domingo, 15 de julio de 2012
El Ejido, un tradicional espacio ganadero
En 1525, se expone que en el Campo de Dalías pastan los ganados de la Alpujarra y los de Granada, y que para abrevar existían "veinte y tantos" aljibes varios abastecidos, desde el manantial de las Fuentes (Arroyo de Celín)
PEDRO PONCE MOLINA / / HISTORIADOR
TRADICIONALMENTE la ganadería ha sido una constante en la memoria colectiva de los ejidenses, materializada en el recuerdo de los terrenos de pastos, rutas y puestos, en peculiares construcciones como aljibes y pozos con sus abrevaderos, y en esos interesantes refugios de pastores conocidos con el nombre de "retumbas" en la toponimia y en la presencia de algún rebaño ovino o cabrío entre los invernaderos, testimonio del espléndido pasado del "invernadero" ganadero, como es calificado el Campo de Dalías / El Ejido por el cabildo municipal de la ciudad de Almería el 25 de septiembre de 1617, al amparo de la Cueva Redonda unida al uso pecuario desde el siglo XII.
Dos interesantes testimonios del siglo XVI, primer cuarto uno y último tercio otro, nos sitúan de manera global ante las características de la ganadería presente en el espacio ejidense durante largo tiempo.
En documento fechado el 6 de agosto de 1525, conservado en el Archivo Municipal de Granada, se expone que en el Campo de Dalías pastan en invierno los ganados de la Alpujarra y los de la ciudad de Granada y su Tierra, y que para abrevar existían "veinte y tantos" aljibes varios abastecidos, desde el manantial de las Fuentes (Arroyo de Celín), mediante la Acequia del Campo, cuya agua "les pertenece un día de cada semana". En Laujar de Andarax, el 3 de junio de 1572, ante Alonso de Frías, alcalde mayor de la Alpujarra y juez de comisión para el Repartimiento de la taha de Andarax, comparecen varios testigos y "preguntados qué ejidos y dehesas hay en los lugares y términos de esta taha, dijeron que no hay ningún ejido, ni dehesa particular y que todo es pasto común; y que de invierno tenían los ganados en el Campo de Dalías, que está cinco leguas de aquí, y de verano a la sierra Nevada y a la de Gádor" (Archivo Municipal de Fondón, Libro del Apeo / Repartimiento de Fondón, traslado de 1773). Predomina el ganado ovino, seguido a distancia por el cabrío, y es significativa la presencia del vacuno y de algunas piaras de cerdos.
En el Campo de Dalías / El Ejido los ganaderos modestos, moriscos y cristianos viejos, tendrán enfrente a otros granadinos muy poderosos: altos dirigentes de la administración civil, judicial y militar, oligarquía urbana y municipal, monasterios (San Jerónimo, La Cartuja). Ciertos derechos sobre los pastos podían proporcionar saneadas rentas, Francisco de los Cobos y Molina (Úbeda 1477?-1547) con anterioridad al 12 de diciembre de 1516, cuando fue nombrado Secretario de Carlos V, había desempeñado numerosos e importantes cargos, Contador mayor de Granada 1508, encargado por Fernando el Católico en 1510 del Registro de concesiones, pagos y mercedes.
Mecenas y coleccionista de obras de arte supo rodearse de consejeros artísticos y artífices de la talla de los arquitectos / maestros de obras Diego de Siloé, Andrés de Vandelvira o Luis de Vega, escultores como Alonso Berruguete y el francés Esteban Jamete, el pintor Julio de Aquiles, etc. Fundó en Úbeda, para su enterramiento, la Sacra Capilla de El Salvador, y consigue hacerse en 1513 con los derechos de herbaje del Campo de Dalías. Paradojas de la vida, el espacio ejidense contribuyendo a una de las obras cumbres del Renacimiento.
El Ejido, un tradicional espacio ganadero
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