martes, 8 de octubre de 2013

¿TIENE ALMERÍA IDENTIDAD PROPIA DIFERENTE DE ANDALUCÍA?


¿TIENE ALMERÍA IDENTIDAD PROPIA DIFERENTE DE ANDALUCÍA?

INTRODUCCIÓN

El pasado 14 de septiembre el Sr. Fran González Villaverde escribió un post en facebook en la página llamada “Almerienses que no se sienten Andaluces”, en el que decía: “Perfecto, yo estoy deseando conocer las vuestras ya que no me quedan demasiado claras y en un dialogo como dices me gustaría que aclarases un par de cosas, si puedes. ¿De dónde nace ese pensamiento tuyo de que “Andalucía” tiene historia e identidad propias separadas de “Andalucía”?”.

De esta frase, por el contexto del post, así como de los anteriores comentarios, deduzco que se refiere a que le gustaría saber por qué y de dónde nace ese “pensamiento de que Almería tiene historia e identidad propias separadas de Andalucía?”. En su frase entiendo que se ha producido un “lapsus linguae” que no deja claro lo que quería decir, probablemente sea consecuencia de que le ha traicionado el subsconciente, puesto que en su desarrollo posterior llega a concluir que Almería no tiene una historia ni una identidad diferente, ni diferenciada de la de Granada o Jaén, por ejemplo, y que Almería es Andaluza, tan solo que estas tres provincias tienen un matiz diferente del resto, en lo que usted llama Andalucía Oriental. Creo que es a esto a lo que se refiere más o menos, ¿verdad?

LA IDENTIDAD ALMERIENSE

Al ver el post y la pregunta realizada, he pensado que sería bueno compartir con ustedes parte de un estudio que vengo realizando desde hace años sobre la problemática de la identidad cultural en la zona oriental del reino de Granada. Me voy a centrar en el tema de la identidad, entendida ésta como un sentimiento de pertenencia a una comunidad concreta, en este caso comunidad cultural. La primera diferencia y la primera prueba de que Almería no es exactamente como Granada o Jaén, aunque puedan parecerse, se puede vislumbrar en la mencionada página “Almerienses que no se sienten andaluces” y en el mensaje que en ella se trasmite.

EN ALMERÍA, UNO PUEDE ENCONTRAR PERSONAS QUE AFIRMAN QUE NO SE SIENTEN ANDALUZAS, Y ESTO CONSTITUYE UNA CONSTANTE EN LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS.

En Almería, a diferencia de lo que se considera Andalucía en general y en lo que algunos diferencian como Andalucía Oriental, existe un número elevado de personas que abiertamente manifiestan no sentirse andaluces. Este hecho no se constata en otras provincias andaluzas: yo no tengo constancia de que esto suceda en Granada, Jaén, Málaga, etc. La página cuenta actualmente con unos 2700 seguidores, cantidad que va mes a mes en aumento, los cuales no paran de hacer manifestaciones en este sentido; tratándose, además, de seguidores que tienen sensibilidades e ideas políticas muy diferentes.

Es decir, que se trata de un grupo muy heterogéneo que comparte un sentimiento, lo que le da una mayor relevancia tanto desde el punto de vista social como colectivo. Porque no son personas que no crean en las comunidades autónomas, o en la democracia, que podrá haber alguno que efectivamente no crea, sino que están enviando el mensaje de que, a pesar de que se les ha enseñado en la escuela desde pequeños que formaban parte de una Comunidad Autónoma llamada Andalucía y que, por tanto, eran andaluces, ellos no lo sienten así. Es decir, no se identifican con los valores culturales concretos inherentes a la misma, muchos de los cuales les han sido enseñados desde edades muy tempranas desde las mismas escuelas porque ellos sienten que eso que les han inculcado no es lo que viven a diario en la sociedad en la que se desenvuelven, transmitido por sus padres y abuelos; y, como no se sienten identificados con ese conjunto de valores, no los integran como parte de su yo individual. Naturalmente, este grupo convive con otro grupo que sí acepta como realidad individual esos valores digamos ‘oficiales’ y que les lleva a manifestar sentirse y ser Andaluces.

