniciarse como una sociedad más igualitaria. Conforme pasó el tiempo, unas élites podrían haber adquirido más poder que el resto". Sea como fuere, aún queda una ingente cantidad de conocimiento que sustraer de las milenarias piedras del enclave almeriense.
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martes, 12 de marzo de 2024

Los bosques de Los Filabres reviven con los 'hijos' de sus árboles centenarios

NATURALEZA
Los bosques de Los Filabres reviven con los 'hijos' de sus árboles centenarios
Serbal planta ejemplares de pino laricio y alcornoques con semillas de la zona para recuperar la flora natural de las sierras almerienses

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Serbal planta ejemplares de alcornoques procedentes de otros árboles de la zona. / SERBAL

VÍCTOR VISIEDO
11 Marzo, 2024

Hace unos siglos, las sierras de la provincia de Almería se veían muy diferentes a como son ahora. La flora autóctona no era, en muchos casos, la misma que cubre de tonos verdes, marrones y amarillos nuestros campos. Las masas forestales actuales son el resultado de la degradación humana y de las recientes repoblaciones.

Gracias al proyecto "Filabres, el renacer del bosque frontera" que lleva a cabo Serbal (Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense), esa sierra de la provincia de Almería está recuperando, poco a poco, ese aspecto que tenía hace siglos. Y es que están reintroduciendo algunas especies ya casi desaparecidas, como el pino laricio y el alcornoque, de las que tan solo quedan algunos ejemplares esparcidos por manchas muy concretas.

"Los pinares actuales son casi todos de las repoblaciones que se hicieron a partir de los años 50 del siglo XX, cuando se abandonó la minería", explica Emilio González, presidente de Serbal. Sobre unos suelos totalmente esquilmados se plantaron pinos silvestres, resineros y algunos laricios, pero provenientes de otras zonas. Como explican los hermanos José y Jesús García Latorre en su libro "Almería, hecha a mano: una historia ecológica", estos pinares son masas homogéneas, espesas y extensas, de árboles generalmente pequeños y muy finos, en las que la sombra impide el desarrollo de un estrato arbustivo. "Esos pinos ya han hecho su trabajo, de recuperación del suelo, pero no son la vegetación original", aclara el presidente de Serbal.

Pero, ¿cómo era la vegetación natural de Almería? Según cuentan los hermanos García Latorre, en las zonas más bajas estarían cubiertas de matorrales, pero más altos y densos que los actuales. Por otro lado, las zonas montañosas habrían estado cubiertas  por el tradicional bosque mediterráneo, con los encinares como protagonistas, mientras que las cumbres de las sierras calizas estarían pobladas por pinares de alta montaña de pino laricio.

También quedan algunas pequeñas zonas de alcornocales. Sí, en Almería también hay alcornoques, aunque tan solo se han inventariado 119 individuos: la gran mayoría en Los Filabres (79), aunque también hay en Sierra Cabrera (26) y Sierra Nevada (14).

Por suerte, en diversos puntos de la provincia de Almería, como en la Sierra de Los Filabres, aún perviven algunos de esos árboles antiguos, con más de tres siglos de vida, que dan cuenta de cómo fue la vegetación de los bosques almerienses. Así, en el Calar del Gallinero (Bacares), por ejemplo, hay unos 70 ejemplares de pino laricio cuyos "hijos" están sirviendo para repoblar la zona. "De estos últimos supervivientes hemos recogido semillas, sacado plantones, y ahora, estamos reintroduciéndolos en el campo", explican desde Serbal.

Con esa labor se asegura que los nuevos árboles conserven la genética de los pinos centenarios que están adaptados al terreno. "En ningún caso traemos plantas de otros orígenes, sino que cogemos semillas de la propia sierra de Los Filabres, para conservar su genética, que es especial", explica Emilio González. 

Serbal cuenta con un vivero cedido por la Universidad de Almería gracias a un convenio de colaboración firmado con CECOUAL (Centro de Colecciones de la Universidad de Almería). Allí siembran las semillas recolectadas en la sierra para, tras un proceso de dos años de maduración, llevarlas de nuevo al campo. Unas actuaciones que se llevan a cabo siempre en montes públicos de la Junta de Andalucía, previa aprobación.


Integrantes de El Toyo Basket plantaron 50 ejemplares de pino laricio en el Calar del Gallinero (Bacares). / SERBAL

La sociedad, implicada en la reforestación
El proyecto "Filabres, el renacer del bosque frontera" ha traspasado las fronteras del ámbito académico y de la propia Serbal. Su programa para reforestar los bosques almeriense ha calado en la sociedad almeriense y son muchos colectivos los que están colaborando, de una forma u otra.

Hace unas semanas, el club de baloncesto El Toyo Basket llevó a cabo una iniciativa llamada "Trees for Threes". Por cada triple anotado por sus equipos durante el primer fin de semana de febrero plantaron un árbol en los Filabres. Fueron en total 50 ejemplares de pinos laricios, en el Calar del Gallinero. 

Por otro lado, también han participado en las plantaciones los internos del Centro Penitenciario El Acebuche o los alumnos del IES Alto Almanzora (Tíjola), que lideran un proyecto que busca que la Sierra de los Filabres sea declarada como Parque Natural.

Nuevos alcornoques en Purchena
Dentro del proyecto de Serbal en Los Filabres, otra de las acciones que han llevado a cabo en las últimas semanas ha sido la plantación de una veintena de alcornoques en el Barranco del Esparteño, en Purchena. Este es el alcornocal más grande que queda en la provincia de Almería, con unos 69 ejemplares, según el inventario publicado en 2004 por Ayala, Acosta, Lozano, Suanes y Valero.


Plantación de uno de los alcornoques. / SERBAL

Si bien la "estrella" de los bosques almerienses fue la encina —el encinar, que debió ser el protagonista en gran parte de la sierra de Los Filabres, fue roturado para ser transformados en zonas de cultivo y tan solo se salvaron algunas manchas, especialmente en los montes de Serón, donde quedan ejemplares tan singulares como la Encina de la Peana, declarada Monumento Natural—, sus "primos hermanos", los alcornoques, también han tenido presencia desde hace cientos de años. "Está documentado que en los siglos XVI y XVII se explotaron para la obtención de corcho", explica el presidente de Serbal.

Gracias al trabajo de esta asociación, poco a poco los bosques de alcornoques, pinos laricios y encinas de Almería van recuperando el aspecto que tuvieron hace muchas décadas, aunque el proceso será largo. Queda aún mucho que hacer. Y es que, a pesar de lo que perdura en el imaginario popular, Almería no es un enorme desierto, sino que hay muchas zonas verdes con una gran diversidad.
Los bosques de Los Filabres reviven con los 'hijos' de sus árboles centenarios