domingo, 5 de noviembre de 2023

Benínar: 41 años desde que se sacrificó para dar agua a los campos del Poniente


HISTORIAS DE LA PROVINCIA
Las inundaciones del 19 de octubre de 1973, que arrasaron la vega de Adra, precipitaron la finalización del pantano

Otra gota fría, hace hoy 41 años, con el embalse cerrado, sepultó bajo las aguas el pueblo de Benínar

Benínar: 41 años desde que se sacrificó para dar agua a los campos del Poniente


La iglesia fue lo último en sucumbir bajo las aguas. / ARCHIVO DE JLLB

José Luis Laynez Bretones
05 Noviembre, 2023

Para comprender porqué Benínar dejó de ser el nombre de un coqueto pueblo alpujarreño de unos 600 habitantes a serlo de un pantano con capacidad de 68,2 hm³ es necesario recordar tres fechas: 18 de julio de 1958, 19 de octubre de 1973 y 8 de noviembre de 1982. La primera de ellas fue el día en que las Cortes franquistas aprobaron la construcción de dos pantanos en Almería para paliar, en lo posible, su secular carencia de agua: el del Almanzora, en el término municipal de Cuevas; y el que nos ocupa: el del río Adra a la altura de Benínar. El primero de ambos pueblos no se veía afectado; pero al segundo se lo condenó a sucumbir bajo las aguas del pantano.

Pasaban los años, se veía cierto movimiento de tierras pero nada que alterara la vida normal del medio millar de beninenses, ocupados en su agricultura y su ganadería. Se alternaban años secos con otros más lluviosos y las precipitaciones oscilaban entre los 250 y 300 l. anuales. Pero llegó la segunda fecha a la que hemos aludido: el 19 de octubre de 1973, de la que hace unos días se han cumplido 50 años y dimos copiosa información en estas páginas. Una terrible gota fría barrió aquella noche el norte de la provincia desde poniente a levante. Las cantidades registradas en los pueblos cuyas ramblas vierten su agua en el pantano fueron espeluznantes: Adra, 100 litros; Bayárcal, 198;Laujar, 175; Benínar, 160, todo ello en una noche. Todas las aguas recogidas por ríos y ramblas desde Sierra Nevada hacia el sur fueron al pantano, como estaba programado... pero aún no estaba acabado; siguieron su curso hacia el mar y arrasaron Adra en su camino.

Milagrosamente, el pueblo se salvó de la destrucción pero había que evitar que se repitiera una riada de ese tipo. Por ello, se aceleró la finalización del pantano: se expropiaron tierras y viviendas de Darrícal, que se salvaría de sucumbir bajo las aguas, y de Benínar, que fue condenado a desaparecer. Sus 594 habitantes censados recibieron el dinero de la expropiación y a quienes no lo quisieron porque se negaban a irse, se les ingresó en una cuenta para que lo retirasen cuando cambiaran de opinión. Convencidos de lo inútil de su resistencia, fueron marchándose poco a poco.


Benínar sucumbiendo bajo las aguas del pantano al que da nombre. / ARCHIVO DE JLLB

En 24 h el agua alcanzó en Benínar una altura de 20 m. y sepultó todo el pueblo, salvo Hirmes

Y en estas que llegó la tercera fecha que ‘convenció’ a los que no daban su brazo a torcer de que era inútil seguir allí, ya sin luz, agua ni servicios: el 8 de noviembre de 1982. La riada de nueve años atrás se repitió y la crecida del río Grande y ramblas aledañas fue descomunal. El pantano ya estaba acabado y cerrado, gracias a los cual Adra se salvó; pero Benínar corrió la suerte contraria y los 8 millones de m3 que embalsó el pantano hizo que el nivel de las aguas subiera hasta los 20 metros en el casco urbano. Ello provocó que sólo la iglesia, la ermita de las Ánimas y la barriada de Hirmes se salvaran de la inundación. Las poquísimas personas que aún se resistían a irse tuvieron que refugiarse en la iglesia de donde fueron rescatados con lo puesto aquella noche de pesadilla, toda lluvia, oscuridad y ruido infernal del agua. No hubo víctimas humanas pero sí materiales: el pueblo de Benínar pasó a ser el pantano de Benínar. El Decreto de 17 de julio de 1984 “aprueba la incorporación del municipio de Benínar al municipio limítrofe de Berja, en el cual quedará integrado a todos los efectos”, salvo en el recuerdo de los beninenses.

Las dos ‘gotas frías’ de aquel otoño de 1982
Nueve años después de las terribles inundaciones del Almanzora y Adra, la historia se repitió aunque las consecuencias fueron muy distintas. En otoño de 1982 dos gotas frías barrieron el Sudeste español. A nivel nacional, la más recordada es la de Octubre, cuando las terribles lluvias reventaron el pantano de Tous, en Valencia, causando decenas de muertos. Esta primera gota fría dejó en Almería 60 litros en Macael y los Gallardos recogidos en la tarde del 21 de octubre, dejando sin luz ni teléfono los pueblos delAlmanzora. Pero en Noviembre llegó otra, esta vez al Poniente. El día 8 llovió torrencialmente sobre la vertiente Sur de Sierra Nevada, recogiéndose 130 litros en tan sólo 24 horas. Ello provocó una crecida descomunal del Río Grande cuyas aguas fueron retenidas por el pantano de Benínar, finalizado pocos meses antes, que recogió 8 millones de m3 de agua y provocó la inundación total del pueblo. En apenas 24 horas el agua alcanzó una altura de 20 m. y Benínar dejó de dar nombre a un pueblo para dárselo a un pantano.
Benínar: 41 años desde que se sacrificó para dar agua a los campos del Poniente

No hay comentarios:

Publicar un comentario