A mí el hecho de que, a pesar de las enseñanzas académicas que dicen que Almería es Andaluza, pueda uno constatar tantas individualidades juntas, que suman una colectividad social numerosa, poniendo en duda que ellos sean andaluces, me parece sorprendente, digno de admiración y estudio, por lo que - aplicando un criterio científico- el hecho mencionado hace que me asalten muchas preguntas, como por ejemplo: ¿Ha pasado esto con anterioridad?, ¿Qué otras veces se han visto manifestaciones de este tipo?, ¿Desde cuándo se vienen produciendo?, ¿Cuál es la extensión territorial de este hecho?, ¿Cuál es su extensión social? Y, finalmente, ¿Por qué se ha producido o cuál es su origen?.

Con respecto a si ha pasado con anterioridad, lo mejor sería ir buscando en las hemerotecas e ir analizando los periódicos. Lo digo porque es una fuente que cualquiera puede consultar con facilidad. Efectivamente, vemos que cada cierto tiempo - motivado por algún hecho en concreto- ha ido surgiendo, a lo largo del tiempo, esta discusión de si los almerienses son o no son andaluces. Por ejemplo, en julio del año 1999 surgió esta polémica como consecuencia de un artículo publicado por mí mismo en “La voz de Almería” denominado “Almería históricamente nunca ha sido andaluza”.

Pero quizás el momento cumbre máximo que uno puede encontrar sobre esta discusión se sitúa justo en los años en que determinados sectores sociales andaluces trabajaban por constituir la Comunidad Autónoma Andaluza y en el tiempo en que hubo que aprobar por referéndum la misma, allá por los años 80. Como digo, basta ir a la hemeroteca y consultar para ver lo que discutían los almerienses del momento.

El referéndum era muy claro. Lo que se preguntaba era si se quería una comunidad autónoma con un nivel de competencias máximo o se quería una comunidad autónoma con un nivel de competencias menor, que pasado un tiempo, cinco años, podrían verse ampliadas hasta el grado máximo.

Pero los almerienses parece que no se enteraban (debía de ser como ahora que “no estamos preparados para participar en responsabilidades de gobierno”- como nos han indicado recientemente-), y discutían unos diciendo que eran andaluces, otros diciendo que no se sentían andaluces, que eran almerienses y nada más y, finalmente, existía un tercer grupo - que a mí me sorprendió en su momento porque no tenía constancia de su existencia - que manifestaba que se sentía murciano, dicho grupo se situaba sobre todo a partir de la Sierra de Filabres hacia el norte.

Es decir que se estaba efectuando un referéndum para preguntar el número de competencias que se quería asumir, partiendo de la premisa de que Almería era andaluza a nivel político-administrativo desde una perspectiva regional común, pero a nivel de la gente del pueblo se estaba discutiendo “si Almería era andaluza o no lo era”, “si su cultura era andaluza, almeriense, o murciana”; o lo que es lo mismo, el pueblo almeriense tenía una cuestión previa que resolver a la pregunta que se le formuló en el referéndum, aclarar si era o no andaluz, porque una mayoría no lo veía claro, ya que no se sentía como tal: por eso no es de extrañar el resultado que salió y que no triunfara el sí tanto para la provincia de Almería como en la Comarca de Baza.

Este nivel de discusión, otra vez, sólo se producía en Almería, en el resto de lo que denominamos oficialmente Andalucía no se producía un hecho semejante; todos más o menos - con pequeñas diferencias o matices- asumían que eran andaluces, de ahí la respuesta almeriense diferente y diferenciada del resto. Esto, los que lo vivieron personalmente lo recordarán muy bien y los que no, pueden acudir a consultarlo a las hemerotecas. Obsérvese que no hablo de la estadística del referéndum, porque me parece irrelevante en la profunda discusión que subyace en aquellos comentarios y expresiones que dejaron como testimonio muchísimos almerienses: “sentirse o no andaluces”. La estadística es solo la consecuencia de este problema mucho más profundo, no es el origen del mismo”.

