Con 1.702 años, así miman al olivo más grande de España
Olivo milenario Bodegas Peset Vallés.Olivo milenario Bodegas Peset Vallés.
Tiene 10,2 metros de circunferencia y fue plantado en el año 314, bajo el emperador romano Constantino
AFP 17 enero 2017
El sol se pone y decenas de majestuosos árboles proyectan sus sombras sobre la tierra ocre del Levante español. Son olivos milenarios, que hay que proteger de la codicia de comerciantes sin escrúpulos que los arrancan de la tierra en aras de un buen negocio.
Amador Peset Celma, de 37 años, ataviado con un chaleco verde y botas de senderismo, se baja de un 4x4 destartalado y atraviesa el campo a toda velocidad. Se detiene ante un olivo inmenso, que parece desafiar el viento frío.
Los diez metros corresponden a más de mil años de historia, según la dendrometría, la ciencia de la medición de la edad de los árboles
"Estás posiblemente delante del olivo más grande del mundo, de 10,2 metros de circunferencia", dice con orgullo.
Los diez metros corresponden a más de mil años de historia, según la dendrometría, la ciencia de la medición de la edad de los árboles.
Peset, hijo de agricultores, cuida 106 "monumentos" como éste. Limpia minuciosamente sus enrevesadas ramas y elimina las malas hierbas que chupan su savia como vampiros.
Sin intervención humana, "el olivo se muere porque todas las malas hierbas van comiendo, van comiendo hasta que lo secan y lo matan", cuenta al describir la fascinante alianza entre estos árboles y sus cuidadores.
El agricultor Joan Porta, de 75 años, explica que hasta hace unos años estos olivos solían terminar en forma de leña destinada a las granjas.
"Ahora te das cuenta que son árboles de mil años, ¡son únicos!", exclama, mientras observa con cariño al monarca de estos campos familiares, el olivo "La Farga del Arión".
El árbol tiene 1.702 años, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. Fue plantado en el año 314, bajo el emperador romano Constantino
El árbol tiene 1.702 años, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. Fue plantado en el año 314, bajo el emperador romano Constantino.
Los olivos, sembrados en España por griegos y romanos, cubren unos 2,5 millones de hectáreas en este país, un cuarto del total a nivel mundial.
La agrónoma de la Universidad de Córdoba Concepción Muñoz ha recorrido el país para catalogarlos.
El olivo, dice, "está dentro de las especies más longevas, no se sabe realmente por qué (...) tiene una capacidad de rebrote increíble, tiene muchas yemas latentes (...) capaces de regenerar el árbol por completo".
Sin embargo, a mediados de los años 2000 "empezamos a oír el malestar de alguna gente que contaba que se estaban arrancando los olivos, que pasaban tráilers cargados" de enormes troncos, cuenta María Teresa Adell.
Ella es la gerente de una mancomunidad de 27 municipios de Valencia, Cataluña y Aragón (este), Taula del Senia, movilizada para defender este patrimonio.
Por esos años cuentan que se arrancaron centenares de olivos para ser vendidos como objetos de decoración dentro y fuera de España.
De hecho aún se encuentran en internet viveros extranjeros que ofrecen olivos "centenarios, milenarios o majestuosos".
Todd's Botanics, en el Reino Unido, propone árboles de España, entre ellos un ejemplar de Valencia por 3.500 libras.
"Compro uno o dos al año", confirma su propietario, Mark Macdonald, aunque explica que solo adquiere árboles con terrones, por decisión ética.
Los clientes son "personas con fuerte poder adquisitivo, para quienes la compra engloba un proyecto más importante", explica el viverista Nicolas de Boigne, especialista en árboles majestuosos.
El magnate francés del vino Bernard Magrez es uno de ellos. Los ha replantado en jardines de sus bodegas, incluido el conocido Chateau Pape Clément. Una decena de ejemplares de "entre 1015 y 1860 años", adquiridos en 2011 en una de las subastas más importantes de olivos milenarios.
Pero eso es como "coger una catedral y cambiarla de sitio", dice indignado César Javier Palacios, portavoz de la fundación medioambiental Félix Rodríguez de la Fuente.
Roamhy Machoïr-Heras, organizadora de la venta, se defiende: los árboles ya estaban en terrones, dice, al afirmar que "los rescatamos", recordando que sin oferta de los agricultores locales no habría venta.
De los 44 ejemplares, algunos fueron vendidos por más de 60.000 euros. Y los que no fueron a parar a las propiedades de Bernard Magrez, se unieron a una "suntuosa colección" en Medio Oriente.
