El 31 de mayo se cumplen 80 años del bombardeo nazi sobre Almería. En esta serie, el catedrático de Historia relata los detalles del incidente
Una muestra indicativa de algunos de los cuantiosos daños materiales causados durante dicho bombardeo fue la aprobación por el Ayuntamiento de Almería, en el cabildo celebrado el 7-6-1937, de cuatro nóminas presentadas por el arquitecto municipal, por valor de 750 pesetas correspondientes a:
“Los jornales invertidos en el desescombro del local de la casa C.N.T., casa de la calle de Vargas, casa de Socorro y calle del Almedina en los días del 1º al 5 del actual con motivo del bombardeo de la Ciudad”.
Fueron numerosas las reacciones de protesta, condolencia y repulsa de personajes e instituciones nacionales e internacionales sobre la acción.
A nivel nacional el debate entre los miembros del Gobierno republicano alcanzó la mayor tensión, pues Indalecio Prieto, ministro de Defensa Nacional, ante el bombardeo de Almería por la escuadra alemana, escribiría con posterioridad que
“Por mi iniciativa, ese día se reunió el Consejo de Ministros, y Negrín tuvo la deferencia de que la reunión se verificara en mi propio despacho del Ministerio de Defensa Nacional. En aquel Consejo yo propuse buscar a la escuadra alemana, autora de la agresión, en el puerto donde estuviera refugiada, fuese Palma, Pollensa, Ceuta, Cádiz o Málaga, donde se hubiere metido, y con la masa de aviones de bombardeo, que entonces teníamos en número considerable, realizar como represalia una agresión contra dicha escuadra, aunque ello provocara la guerra y, por consiguiente, la conflagración europea. Mis Compañeros de Gobierno y el Jefe del Estado –pues seguidamente nos reunimos bajo la presidencia de éste– estimaron que mi idea era un desatino, y la proposición fue desechada”.
El presidente de la República y los demás ministros del Consejo consideraron que la idea de Prieto era un disparate y desecharon la proposición. El mismo Prieto, tras reflexionar sobre su propuesta, apostilló que, sin duda: “El juicio de mis compañeros de Gobierno y del Jefe del Estado fue más sensato”.
En caso de haber triunfado la propuesta de Indalecio Prieto, la agresión sufrida por la ciudad de Almería se habría convertido en el desencadenante de un conflicto impredecible, probablemente incluso podría haber sido el origen de una Segunda Guerra Mundial que se estaba preparando y que estallaría 27 meses más tarde, inundando de destrucción y muerte escenarios de todos los continentes durante más de un lustro.
La mayor parte de los dirigentes internacionales, incluido Stalin, cuyo apoyo era fundamental entonces para la causa republicana, querían evitar una guerra generalizada. Las sucesivas actuaciones de Hitler y Mussolini, entre otros, la hicieron inevitable.
Antonio Gil Albarracín es doctor en historia, catedrático de Geografía, Historia e Historia de Arte y académico correspondiente de las Reales Academias de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, de San Fernando de Madrid y de Alfonso X el Sabio de Murcia. Ésta es la tercera entrega de la serie sobre el bombardeo nazi.
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