De lo expuesto, se deduce que en 33 años - más o menos - ha sido una constante que una parte de la sociedad almeriense se ha sentido andaluza y otra parte ha manifestado no sentirse andaluza; dicha discusión ha venido reavivándose como un geiser cada cierto tiempo con mayor o menor intensidad, dentro de los márgenes y discreción en los que se desenvuelven los almerienses en sus manifestaciones colectivas sociales, por lo que deberíamos de hacernos otra pregunta ¿Existe algún otro tipo de manifestación a lo largo de un tiempo más lejano, es decir desde un punto de vista más histórico, en la que los almerienses indiquen claramente que no se sienten andaluces?.

¿LA AFIRMACIÓN DE NO SER ANDALUZ ES UNA CONSTANTE EN LA HISTORIA DE ALMERÍA?

La respuesta es sí. En los documentos históricos hay numerosísimos aportes, y estos están dispersos en muchos trabajos que han realizado diversos investigadores, un número muy variado de personas. Que lo hayan hecho tantas personas diferentes, confiere a dichas fuentes mayor objetividad, dado que no hay detrás una sola sensibilidad, punto de vista, o intencionalidad. Dichos aportes no se encuentran recogidos en un solo trabajo por lo que su consulta es más compleja, pero todos los archivos de la provincia tienen documentos que aportan información en esta dirección.

Para analizar las pruebas en este sentido, previamente vamos a repasar lo que significa el verbo “ir” y “venir” en la lengua castellana. Ello puede parecer un sin sentido, por obvio, pero a veces lo ‘esencial pasa desapercibido a los ojos’ como ya dijo Antoine de Saint-Exupéry en su obra “el Principito”. Bien, en castellano, ir, se dice cuando una persona o cosa se desplaza o se mueve desde un lugar ‘A’ hacia otro lugar ‘B’. Ambos lugares son distintos y por tanto son definidos con nombres diferentes. Es decir, si vivo en Andalucía no digo que voy a Andalucía, para que diga que voy a Andalucía es necesario estar situado fuera del espacio de Andalucía y debo de desplazarme para llegar hasta Andalucía. El verbo venir también es igual que el verbo ir, pero el movimiento o desplazamiento se realiza en sentido contrario al del verbo ir, me desplazo en sentido inverso al de ir, es decir estaba en un punto ‘B’ y llego al punto ‘A’. Por lo tanto, en ambos verbos tenemos desplazamiento: en uno de un lugar en donde se está hacia otro al que se va, en ir o, al revés, desplazamiento desde un punto en el que se estaba hacia el que se llega, en venir. Bien, pues la historia está llena de frases de almerienses, personas o cosas que van o que vienen de Andalucía hasta tierras almerienses, desde el siglo XVI hasta el XX; las últimas manifestaciones en este sentido fueron recogidas por mí, a finales de los años 90. Exponer todas aquí sería demasiado amplio y cansado para los lectores, por lo que voy a poner solo unas pocas citas, en cuanto al resto les invito a leer libros y trabajos de diversos aspectos sobre temática de Almería y las irán encontrando.

De ellas deducimos que si los almerienses iban o venían de Andalucía, quiere decir que, según su percepción del espacio, no entendían que ellos estaban en Andalucía, y si no estaban en Andalucía y viajaban hacia ella era porque no eran andaluces.



LAS PRUEBAS DE QUE ALMERÍA NO SE HA SENTIDO HISTORICAMENTE ANDALUZA

Como he dicho, hay muchas citas y voy a poner algunas de ellas. Por extensión no se pueden poner todas. La primera es una recogida en el “Interrogatorio sobre las producciones naturales de la ciudad de Almería del año de 1804”: los regidores del ayuntamiento contestan haciendo referencia a Andalucía como un espacio territorial diferente al de Almería. “…por que siendo frecuente los malos años, no hay cosecha y se ven obligados los labradores a vender el todo y ausentarse a trabajar a la Andalucía y otros por falta de simiente se dejan sin sembrar parte de sus tierras”. (Fuente: Archivo Municipal de Almería, Interrogatorio sobre producciones naturales de esta ciudad, su precio y consumo. Respuesta nº 17, 1804, leg. 1140/1.). Es decir, la gente de cierta cultura de la ciudad de Almería, sus regidores, nos dicen que los labradores se van a trabajar a la Andalucía; en consecuencia, deducimos que para ellos, Almería no está en Andalucía -uno no se desplaza hacia el espacio en el que se encuentra- y si no están en Andalucía, evidentemente ellos no son andaluces.