"Para mí no son árboles, sino esculturas (...), obras de arte", señala con pasión Roamhy Machoïr-Heras, quien investigó su historia durante siete meses.
Palacios lanzó una petición "contra el espolio de viejos olivos", que ha reunido 154.000 firmas en Change.org.
Pedimos "a los países que desarrollen normativas que prohíban el tráfico, como con el marfil", explica el activista, al celebrar que el comercio ya ha caído porque la gente entiende que son "tesoros del patrimonio".
"Si se arrancan (...) se pierde toda la información asociada a sus variedades", argumenta la agrónoma Muñoz, que ha catalogado 260 variedades en España, a veces con un solo ejemplar.
Los municipios de Taula del Senia han inventariado los más antiguos para protegerlos: unos 4.900 en total, conformando "la región del mundo con la más alta concentración de olivos milenarios", aunque también los hay en Italia y Grecia, según María Teresa Adell.
Desde 2006, la región de Valencia prohíbe arrancar árboles de más de seis metros de perímetro.
Y el tema fue llevado al cine en 2016 por Icíar Bollaín en "El Olivo".
Para terminar de convencer a los agricultores, Taula del Senia encontró un argumento económico: la producción de "aceite de oliva milenario", procedente únicamente de estos árboles contabilizados bajo estrictas normas de calidad que garantizan aroma y suavidad.
El litro se vende localmente por unos 18 euros, y en China alcanza los 90.
Amador Peset ya está por ello negociando con compradores asiáticos, dispuestos a encargar mil botellas de 100 ml... para la industria cosmética.
Con 1.702 años, así miman al olivo más grande de España
martes, 17 de enero de 2017
sábado, 14 de enero de 2017
El parque Nicolás Salmerón, más de un siglo mirando al Puerto
CÓMO HEMOS CAMBIADO
El parque Nicolás Salmerón, más de un siglo mirando al Puerto
El parque, en sus primeros años de vida. / IDEAL
Este enclave de la capital se caracteriza por su extensa vegetación, sus fuentes y los muchos lugares de ocio con los que cuenta
CÉSAR VARGAS | ALMERÍA 8 enero 2017
El Puerto de Almería está de rigurosa actualidad estos días. El proyecto de integrarlo en la ciudad está aprobado y sólo el tiempo dirá si finalmente se lleva a cabo o queda guardado en el cajón del olvido como otras tantas intervenciones. Hay una parte de Almería que siempre ha mirado al Puerto y que aún hoy sigue haciéndolo. Una zona que da forma a este paisaje y que escucha las sirenas de los barcos, siente el ajetreo de los pasajeros y nota el ir y venir del mar. El Parque Nicolás Salmerón se erige como el principal pulmón de la ciudad y el nexo entre ésta y su puerto.
Con más de 50.000 metros cuadrados de extensión, este enclave se caracteriza por su enorme palmeral, sus bonitas fuentes y sus múltiples zonas de recreo en las que cada día miles de almerienses deciden pasar unas horas, ya sea haciendo deporte, relajándose entre la vegetación o paseando a sus mascotas.
Dividido en dos partes
Con más de 50.000 metros cuadrados de extensión, está dividido en dos partes: el Paseo Nuevo y el Paseo Viejo
Primitivamente sólo existía el Paseo Viejo, integrado por el actual Paseo de San Luis, donde destaca la escalinata situada al final de la calle La Reina. Fue diseñado por José María de Acosta hacia 1890. Hoy abarca desde la llamada fuente de los Peces, al final de la calle Real, hasta el extremo occidental del Parque, la actual Avenida del Mar.
En cambio, el Parque Nuevo se sitúa a levante, hasta la Rambla, y es fruto de una fase de ampliación del puerto concluida tras la Guerra Civil. El Arquitecto Guillermo Langle reformará ese espacio en la posguerra con pequeños estanques y pérgolas. Sin embargo el diseño fue transformado posteriormente en 1971, con motivo de la Semana Naval de Almería.
La fuente con más tradición es la redonda o de los Peces, proyectada en 1957 por Jesús de Perceval con una pequeña columna clásica levantada sobre un zócalo decorado en sus tres frentes con gigantescos peces abriendo sus fauces, que da acceso al casco antiguo de la ciudad a través de la calle Real. El Parque Viejo destaca por su multitud de árboles centenarios de gran tamaño, con corpulentos troncos e inmensas copas que proporcionan sombra al visitante tanto en invierno como en verano. Una reciente remodelación ha aprovechado los viejos sillares de la rambla.
