9. Nueva civilización, castellanización del territorio almeriense y ganadería
Desarrollo. Los puercos encontraron tres espacios complementarios, las hierbas de la Vega, las bellotas de las encinas de la Sierra de Gádor y las plantas herbáceas del Campo
9. Nueva civilización, castellanización del territorio almeriense y ganadería
PEDRO PONCE 04 Noviembre, 2018
La Historia de la Ganadería en el Campo de Dalías/El Ejido consta de veinte artículos, ocho se han dado a conocer en Diario de Almería (16-08-2015/01-05-2017). Por diversas circunstancias tuvimos que interrumpir provisionalmente la salida de los restantes por un tiempo, que finalmente ha resultado ser más largo de lo previsto, superada la situación reanudamos la publicación con el presente artículo.
LA Historia de la Ganadería en el Campo de Dalías/El Ejido consta de veinte artículos, ocho se han dado a conocer en Diario de Almería (16-08-2015/01-05-2017). Por diversas circunstancias tuvimos que interrumpir provisionalmente la salida de los restantes por un tiempo, que finalmente ha resultado ser más largo de lo previsto, superada la situación reanudamos la publicación con el presente artículo.
Nueva civilización y nuevas especies ganaderas junto a las tradicionales
En Dalías los puercos encontraron para su desarrollo tres espacios diferentes, pero complementarios, las hierbas de la Vega, las bellotas de las encinas de la Sierra de Gádor, y las plantas fruticosas y herbáceas del Campo, respecto a este último Simón de Rojas Clemente Rubio, 31 de marzo de 1805, en su Historia Natural del Reino de Granada (1804-1809), dice "la flor del arto es gratísima a las abejas, que sacan de ella una excelente miel, de un sabor característico parecido al del romero, su fruto no es menos útil, pues gusta infinito a los muchos puercos que lo comen arrojado al suelo vareando la mata los marraneros".
Retomando las palabras de don Pedro Deza sobre la espectacular irrupción del ganado de cerda en el Reino de Granada, y su no menos espectacular presencia en zonas intensamente islamizadas, como la Alpujarra, hay que relacionar estos hechos con los hábitos alimenticios de la nueva civilización conquistadora de cristianos viejos, en cuya cocina el cerdo y los numerosos productos de él derivados están omnipresentes. Sin caer en determinismos, podemos decir que la alimentación, la gastronomía, es una valiosa manifestación de las relaciones entre las personas y su medio físico, social y económico, y en esto conviene no perder de vista, aparte del ganado de cerda, la importante implantación en el Campo de Dalías del ovino y el caprino. En la cocina, como hecho cultural, cuentan las herencias, y en la configuración de ésta, en el proceso de castellanización, aparece como una forma integrada en la que se diluyen los precedentes moriscos, oficialmente desaparecidos después de 1570, pero que están latentes, pues el cordero y el choto tan apreciados por los musulmanes siguen ocupando un papel relevante, a este respecto conviene tener presente la considerable implantación del ganado ovino y caprino en el Campo de Dalías desde la conquista de Granada por los Reyes Católicos, y qué decir de la omnipresencia en la dieta de los más variados productos del cerdo, totalmente desterrados entre la población musulmana.
Dalías, perteneciente al corregimiento de Granada, hacía hermandad de pastos con los municipios de la Alpujarra, y en su Campo puede calcularse que pastaban unas 30.000-40.000 cabezas de ganado trashumante, tanto trasterminal o rebiriego (rebaños procedentes de los municipios colindantes), como interterminal o trashumante propiamente dicho.
Alonso Gutiérrez de Peñarredonda, originario de Valdepeñas de Jaén, residía en Fondón, donde recibió una "suerte" en el Repartimiento de 1572, tenía una importante cabaña de cabrío y de cerda, y es que algunos municipios colindantes/inmediatos al de Dalías, como Berja, Laujar, Codba (Fuente Victoria), Fondón, siguiendo y manteniendo la fuerte tradición ganadera desde la época morisca, contaban con un considerable número de cabezas de ganado en el año 1575.