Como ejemplo del Valle del Almanzora, tenemos otra cita que se produce en Albox, en el año de 1704. Haciendo alusiones a la abundancia de lluvia y al abastecimiento de trigo, se dice: “la tierra está bien regada en general, ha llegado mucho trigo desde Andalucía” (FUENTE: ANTONIO FERNÁNDEZ ORTEGA. Algunas situaciones límites de Albox en la primera mitad del siglo XVIII. Revista Roel, nº 1, 1980. pág. 135.) Es decir que Albox está bien suministrada de trigo porque de Andalucía ha llegado mucho, se ha traído de Andalucía hacia Albox, luego Albox ni está, ni es Andalucía y sus gentes no pueden ser andaluzas.

El siguiente caso lo busco un poco más lejos desde el punto de vista territorial. De este modo se podrá apreciar cómo, desde el punto de vista que estoy exponiendo, el hecho de no sentirse andaluz, tiene una trascendencia mayor, ya que no se circunscribe a la provincia de Almería, sino que abarca la zona Oriental del Reino de Granada, más concretamente los Corregimientos de Baza, Almería y en menor medida Guadix. Así en Zújar, población de la comarca de Baza, en la contestación que envían a Pasqual (sic) Madoz, para la elaboración de su “Diccionario” (1845-1850), dicen: “…y sobre el Grande (se refiere al río), se halla una barca en el camino que desde Zújar se dirige a Andalucía”. Es decir, que el camino que sale de Zújar se dirige hacia Andalucía, o, lo que es lo mismo, que Zújar no puede ser Andalucía puesto que si lo fuera, el camino no iría hacia allí, -hacia Andalucía- y, por consiguiente, ellos, los habitantes de Zújar, tampoco son andaluces.
Manifestaciones de ir o venir de Andalucía se pueden encontrar en la Comarca de Baza, de los Vélez, el Almanzora, el corredor Gérgal-Sorbas y en la zona del sur de la provincia de Almería. Llegados a este punto -en el que constatamos la manifestación de esta expresión-, quizás deberíamos refrescar cuales han sido los límites administrativos a los que han estado sometidos estos territorios.

EL REINO DE GRANADA, AFIRMACIÓN Y AUSENCIA DE SENTIMIENTO DE ANDALUZ

Los comarcas de Almería, Baza y Guadix, desde el siglo XV - momento en que fueron incorporadas a la Corona de Castilla-, quedaron constituidas como tres Corregimientos dentro de un reino llamado Reino de Granada. Estos tres Corregimientos se unían en una unidad mayor, que formaba el tercio oriental del reino, existiendo dos tercios más: el central y el occidental.

El reino de Granada tenía unos límites que coinciden, aproximadamente, con los de las provincias de Málaga, Granada, y Almería - con alguna pequeña variación-. Este reino sobrevivió como demarcación dentro de la Corona de Castilla hasta el siglo XIX, cuando desaparecieron todos los reinos y fueron sustituidos por las provincias, en el año de 1833. Tenía fronteras con el Reino de Andalucía, por lo que quedan muchas poblaciones sobre todo en Andalucía que - precisamente por este hecho - se llaman “… de la Frontera”, como por ejemplo “Conil de la Frontera”, “Jerez de la Frontera”, etc. También tenía fronteras con el Reino de Murcia. Los límites del reino de Andalucía coinciden, aproximadamente, con los de las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz, Córdoba y parte de Jaén, puesto que la parte más nordeste de la actual provincia de Jaén era parte del reino de Murcia.