Como no podía ser de otra manera, su existencia está fuertemente ligada al Puerto de Almería. Éste también ha sufrido lógicos cambios con el curso del tiempo. En 1978, cuando se cumplió el primer centenario de la Junta de Obras del Puerto, recuperó su carácter comercial. Los signos más evidentes son, sin duda, el cerramiento exterior, que lo separa del Parque Nicolás Salmerón y que crea ya un espacio específicamente portuario. La transformación del puerto se produce progresivamente y se inicia con los planes de desarrollo que se llevan a cabo a principios de los sesenta. Es, precisamente, este aislamiento, con lo que se pretende acabar con el nuevo proyecto del puerto-ciudad. El Parque Nicolás Salmerón volverá a ser testigo privilegiado de estos cambios si se producen, tal y como lo ha sido a lo largo de sus más de 150 años de historia.
Tanto el Parque Viejo como el Parque Nuevo son dos de las zonas más bellas, características y concurridas de la capital, flanqueadas por los propios jardines del Parque, el puerto, el inicio del Paseo Marítimo y la avenida construida en el antiguo cauce de la Rambla.
Su longitud hace que el Parque Nicolás Salmerón tenga vistas extensas y variadas, desde La Alcazaba, que se ve en algún punto del paseo más próximo al barrio de La Chanca, hasta el Cable Inglés, en su extremo más oriental, ya pegado a la desembocadura de la Rambla y el Paseo de Almería. Un lugar único de la capital.
El Parque Nicolás Salmerón debe su nombre actual al célebre almeriense nacido en Alhama de Almería, conocido por ser uno de los presidentes de la I República, el único almeriense en llegar a ser Jefe de Estado. No puede tener mejor homenaje que el de dar nombre al paseo más verde y amplio de la capital de la provincia. Un lugar que data de 1855 y que conoce de sobra la historia de Almería.
El parque Nicolás Salmerón, más de un siglo mirando al Puerto
El parque Nicolás Salmerón, más de un siglo mirando al Puerto
El parque, en sus primeros años de vida. / IDEAL
Este enclave de la capital se caracteriza por su extensa vegetación, sus fuentes y los muchos lugares de ocio con los que cuenta
CÉSAR VARGAS | ALMERÍA 8 enero 2017
El Puerto de Almería está de rigurosa actualidad estos días. El proyecto de integrarlo en la ciudad está aprobado y sólo el tiempo dirá si finalmente se lleva a cabo o queda guardado en el cajón del olvido como otras tantas intervenciones. Hay una parte de Almería que siempre ha mirado al Puerto y que aún hoy sigue haciéndolo. Una zona que da forma a este paisaje y que escucha las sirenas de los barcos, siente el ajetreo de los pasajeros y nota el ir y venir del mar. El Parque Nicolás Salmerón se erige como el principal pulmón de la ciudad y el nexo entre ésta y su puerto.
Con más de 50.000 metros cuadrados de extensión, este enclave se caracteriza por su enorme palmeral, sus bonitas fuentes y sus múltiples zonas de recreo en las que cada día miles de almerienses deciden pasar unas horas, ya sea haciendo deporte, relajándose entre la vegetación o paseando a sus mascotas.
Dividido en dos partes
Con más de 50.000 metros cuadrados de extensión, está dividido en dos partes: el Paseo Nuevo y el Paseo Viejo
Primitivamente sólo existía el Paseo Viejo, integrado por el actual Paseo de San Luis, donde destaca la escalinata situada al final de la calle La Reina. Fue diseñado por José María de Acosta hacia 1890. Hoy abarca desde la llamada fuente de los Peces, al final de la calle Real, hasta el extremo occidental del Parque, la actual Avenida del Mar.
En cambio, el Parque Nuevo se sitúa a levante, hasta la Rambla, y es fruto de una fase de ampliación del puerto concluida tras la Guerra Civil. El Arquitecto Guillermo Langle reformará ese espacio en la posguerra con pequeños estanques y pérgolas. Sin embargo el diseño fue transformado posteriormente en 1971, con motivo de la Semana Naval de Almería.
La fuente con más tradición es la redonda o de los Peces, proyectada en 1957 por Jesús de Perceval con una pequeña columna clásica levantada sobre un zócalo decorado en sus tres frentes con gigantescos peces abriendo sus fauces, que da acceso al casco antiguo de la ciudad a través de la calle Real. El Parque Viejo destaca por su multitud de árboles centenarios de gran tamaño, con corpulentos troncos e inmensas copas que proporcionan sombra al visitante tanto en invierno como en verano. Una reciente remodelación ha aprovechado los viejos sillares de la rambla.