El espacio recorrido por estos ganados basculaba, según las épocas del año, entre su propio territorio, las sierras Nevada y de Gádor, y el Campo de Dalías/El Ejido. No era extraño que, a raíz de estos desplazamientos, surgieran algunos conflictos, como le ocurrió a Alonso Gutiérrez de Peñarredonda, importante ganadero de Fondón, denunciado en 1585 por el escribano de la villa de Dalías Antonio Ballesteros, debido a los daños causados por sus cabras, camino del Campo, en una acequia.
Al contrario que en el resto de la Alpujarra Oriental, en Dalías la ganadería no está muy presente en los primeros años del proceso repoblador, únicamente Juan de Asién, vecino originario y receptor de una "suerte" en el Repartimiento de 1575, tiene un rebaño de 200 cabras, probablemente las que en 1574 poseía Esteban Izquierdo (procedente de Adra), el cual, al no participar en el Repartimiento de 1575, acaso abandonaría la villa de Dalías. Por otra parte, los modos de vida de buena parte de los nuevos vecinos, "pescadores y estereros", según el visitador real Juan Rodríguez de Villafuerte Maldonado, debía tener cierta influencia, en los primeros tiempos, sobre esta situación, muy diferente, respecto a la ganadería, de la vecina Berja.
Otros espacios ganaderos en el sureste peninsular
Los pastos existentes en el común de la ciudad de Mencía eran los utilizados por los ganados, en algunos sectores del mismo el Concejo tenía establecidas dehesas. La del Rincón de San Ginés era de aprovechamiento conjunto con el concejo de Cartagena; el 10 de noviembre le fue prohibida la entrada a los ganaderos vecinos de Murcia y forasteros, debido a que "el conçejo de Cartagena, con consentimiento desta çibdad, lo tiene vedado para que tengan ally sus caballos e béstias sus vesinos, deuido a la poca çebada que tienen el presente año". En esta misma fecha el concejo murciano de acuerdo con el Adelantado, decidió establecer nuevas dehesas en el Puerto de San Pedro y en Tabala. La prohibición de que los murcianos aprovecharan los pastos de la dehesa de San Ginés» durante parte de los años 1474 y 1475, junto con otras causas, fue motivo para considerar, por parte de los vecinos de Cartagena, esta dehesa de uso propio, penando y haciendo prendas en los ganados murcianos, ante esta situación el día 30 de octubre de 1490 "en el Conçejo todos los dichos señores regidores e jurados, dixeron al dicho señor Corregidor, que a su notiçia era venido que los vesinos de la çibdad de Cartagena, en quebrantamiento del preuillejio del vso común questa dicha çibdad tiene confirmado de sus Altezas, vsado y guardado, an fecho y fazen dehesa, de caça y de yerva y de madera e de otras cosas, en el Rincón de Sant Ginés, prendando y prendiendo a todos los vesinos desta dicha çibdad que van al dicho Rincón de Sant Ginés a caçar y a paçer la yerva y a vsar del dicho preuillejio de vso común. Por ende que le notificavan y fazían sauer al dicho señor Corregidor y que le pedían e requerían mande pregonar que todos los vesinos desta dicha çibdad que quisieren yr a caçar e a paçer con sus ganados y a vsar del dicho vso común, vayan syn ningún temor y anpare y defienda a esta dicha çibdad en su posesión y preuillejio que ansí tiene. El dicho señor Corregidor dixo que oya lo que los dichos señores dezían e requerían e que le mostrasen el dicho preuillejio, e todas las otras raçones que dizen que tienen, e quel es presto de fazer lo que de justiçia deviese y anpararía e defendería a la dicha çibdad en la dicha su possesión".
(Archivo Histórico Municipal de Murcia. Acta Capitular de 1490. Sesión concejil de 30 de octubre de 1490).
9. Nueva civilización, castellanización del territorio almeriense y ganadería
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