La pregunta es, si hay un reino de Andalucía y otro de Granada, ¿Es normal que los almerienses dijeran que iban o venían de Andalucía? La respuesta es que Sí. Además, es lo natural, puesto que ellos vivían en el reino de Granada y parece que en aquella época sí sabían de geografía y no eran tan ignorantes como parece que somos ahora.

Y si esto es así, entonces dicha expresión también la deberíamos documentar entre las gentes del reino de Granada que vivían más a poniente de la zona oriental del mismo. Y, desde luego y en consecuencia, lo que no deberíamos de encontrar son afirmaciones en la zona central y del poniente del reino afirmando que ellos son andaluces.

Sin embargo, la realidad no es así. Mientras en la zona oriental del reino de Granada, encontramos que sus habitantes nos dicen que se desplazan hacia Andalucía; por el contrario, los habitantes de las zonas Central y de Poniente de dicho reino afirman que son andaluces. Aunque no podemos poner todos los ejemplos por falta de espacio, vamos a ilustrarnos con un ejemplo que sucedió en Lecrín. El informante, que no se identifica, probablemente fuera el párroco de la localidad, ni tampoco señala fecha, pero aproximadamente debió pasar en torno a 1770-90, hablando de todo el valle para el diccionario de Tomás López indica: “En este valle (Lecrín) el fruto más abundante es el aceite, produce mucho y de excelente gusto y sin disputa el más singular de todas las Andalucías”... Y el mismo informante, hablando sobre Lanjarón, indica: “Tiene fuente de agua agria y concurren a tomarla de Granada y de toda su provincia y de Cádiz y otros muchos pueblos, de modo que las aguas de Lanjarón son de las más concurridas de todas las Andalucías”. No hace mención alguna al reino de Granada, exclusivamente se compara con Andalucía sin distinguir entre las localidades que menciona y otras localidades de Andalucía, dando a entender por la comparativa, que todas son andaluzas. Si no hubiera dicho “… son las más concurridas del reino de Granada y de las Andalucías”

De sus palabras, deducimos que unos habitantes del reino de Granada están dando por aceptado que son de Andalucía, cuando en realidad no lo son desde el punto de vista territorial y administrativo, mientras que, por los mismos años, otros habitantes de ese mismo reino están indicando que no son de Andalucía. ¿Cómo debemos de interpretar esto? Está claro que al decir que son andaluces, los granadinos occidentales y centrales están afirmando su andalucismo cultural, dado que administrativamente no son del reino de Andalucía y este “andalucismo o este ser andaluces” no puede ser afirmado por la no pertenencia administrativa a Andalucía. Bien al contrario que los occidentales y centrales, lo que los orientales están diciendo en estas citas es que ellos administrativamente no son andaluces y, además, culturalmente tampoco.

Tanto repitieron los granadinos centrales y occidentales que ellos eran también andaluces que, finalmente, fue siendo aceptado y para finales del siglo XVIII ya se había generalizado la idea de que el reino de Granada era un reino más de los que conformaban el reino de Andalucía, naciendo así la afirmación de una gran Andalucía, que incluía todo el reino de Granada.

Los granadinos orientales nunca tuvieron mucha voz en el reino (probablemente ninguna, como ahora en la Comunidad Autónoma Andaluza, que en 33 años de existencia solo se han nombrado 4 irrisorios consejeros de la zona de Almería de un total de 182, lo que representa una participación del 2.19%), pero nunca aceptaron que ellos eran andaluces y, por tanto, tampoco que su reino lo fuera o al menos la parte que ellos habitaban. Nunca claudicaron de esta idea y a este sentimiento y prueba de ello es que, si así fuera, no estaríamos hablando de ello ahora mismo.

