lunes, 18 de junio de 2012

La crisis económica y su efecto en la salud

LA CONSULTA DEL ESPECIALISTA

· El sector económico está sufriendo una de las peores crisis de la historia, lo que provoca patologías en las personas o agrava las que ya tenían
· Los nervios y la ansiedad descuadran el funcionamiento del cuerpo
DR. ANTONIO RÍOS LUNA / / WWW.DOCTORANTONIORIOS.COM

DESDE el año 2008, el sector económico está sufriendo una de las peores crisis de la historia. Millones personas sin trabajo, empresas que cierran, impuestos que no paran de subir, sueldos que no cesan de bajar y recortarse.
Esta situación, tan prolongada en el tiempo y sobre todo, sin visos de solucionarse a corto plazo, pueden provocar algunas patologías en las personas, o agravar algunas de las que ya se tenían.
Vamos a describir cuáles son las enfermedades más frecuentes, asociadas a cuadros de estrés prolongado.

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS
Es quizás, la más frecuente. Entre ellos podemos destacar, la ansiedad por la posibilidad de perder el trabajo o por o encontrar después de una búsqueda prologada. Pocas ganas de hacer cosas, cansancio y fatiga generalizada, relaciones sexuales dolorosas, alteraciones en el tránsito intestinal, siendo una vez muy acelerado, provocando diarreas y, en otras ocasiones períodos de estreñimiento (intestino irritable). Además, se pierde calidad en el descanso nocturno, provocando dificultad para conciliar el sueño o, una vez dormidos, se pueden producir despertares que luego nos impidan volver a dormir. La autoestima se resiente y perdemos la confianza en nosotros mismos. Puede llegar a provocar dolores en el pecho (dolor precordial), similar al que sufre un paciente en el trascurso de un infarto de miocardio. Pueden deberse a un aumento en la frecuencia respiratoria (hiperventilación); otras veces, problemas de estómago pueden provocar este tipo de dolor también.

La depresión es la otra disfunción frecuente en lo que a la mente de refiere. Suele ser más frecuente en el sexo femenino, en la franja de edad que va desde los 45 a 55 años. No es raro que el sexo masculino sufra también episodios de depresión.

Es útil consultar a nuestro médico para que haga una primera evaluación y valore el recetar algún ansiolítico suave o incrementar la dosis de alguno de los fármacos que ya se tomaban para combatir la ansiedad o la depresión. Es conveniente realizar alguna actividad al aire libre como andar, montar en bicicleta, o simplemente algún chapuzón en la playa. Se necesita liberar adrenalina para poder descansar mejor.

PROBLEMAS CARDIOLÓGICOS.
Son los segundos en frecuencia pero los primeros en importancia. El aumento en la incidencia de problemas cardiovasculares viene derivado de una descompensación de patologías previas de los pacientes, que incrementan el riesgo, como pueden ser la diabetes, el sobrepeso o una descompensación en la tensión arterial.

La primera patología cardíaca en orden de frecuencia, es la angina de pecho. Consiste en una pérdida de la vascularización del miocardio, pero de forma transitoria, ya que se vuelve a recuperar, no provocándose la necrosis del músculo cardíaco. Es como si hubiera un espasmo de alguna de las coronarias principales del corazón. Mientras dura esa ausencia de vascularización, hay dolor. Puede producirse ante una situación estresante. Habitualmente, con una pastilla de nitroglicerina debajo de la lengua. Cuando ese espasmo arterial coronario no cede y se mantiene, sobreviene el infarto. En él sí hay una necrosis de miocardio. Si es muy extensa, puede provocar un fracaso del músculo a la hora de expulsar la sangre del corazón, comprometiendo la función cardíaca, llegando a producir la muerte, al no poder suminstrar sangre a los órganos principales.

ENFERMEDADES CRÓNICAS.
La diabetes es, probablemente, la única enfermedad en la que hay una relación muy clara entre el tipo de nutrición y alimentación, la medicación que el paciente tiene prescrita (ya sea insulina o antidiabéticos orales), y el ejercicio físico que se le ha recomendado. Si conocemos el efecto que sobre el paciente tiene cada uno de ellos, seremos capaces de conseguir un nivel de azúcar en sangre adecuado, pudiendo variarlo en función de modificar alguno de los parámetros antes citados. Todo va a depender de las características del paciente y del tipo de diabetes que presenta. Hay dos tipos de diabetes, la diabetes tipo 1, también llamada diabetes insulino depediente, que la que precisa tratamiento y ajuste del azúcar mediante insulina inyectada. Suele ser en gente joven, y delgada, que a pesar de que comen importanres cantidades de alimento, no ganan peso sino todo lo contrario, lo pierden; el otro tipo de diabetes es la tipo 2 o no insulino dependiente. Es más propia de gente de mayor edad y asociada a otros condicionantes como el sobrepeso. El paciente es posible que la controle mediante dieta y ejercicio para disminuir el peso así como antidiabéticos orales que se toman varias veces al día. En el caso de que con todas estas medidas, las glucemias no se controlen de forma satisfactoria, el paciente pasa a estar tratado con insulina o, en ocasiones, con insulina y pastillas de forma conjunta. Al disponer de más tiempo libre en el caso de los pacientes desempleados, es frecuente que se aumente el peso debido a la inactividad y porque se tiende a realizar "incursiones" a la nevera con mayor frecuencia. Todo ello va a descompensar el control de las glucemias, con el consiguiente riesgo que esto conlleva. Un mal control de la ansiedad, provocará todo lo comentado con anterioridad.

La tensión arterial mal controlada es la otra enfermedad que se puede resentir en una situación como la actual. Ésta, exige un control bastante exhaustivo, tanto en la toma de la medicación, que no debe olvidarse, como en la dieta. Se debe la sal y todo lo que pueda provocar excitación como un exceso de cafeína. Al igual que la diabetes, una disminución de la actividad física, puede redundar en un incremento de las cifras tensionales. Sin embargo, hay que diferenciar cuando la tensión alta es la máxima o la mínima. Si es la máxima, puede deberse a una situación de estrés o tensión nerviosa. Si la mínima está mal compensada, entonces sí es más preocupante porque puede deberse a un problema de exceso de sodio u otros problemas asociados.
La crisis económica y su efecto en la salud

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