Edad del Bronce: ¿Cuándo nació el asentamiento de El Argar en Antas?
La datación con carbono-14 de los restos encontrados en las tumbas fechan el inicio de la cultura más importante de la edad de los metales en el sureste español
Enterramiento típico de El Argar y cráneo hallado en una de las tumbas. / DIARIO DE ALMERÍA
VÍCTOR VISIEDO · 28 Abril, 2022
Representación de El Argar de Antas. / AYUNTAMIENTO DE ANTAS
¿En qué año se puede situar el origen de la cultura de El Argar? Es una pregunta difícil de responder y que no tiene una única respuesta. Depende de las diferentes investigaciones que se han realizado y que hoy en día se continúan desarrollando.
En el I Simposio sobre El Argar que se celebra en Antas se intentan dar respuestas a esas interrogantes. Uno de los estudios sobre ello es el que han hecho los doctores Alfredo Mederos (Universidad Autónoma de Madrid) y Fernando Molina (Universidad de Granada). Están analizando los restos óseos extraídos de las tumbas excavadas en los yacimientos de El Argar (Antas) y El Oficio (Cuevas del Almanzora) para obtener información antropológica de todos los grupos o niveles sociales que conformaban ambos asentamientos. "Nos interesan todos, desde los menos favorecidos, que no tenían ajuar funerario, hasta los que acumulaban bienes de carácter aristocrático", explica Molina.
Para ello, los investigadores primero han tenido que localizar los restos de las tumbas, repartidos entre el Museo del Cincuentenario de Bruselas (los Museos Reales de Arte e Historia) y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
En total son cientos de tumbas, aunque con restos en mal estado de conservación que no han favorecido la toma de muestras. De ellos se están analizando datos entorno a cuatro ejes de investigación: análisis de ADN, análisis de estroncio, datación de las tumbas y análisis de la dieta.
Los investigadores Alfredo Mederos y Fernando Molina en su paso por el simposio de Antas. / V. VISIEDO P.
Una vez obtenidos los datos del carbono 14, han podido establecer una secuencia clara de los momentos de ocupación de los asentamientos de El Argar y El Oficio. Así, con 17 dataciones diferentes han comprobado que el origen de El Argar (Antas) podría estar en el año 2044 a.C y su fin en el 1413 a.C, con una fiabilidad del 97%.
Estas fechas son bastante similares a las que se han obtenido de las pruebas realizadas a los restos del yacimiento de El Oficio, muy cercano geográficamente. Allí, con 15 dataciones han fechado los huesos más antiguos en el 2037 a.C. y los más recientes en el 1439 a.C.
Pero aún hay más. Otros estudios previos datan los restos de Fuente Álamo (Cuevas del Almanzora), entre 2040-1419 A.C.; mientras que en Gatas (Turre) las fechas son también muy parecidas: 2030–1490 A.C.
Por lo tanto, con las pruebas realizadas por estos investigadores podría decirse que la cultura argárica en Almería da comienzo hace aproximadamente 4.050 años y permaneció unos seis siglos. Para Mederos y Molina, la Edad del Bronce del sureste ibérico podría tener su inicio en el 2200 a.C en tierras de Murcia (en Lorca) y que de allí se extendiera luego a la Cuenca de Vera entre los años 2100 y 2050 a.C.
Todos estos datos y otros muchos que se están discutiendo en el Simposio de El Argar en Antas formarán parte de las actas y suponen la base científica para la futura puesta en valor del yacimiento, tal y como tiene planeado el Ayuntamiento de Antas.
¿Qué comían en El Argar?
La investigación de Mederos y Molina no solo se queda en la datación de los restos óseos, sino que también han analizado los isótopos de nitrógeno 14. Eso da pistas sobre la dieta que tenían esos individuos, pues miden la cantidad de proteínas animales.
Ese análisis ofrece unos resultados cuanto menos curiosos, que han compartido en el Simposio de El Argar en Antas. Los huesos, como si hablaran a través de esos isótopos 4.000 años después, muestran que los niños más pequeños, de hasta 6 años, consumían una elevada cantidad de proteína, lo que sin duda habla de la ingesta de la leche materna. No obstante, tras el destete, estos niños cambiaban su dieta a más alimentos vegetales (papillas, gachas), lo que producía que muchos de ellos no sobrevivieran.
En cuanto al resto de individuos cuyos restos óseos se han analizado, tenían alimentación en la que predominaban las proteínas de origen animales. Aunque con una evidente diferencia entre hombres y mujeres: los varones comían más cantidad de carne que las féminas.
No obstante, entre los restos analizados destaca una niña cuyos valores no coinciden con lo habitual, pues su dieta es más rica en carne. Según los investigadores esto podría evidenciar que procedía de otro asentamiento diferente, lo que significaría que existía movilidad.
En cuanto al análisis de nitrógeno 14 en El Oficio, los investigadores desvelan que los datos sobre las mujeres jóvenes se saltan los patrones, por lo que podrían venir de otros asentamientos. Y es que, según su teoría, había mucha más movilidad entre las féminas que en los varones.
No obstante, indican que estos resultados son muy iniciales y que cuando haya más muestras la información será más rica. Asimismo, esperan que el análisis del estroncio dé más claves sobre la movilidad de las poblaciones.
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