No obstante ello, quizás una de las grandezas del pueblo que se desarrolló en la parte oriental del reino era que nunca ha sido un pueblo polémico. Ha sido un pueblo discreto, sencillo, modesto, sin grandes reivindicaciones políticas y huidizo de las confrontaciones, que se adaptaba a las necesidades de la convivencia, por lo que si los granadinos occidentales se sentían andaluces, ellos aceptaron sin ningún problema que sus compañeros de reino, los vecinos del otro lado de la región oriental se sintieran así, es decir andaluces. De este modo resulta que ambas partes del reino aceptaron, de manera natural, esta división cultural del mismo en dos partes. Y ello es así hasta el punto que los propios granadinos orientales definían y precisaban como territorio andaluz a Granada capital y con ella a toda su jurisdicción. Prueba de ello es que para finales del siglo XVIII, Don Manuel Estévez Mullor, cura de Gérgal, en fecha de 5-V-1774, en la información que envía a Tomás López, dijo: "…De la parte de dicho Oriente viene camino Real que no deja de ser frecuentado para Granada y otros pueblos que transitan por nuestro centro…Por la parte de Occidente y algo cargado al Mediodía, tiene este centro (Gérgal) una aldea, ...llamada Alcubilla,... Y situada en la orilla de otra rambla, que es camino Real frecuentado por ser garganta de las Andalucidas (sic) para la playa y ciudad de Almería y de ésta y los pueblos de un río para dichas Andalucidas (sic): Granada, Cádiz".

Es decir, que el camino que pasa por Gérgal viene de Andalucía para la playa y ciudad de Almería, la cual naturalmente deducimos que no está en Andalucía, porque a Almería se viene por ese camino desde Andalucía. La playa de Almería entendemos que es la de su jurisdicción, que iba desde la Mesa de Roldán hasta Punta Entinas, en Roquetas, por lo que todo este vasto territorio queda excluido del concepto Andalucía, y de la misma manera quedan excluidos los pueblos del rio, desde Huércal, pasando por Gádor, Alboloduy, hasta llegar a Gérgal como mínimo. Y respecto al camino que va hacia Andalucía, especifica hacia qué parte de Andalucía va dicho camino: hacia Granada y Cádiz. Granada, ciudad del reino de Granada y reino diferente de Andalucía, y Cádiz, reino de Sevilla, el cual sí pertenecía al reino de Andalucía.

De esta cita, se desprende que el concepto de Andalucía que maneja el párroco, que es importante resaltar puesto que es una persona que había tenido acceso a la cultura y que sabía geografía, es un concepto de Andalucía territorial-administrativo y también cultural, dado que incluye tanto a Cádiz, que abarca lo territorial-administrativo y cultural, como a Granada que no es concepto territorial-administrativo andaluz, puesto que como hemos dicho infinidad de veces era un reino propio, por lo que debemos deducir que su inclusión en Andalucía -que también es concepto territorial-administrativo- debe ser entendido desde el punto de vista cultural, de modo tal que este último punto de vista –el cultural- acaba identificándose y superponiéndose al plano territorial-administrativo.

Pero al revés, también podemos preguntarnos si tenemos manifestaciones de gentes que vengan de Andalucía y que se presenten en nuestro espacio territorial diciendo que ellos son andaluces. Es decir, hemos visto citas históricas con el verbo ir, pero también las hay con el verbo venir, “venir del Andalucía”. Esto hoy en día no creo que pudiera pasar: no me imagino a nadie diciendo soy andaluz si viene de Córdoba presentándose ante un colectivo almeriense, supongo que diría soy de Córdoba o cordobés, porque se da por hecho que la provincia de Almería es andaluza. Es por ello que pruebas en este sentido parecen igual de interesantes.

Pues bien, pondremos otro ejemplo de esto último en Tabernas. Tenemos una referencia muy antigua que se remonta a la época de la 2ª repoblación, concretamente en la visita que se realizó a la villa de Tabernas para ver el estado de la repoblación, en el año de 1593, en la que hubo un repoblador que dice que es natural del Andalucía como clara oposición al reino de Granada, puesto que debían de ser de fuera del reino de Granada para poder tener derecho a poblar: “Pedro de Luçena, se le dieron dos suertes, la una la ubo con su mujer, natural del Andaluçía” (Fuente: Visita de 1593 Archivo General de Simancas, CC4ªS. LEG.2215, s. f.) No dijo que era de tal localidad sino que era del ‘Andalucía’, es decir de una demarcación diferente a la que había venido a vivir, que era el reino de Granada.

