Casi un 60% de los gastos de los almerienses se dedican a obligaciones relacionadas con el hogar
Más de la mitad de los habitantes de la provincia no llegan a fin de mes
RAFAEL ESPINO | DIARIO DE ALMERÍA
Más de un 50% de los ciudadanos de la provincia afirma no llegar a fin de mes con sus ingresos. Un almeriense medio con un sueldo anual de 14.977 euros destina, de media, 4.804 euros a la vivienda, agua y la electricidad; 2.333 a alimentos y bebidas no alcohólicas; 639 al mobiliario del hogar, 445 a su salud y 137 a la enseñanza. Con eso, ya ha consumido más de 8.000 euros de su salario. El resto se lo reparte el transporte, con más de 1.600 euros y otros gastos, necesarios subjetivamente, como los artículos de vestir y calzado (739 euros). La distribución porcentual no deja dudas, el 14% va a parar a la comida, el 20% a los alquileres imputados, el 4% al gas y la electricidad y el resto de gastos como el mantenimiento del hogar, los medicamentos, la ropa, los muebles o los médicos ocupan más del 17%. Más de la mitad de los ingresos van a parar a los gastos relacionados con la vivienda, esos que son de primera necesidad para las familias. Todo esto apenas deja un 1,02% para las vacaciones según datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.
Ese es el panorama económico familiar que ha dejado la crisis y sus siete años de duración tras el paso por la provincia. Y es que a la economía le sucede como a un globo aerostático, cuando se sobrepasa una altura determinada es más difícil perder el control que seguir volando. Por eso, cuando se sale a la calle, se trata de ahorrar lo máximo posible. La forma de pensar con respecto al consumo cambia, evoluciona. De ahí que las marcas blancas (aquella que pertenece a una cadena de distribución con la que se venden productos de distintos fabricantes) representen ya el 35% del consumo en todo tipo de productos, pues aunque comenzaron en el sector de la alimentación, se han expandido al textil, al de los electrodomésticos e incluso al de las perfumerías.
En otro de los aspectos donde ha sido más hiriente la crisis es en los viajes. Para el 55% de los almerienses, su presupuesto no contempla unas vacaciones en el amplio sentido de la palabra. Se ha cambiado la fórmula y ahora son los tíos, los abuelos o los primos los que reciben las visitas.
Todo esto tiene que desembocar en algo. La pregunta que se cierne es clara: ¿Están los almerienses aprendiendo a ahorrar? Lo cierto es que no hay una respuesta unánime por parte de los especialistas. Para algunos, sí, para otros, depende del poder adquisitivo de la persona y de su razonamiento. Si en crisis se pasa por una complicada situación económica y después se consigue remontar el vuelo, nada tiene que ver el momento socio-económico. En lo que sí coinciden los expertos es señalar a los más pudientes como los que más se han apretado el cinturón "porque son los que más tienen que perder al tener más de donde realizar movimientos".
Pero no es solo la población que está en edad de trabajar la que lo está pasando mal, también se ven perjudicados los mayores, y es que los almerienses tienen una de las pensiones medias más bajas de España, con 672,5 euros. Según datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Almería hay 90.000 jubilados, uno por cada 2,5 personas con empleo. Datos así a nivel nacional llevarían a España a la bancarrota.
Son los jóvenes los que más duramente están pagando estos tiempos. La situación del empleo juvenil en la provincia almeriense pasa por un momento trágico, eso no es ninguna novedad. Hay quienes deciden formarse para mejorar su cualificación y otros que tiran la toalla y deciden marcharse al extranjero. El saldo migratorio entre los jóvenes ya es negativo según un estudio presentado ayer por el sindicato Comisiones Obreras. Sin embargo, los que sí tienen la suerte de tener un trabajo, tampoco cuentan con unos ingresos para tirar cohetes. Los menores de 35 años ganan, de media , 10.236 euros al año, es decir, algo más de 800 euros mensualmente, una cifra que se sitúa muy por debajo de lo que se pagaba años atrás.
Pero los menores de edad también están en riesgo. Los datos ofrecidos por las distintas organizaciones en los últimos meses apuntan a que cerca de un 25% de los menores almerienses se encuentran en riesgo de exclusión por pobreza , es decir, en torno a 30.000 de ellos se encuentran en un entorno de escasos recursos económicos que a corto, medio y largo plazo no hace otra cosa que lastrar su futuro colegial y académico, dejándolos indefensos ante un mercado laboral insuficiente para dar cabida a todos aquellos que concluyen sus estudios cuando finaliza la obligatoriedad, es decir, a los 16 años.
Cuando a alguien se le pregunta cuáles son los beneficios económicos que obtiene a consecuencia de un trabajo, la respuesta suele ser siempre la misma. Hay quien, los menos pretenciosos, explican su sueldo neto y otros que prefieren decir el bruto, ya sea especificando que la cantidad lleva añadido los impuestos o no. Pero, realmente, ¿cuánto les cuesta a los almerienses ir al trabajo? A los ingresos hay que deducir otras variables tan simples como el desplazamiento (gasto de kilometraje), el envejecimiento del vehículo y las comidas. En total, los almerienses que tienen que desplazarse para ir al trabajo se gastan de media 85 euros al mes, un gasto considerable teniendo en cuenta que un almeriense cobra poco más de 1050 euros al mes, a lo que hay que añadir otros gastos (340 en vivienda o 194 en alimentos).
Por ejemplo, un ciudadano que tenga que desplazarse diariamente a la capital para trabajar (cinco días a la semana) tendrá un gasto de 144 euros al mes. Si el punto de destino es Roquetas y el de partida Almería (o viceversa) el gasto mensual en gasolina es de 85 euros.
Pero el gasto también es considerable entre otros municipios de mayor cercanía, como es el caso de Huércal de Almería y la capital (50 euros al mes).
Hay más dinero en el bolsillo, pero apenas es perceptible
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