Como no podía ser de otra manera, su existencia está fuertemente ligada al Puerto de Almería. Éste también ha sufrido lógicos cambios con el curso del tiempo. En 1978, cuando se cumplió el primer centenario de la Junta de Obras del Puerto, recuperó su carácter comercial. Los signos más evidentes son, sin duda, el cerramiento exterior, que lo separa del Parque Nicolás Salmerón y que crea ya un espacio específicamente portuario. La transformación del puerto se produce progresivamente y se inicia con los planes de desarrollo que se llevan a cabo a principios de los sesenta. Es, precisamente, este aislamiento, con lo que se pretende acabar con el nuevo proyecto del puerto-ciudad. El Parque Nicolás Salmerón volverá a ser testigo privilegiado de estos cambios si se producen, tal y como lo ha sido a lo largo de sus más de 150 años de historia.
Tanto el Parque Viejo como el Parque Nuevo son dos de las zonas más bellas, características y concurridas de la capital, flanqueadas por los propios jardines del Parque, el puerto, el inicio del Paseo Marítimo y la avenida construida en el antiguo cauce de la Rambla.
Su longitud hace que el Parque Nicolás Salmerón tenga vistas extensas y variadas, desde La Alcazaba, que se ve en algún punto del paseo más próximo al barrio de La Chanca, hasta el Cable Inglés, en su extremo más oriental, ya pegado a la desembocadura de la Rambla y el Paseo de Almería. Un lugar único de la capital.
El Parque Nicolás Salmerón debe su nombre actual al célebre almeriense nacido en Alhama de Almería, conocido por ser uno de los presidentes de la I República, el único almeriense en llegar a ser Jefe de Estado. No puede tener mejor homenaje que el de dar nombre al paseo más verde y amplio de la capital de la provincia. Un lugar que data de 1855 y que conoce de sobra la historia de Almería.
El parque Nicolás Salmerón, más de un siglo mirando al Puerto
El pistacho ecológico toma impulso
El pistacho ecológico toma impulso
Miguel Ángel Ortiz cuenta con cuatro hectáreas de pistacho en el paraje albojense de El Saliente Alto, y que cultivó allá por mayo de 2015. / RAFAEL GONZÁLEZ
La superficie de este cultivo está creciendo en Almería, pasando de 10 a 20 hectáreas en solo dos años. Los buenos precios en el mercado por la baja oferta lo convierten en una apuesta segura
FRAN MATURANA 14 Enero, 2017
El pistacho ecológico se ha convertido en una nueva alternativa pujante para el campo almeriense. Así lo dicen los datos, pues de 5 operadores que había en 2014 dedicados a este cultivo, hoy la cifra asciende a 11, el doble. Algo que en extensión se traduce en las 10,22 hectáreas de hace ahora casi tres años, a las 20,07 actuales, y creciendo.
En Andalucía, la superficie casi se ha cuadruplicado en los últimos dos años, incrementándose desde las 116 hectáreas de 2014 a más de 430 hectáreas en 2016 según los datos provisionales de que dispone la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Por tanto, este crecimiento en el cultivo en tan poco tiempo es producto de la alta rentabilidad que presenta este cultivo para sus productores ecológicos, que apuestan por la diversificación en sus explotaciones, ya que su precio de mercado es bastante elevado debido a la baja oferta de producción andaluza.
Por provincias, destaca especialmente Granada, que con más de 130 hectáreas en 2016, concentra el 30% del total de la superficie de pistacho ecológico de la región. Sevilla suma 90 hectáreas (21%); Córdoba, 88 hectáreas (20,4%); Jaén, 85 hectáreas (casi 20%); Almería, 20 hectáreas (4,6%); Málaga, ocho hectáreas (1,8%); y Huelva, 7,6 hectáreas (1,7%). El pistacho se encuentra, junto al aloe vera, la stevia y la lima, entre los cultivos ecológicos emergentes actualmente en Andalucía, y a ellos se suman otros productos que aún no tienen gran representatividad en el campo andaluz, pero cuyo futuro parece prometedor. Entre estos últimos alimentos se encuentran la quinoa, el kumquat y las trufas ecológicas. En Almería se podría unir a ellos la papaya, donde las pruebas entre agricultores están cada vez más extendidas. Si bien se trata de cultivos con grandes diferencias, todos tienen en común el hecho de ser actividades económicas con una estrecha vinculación con el territorio donde se desarrollan y que aprovechan los recursos de la zona donde se ubican.
En definitiva, todos ellos son sectores emergentes con un futuro empresarial con buenas perspectivas que puede llevar aparejada la generación de empleo en su zona de influencia, ya que la producción ecológica precisa de mayor mano de obra que las técnicas convencionales.