Por lo pronto hemos visto que el concepto “no ser andaluz”, para las tierras que ocupan la provincia de Almería, es un concepto que se remonta en el tiempo durante siglos. La primera cita que conservo es de Almería ciudad de 1519, unos 20 años después de ser repoblada la ciudad con cristianos procedentes principalmente de la Corona de Castilla y Aragón; hablando del comercio del puerto; se dice: “ no ovo anclajes porque estaban los navíos embargados de bastimentos para la armada y a los barcos del Andaluzía y Portugal y otras naos, no se le daba plática por cabía (sic) de la pestilençia”. (Fuente: Archivo Histórico Provincial de Almería. Sección de Protocolos. Prot.1)

También sabemos que era un concepto territorial y cultural que abarcaba una zona más amplia que la actual zona de la provincia de Almería, y que incluía la zona de la comarca Baza y en menor intensidad la de Guadix, por lo que estamos contestando a la pregunta que nos hacíamos ¿Desde cuándo los almerienses no se sienten andaluces? Desde que fueron repobladas estas tierras con cristianos es la conclusión a la que llegamos.



¿POR QUÉ ES DIFERENTE LA ZONA ORIENTAL DEL REINO DE GRANADA DEL RESTO DEL REINO Y NO SE SIENTE ANDALUZ?

La pregunta final creo que sería ¿Por qué?, ¿Qué es lo que pasa en la zona oriental del reino de Granada, que la hace que se sienta diferente al resto del reino? A mi entender son dos los aspectos claves, el distinto origen de sus habitantes, reforzado por la realidad del relieve.

La zona oriental del reino de Granada está separada de la central y occidental por sistemas montañosos con alturas que se sitúan por encima de los 2000 metros sobre el nivel del mar. Las orientaciones que tienen esas sierras y su disposición determinan que en la zona oriental del reino de Granada se forme un espacio que, de manera natural, aparezca como una región física determinada, concreta y muy marcada. Las sierras de Segura y Cazorla, con su alineación de noreste hacia sur-oeste, y el macizo que forman las sierras de Gádor, Contraviesa, y Nevada, dirección este-oeste, configuran una región con forma de triángulo bien comunicado entre sí y formado por las comarcas de Almería, Baza y Guadix, el cual, por el contrario, tiene una muy difícil comunicación hacia el otro lado de estas sierras, en el lado de Andalucía.

Para entender la parte relativa al diferente origen de los habitantes del reino de Granada, aconsejo leer y documentarse mucho sobre la repoblación del reino. En la Universidad de Granada, existe una vasta bibliografía de trabajos tanto de la primera repoblación como de la segunda, donde puede consultarse cuál fue el origen de los repobladores de los diferentes pueblos que constituyen el reino. Pero si se quiere profundizar aún más, en el Archivo General de Simancas está toda la documentación relativa al proceso de visitas que se hizo al reino por parte de la Corona a fin de controlar cómo se desenvolvía la repoblación.

La consulta de estas fuentes permitirá tener una gran y clara idea sobre el origen de los repobladores. Yo los he estudiado y estoy confeccionado una base de datos con todos ellos, de modo que puedo asegurar que es muy interesante analizar el origen de los mimos. Igualmente, puedo indicar que si consulta todas estas fuentes verán que no se puede afirmar -como se ha dicho alguna vez por algunas personas mal documentadas- que el proceso fracasó y que no vinieron a repoblar gentes en grandes cantidades, afirmando que no había marchado la población musulmana autóctona. Dicha afirmación solo se puede efectuar desde el desconocimiento.

