sábado, 8 de septiembre de 2012

El bello placer de correr

Tanto niños como adultos corriendo por parques / elcorreo.com

Después de la relajación veraniega, llega el momento de incluir la rutina deportiva de nuevo
08.09.12 - 08:13 - IVÁN GURREA | MADRID


A punto de finalizar el solsticio de verano, tanto por las vacaciones como por el cambio de estación astronómica, llega el momento de encauzar el peso adecuado de nuestro cuerpo y volver a la dura rutina laboral o estudiantil. Es habitual que después de un descanso vacacional de varias semanas, el organismo haya aumentado en algún que otro ‘kilito’ de más. Relajarse en la playa y en la piscina, tumbarse en el sofá, disfrutar del tiempo libre sin sobresaltos son actividades muy comunes en el transcurso de las vacaciones. Pero eso ya quedó atrás y llega el momento de empezar un nuevo curso. Es decir, hay que pasar página y comenzar con ganas la nueva temporada ocupacional. Cuanto antes se diseñe una rutina mezclada con la actividad física, mucho mejor porque durante el invierno todo irá sobre ruedas y será menos difícil continuar con el esfuerzo. El invierno es la estación que provoca la mayor pereza para disponerse a hacer deporte. Pero antes del duro frío llega el otoño y las temperaturas acompañan para la práctica deportiva. En comparación con el verano, el termómetro desciende notablemente, pero sin llegar a sufrir un frío extremo.
¿Qué mejor ejercicio para hacer deporte? Correr, tan sencillo como correr. Esta actividad deportiva ofrece numerosas modalidades, tanto en intensidad como en superficie.
Está claro que el ritmo a llevar durante las primeras semanas, después de la escasez veraniega, debe ser apacible, yendo de menos a más día tras día y sin superar los 20-30 minutos. El descanso también será importante y una buena idea es alternar un día correr y otro día descansar. En 24 horas los músculos podrán restablecerse a la vez que irán adquiriendo definición y tonificación. Una vez establecida la rutina y vencida la pereza, la variación de los termómetros no supondrán ningún drama ni excusa para rechazar la realización de ejercicio.
Para finalizar el artículo, es preciso hacer referencia a las cinco superficies más usadas por los corredores habituales. Una de ellas es el asfalto. A priori, es la más usada y preferida, pero tiene sus posibles riesgos de lesión. La musculatura de las piernas puede verse aquejada de sobrecargas debido al ‘efecto rebote’ provocado por este tipo de superficie. Los tendones de las rodillas, el músculo tibial anterior y el calcáneo (hueso más importante del talón del pie) son las unidades corporales más afectadas por la causa mencionada.
Los caminos de tierra, con pequeñas piedras o gravilla, son los más adecuados para correr. El riesgo reside en las posibles torceduras de tobillo al encontrar alguna piedra de tamaño superior, pero cuanto más pedregoso sea el trayecto, más fortaleza obtendrán los tobillos, siempre con ese peligro mencionado los primeros días.
Otra superficie es la hierba. En general suele producir pesadez en las piernas si el césped es muy largo. En caso de estar muy corto, parecido a una alfombra, es una superficie idónea para la carrera. La nota positiva es que la tracción corporal, comprendida, en su mayoría, por abdominales y pectorales; trabajará más que en el resto de superficies para que el movimiento corporal se produzca. Es un caso parecido al de la arena de playa, que es el terreno donde más se emplea la tracción corporal. La nieve sería otra zona parecida, debido al hundimiento en el área de pisada con motivo del peso corporal.
Nada recomendable es ejercitarse en una pista de atletismo de tartán, ese pavimento compuesto de poliuretano y caucho que absorbe los rebotes pero que llega a sobrecargar los músculos si el esfuerzo es grande. Además, correr dando vueltas a la pista, aparte de aburrido, es 'infernal' para las piernas y la espalda al estar girando siempre hacia el mismo lado. Aunque cada cierto tiempo se produzca un cambio de dirección, la zona corporal sobrecargada ya es efectiva.
Por último, el lugar más cómodo y menos intransigente es la cinta ergométrica o cinta de correr. Ninguna inclemencia del tiempo servirá de excusa o de impedimento para correr. Las lesiones no serán una gran amenaza e incluso, según varios estudios de fisioterapeutas deportivos, la cinta produce menos lesiones que el asfalto. Pero el único inconveniente es que las propiedades que ofrece la superficie de tierra de conseguir más fuerza en las piernas, son menos eficaces en la cinta.
El bello placer de correr. Ideal

No hay comentarios:

Publicar un comentario