Clima propicio en la comarca del Almanzora
Miguel Ángel Ortiz es un joven agricultor, emprendedor, que cuenta con 65 hectáreas de almendro en la pedanía albojense de El Saliente Alto, y donde a principios de 2015 instaló un sistema de riego localizado que le ha permitido aumentar su producción y, además, embarcarse en la aventura del pistacho. Plantó cuatro hectáreas (de las 20 que hay actualmente en la provincia), tres de regadío y una de secano. Una apuesta muy personal de este joven, que llevaba tiempo investigando sobre este cultivo y que finalmente se ha convertido en uno de los pioneros y ha allanado el camino a los que acaban de comenzar y a los que vendrán. "La comarca del Almanzora es propicia para el pistacho, pues guarda similitudes climáticas con la principal zona productora, La Mancha", explica.
El pistacho ecológico toma impulso
Miguel Ángel Ortiz cuenta con cuatro hectáreas de pistacho en el paraje albojense de El Saliente Alto, y que cultivó allá por mayo de 2015. / RAFAEL GONZÁLEZ
La superficie de este cultivo está creciendo en Almería, pasando de 10 a 20 hectáreas en solo dos años. Los buenos precios en el mercado por la baja oferta lo convierten en una apuesta segura
FRAN MATURANA 14 Enero, 2017
El pistacho ecológico se ha convertido en una nueva alternativa pujante para el campo almeriense. Así lo dicen los datos, pues de 5 operadores que había en 2014 dedicados a este cultivo, hoy la cifra asciende a 11, el doble. Algo que en extensión se traduce en las 10,22 hectáreas de hace ahora casi tres años, a las 20,07 actuales, y creciendo.
En Andalucía, la superficie casi se ha cuadruplicado en los últimos dos años, incrementándose desde las 116 hectáreas de 2014 a más de 430 hectáreas en 2016 según los datos provisionales de que dispone la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Por tanto, este crecimiento en el cultivo en tan poco tiempo es producto de la alta rentabilidad que presenta este cultivo para sus productores ecológicos, que apuestan por la diversificación en sus explotaciones, ya que su precio de mercado es bastante elevado debido a la baja oferta de producción andaluza.
Por provincias, destaca especialmente Granada, que con más de 130 hectáreas en 2016, concentra el 30% del total de la superficie de pistacho ecológico de la región. Sevilla suma 90 hectáreas (21%); Córdoba, 88 hectáreas (20,4%); Jaén, 85 hectáreas (casi 20%); Almería, 20 hectáreas (4,6%); Málaga, ocho hectáreas (1,8%); y Huelva, 7,6 hectáreas (1,7%). El pistacho se encuentra, junto al aloe vera, la stevia y la lima, entre los cultivos ecológicos emergentes actualmente en Andalucía, y a ellos se suman otros productos que aún no tienen gran representatividad en el campo andaluz, pero cuyo futuro parece prometedor. Entre estos últimos alimentos se encuentran la quinoa, el kumquat y las trufas ecológicas. En Almería se podría unir a ellos la papaya, donde las pruebas entre agricultores están cada vez más extendidas. Si bien se trata de cultivos con grandes diferencias, todos tienen en común el hecho de ser actividades económicas con una estrecha vinculación con el territorio donde se desarrollan y que aprovechan los recursos de la zona donde se ubican.
En definitiva, todos ellos son sectores emergentes con un futuro empresarial con buenas perspectivas que puede llevar aparejada la generación de empleo en su zona de influencia, ya que la producción ecológica precisa de mayor mano de obra que las técnicas convencionales.
Clima propicio en la comarca del Almanzora
Miguel Ángel Ortiz es un joven agricultor, emprendedor, que cuenta con 65 hectáreas de almendro en la pedanía albojense de El Saliente Alto, y donde a principios de 2015 instaló un sistema de riego localizado que le ha permitido aumentar su producción y, además, embarcarse en la aventura del pistacho. Plantó cuatro hectáreas (de las 20 que hay actualmente en la provincia), tres de regadío y una de secano. Una apuesta muy personal de este joven, que llevaba tiempo investigando sobre este cultivo y que finalmente se ha convertido en uno de los pioneros y ha allanado el camino a los que acaban de comenzar y a los que vendrán. "La comarca del Almanzora es propicia para el pistacho, pues guarda similitudes climáticas con la principal zona productora, La Mancha", explica.
El pistacho ecológico toma impulso
Suscribirse a:
Entradas (Atom)