Hubo dos fases de repoblación. La primera, a finales del siglo XV y principios del XVI, en la que solo se poblaron algunas ciudades en un radio de cada 100 km aproximadamente para la parte oriental y central del reino, mientras que la parte de Málaga se pobló más intensamente, tiene que ver con sus procesos de rendición. Y ya en esta primera fase se distinguen dos áreas de repoblación: la parte de Málaga y la central se repueblan con un claro predominio de andaluces, mientras que en la parte oriental este predominio baja en beneficio de gentes levantinas. En 1568 se produce la rebelión de las Alpujarras, la cual genera un conflicto o guerra civil que dura hasta 1571, y que termina con la rendición de los sublevados los cristianos nuevos -que fueron los descendientes de los musulmanes granadinos - y con su expulsión masiva fuera del reino de Granada, repartiéndolos por el Andalucía y Castilla, lo que supuso un vacío poblacional de todo el reino. Este vacío humano se cubrió comenzando un segundo proceso repoblador para todo el reino, dando casas t tierras a cristianos de fuera del reino de Granada. Lo poco atractiva que resultó la zona de Almería, puesto que había estado sometida al ataque de antiguos rebelados ayudados por piratas del norte de África, determinó que se tardara hasta tres años en encontrar gentes que quisieran arriesgarse venir a poblar con sus familias, permaneciendo muchas localidades durante todo ese tiempo sin población alguna.

Esta segunda fase duró el periodo comprendido entre 1571-1593, fecha esta última en que la Corona dio por concluido el mismo y dejó de realizar visitas de control del proceso. Ante la magnitud de la obra, la Corona creó un órgano que se llamaba el “Consejo de Población del Reino de Granada”, que era el órgano encargado de realizar la repoblación y controlar todas las vicisitudes del proceso y, por consiguiente, de donde nació una gran cantidad de documentación. Este material se encuentra y puede ser consultado para su estudio en la Chancillería de Granada y en el Archivo General de Simancas.

Del mismo modo, también en esta segunda fase se vuelve a confirmar un diverso origen de la población del reino: otra vez en la zona oriental tiene un origen levantino, predominantemente murciano, valenciano y castellano oriental, frente a la del resto del reino que tiene un origen andaluz. Por eso no es de extrañar que los habitantes de la zona oriental del reino, que eran de origen levantino, nunca asumieran que eran andaluces, puesto que no era su cultura de partida y vivían en un reino que se llamaba reino de Granada, siendo el de Andalucía el reino vecino por occidente.

Este mismo hecho, o sea la repoblación, también explica que los granadinos centrales y occidentales se sintieran andaluces, porque su cultura de partida, la que recibieron de los primeros pobladores que llegaron allí, era andaluza, habiéndose transmitido dicha cultura andaluza de sus padres de generación en generación. Era anti-natural decir que eran andaluces, puesto que habitaban un reino diferente y diferenciado, deberían haber dicho que eran granadinos, pero se mantuvieron fieles a la cultura que les transmitieron sus padres.

Y esto mismo es lo que hicieron los granadinos orientales, ser fieles al legado de sus antepasados al transmitir de generación en generación la cultura que heredaron de sus padres, así como el sentimiento de que no eran andaluces, sino un pueblo distinto. Y eso, es lo que se puede ver en las manifestaciones que hacen miles de ciudadanos de la provincia de Almería a través de medios como la página de Facebook “Almerienses que no se sienten Andaluces”: cuando dicen que no son y/o no se sienten andaluces, proclaman la fidelidad cultural a 500 años de historia. Esto es lo mismo que les pasa a los que se sienten andaluces en las zonas central y occidental del antiguo reino de Granada.

Creo que este grado de fidelidad histórica es muy hermoso y nada reprochable para ambas comunidades culturales. En 500 años no fueron capaces de converger hacia un sentimiento de pueblo Granadino culturalmente hablando, qué se le va a hacer, respetemos ambos colectivos y démosles su espacio. Si los almerienses lo hacen mal porque no se sienten andaluces, ¿Cómo lo hicieron los granadinos que renunciaron a su identidad granadina y aceptaron como válida la identidad del reino vecino de Andalucía?
Autor: Nicolau Guillem 07/10/2013 ®
Agradecimiento a Pedro Cayuela por su entusiasta colaboración.
¿TIENE ALMERÍA IDENTIDAD PROPIA DIFERENTE DE ANDALUCÍA?

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