Es un ciclón de aire extremadamente frío situado normalmente en el norte de Canadá, pero que estos días se ha desplazado hacia el sur acompañado de fuertes ráfagas de viento
ANTONIO ARETXABALA (GEÓLOGO) | IDEAL
Las cataratas del Niágara, congeladas. / Afp
¿Qué es el vórtice polar?
Los vórtices polares son áreas de aire giratorio sobre los dos polos, que se ubican en la media y alta tropósfera y la estratósfera, y que se mueven a diferentes velocidades. Gracias a ellos, el aire frío y denso se mantiene sobre los polos.
En los polos, puesto que el aire frío es denso, se produce un efecto como el del agua y el aceite: el aire frío tiene menor volumen que el aire más caliente, pues pesa más. Así, en la superficie de la masa de aire polar tenemos alta presión, pero a alturas bajas por su mayor peso. Se produce por lo tanto a unos 500 milibares, donde el aire se compacta debido a la alta densidad tan cerca de la superficie.
El vórtice polar en su vaivén a menudo oscila con sus dos centros sobre Canadá y Siberia, de hecho es un remolino alargado y en sus oscilaciones a veces incluso alcanza el noreste de los EE UU. Puesto que el aire de la superficie más fría se encuentra sobre las zonas heladas de las tierras más al norte de las altas latitudes, si se produce un cambio de temperatura pequeño, la oscilación puede ser mayor, como ocurre actualmente.
El vórtice polar se propaga en el espacio hacia donde se mueve la masa de aire polar. El movimiento es semipermanente, podría considerarse un patrón climático más o menos fijo, pero de vez en cuando se vuelve algo excéntrico. En raras ocasiones como la actual, el desplazamiento puede ser hacia el sur y sobre zonas muy habitadas (el medio humano) llevando consigo temperaturas de hasta 40 grados bajo cero a las ciudades más septentrionales.
Atlanta, en el estado de Georgia, justo al norte de Florida, es una ciudad no considerada septentrional, situada a la misma latitud que Casablanca en Marruecos, pero vivió su contacto con el vórtice polar el 21 de enero de 1985, con temperaturas cercanas a 10 bajo cero. En ese movimiento del vórtice, Chicago registró su récord histórico desde que existen termómetros: 32 grados negativos y sensaciones térmicas de 60 bajo cero.
Vórtice polar y cambio climático
En cuanto a su relación con el cambio climático, hemos visto en los últimos cinco años al chorro de corriente tomar más de una forma ondulada e irregular en lugar del típico suave óvalo situado alrededor del Polo Norte. Esta ondulación está dando lugar a un clima más frío en el este de los EE UU y en el este de Asia. Puede que sea parte de su vaivén aleatorio y una cuestión que sin datos concretos no podríamos achacar al cambio climático, pero lo que queda muy claro entre los científicos es que menos hielo marino y menos nieve en el Ártico con relativamente cálidas temperaturas del aire a finales del otoño, sugieren precisamente un patrón ondulado del chorro de corriente con más variabilidad.
Las temperaturas más frías al norte y las temperaturas más cálidas al sur crean vientos que soplan generalmente de oeste a este alrededor de todo el hemisferio norte. Esta corriente atmosférica de vientos fuertes puede variar de un patrón de oeste a este, más o menos rígido, a un patrón más ondulado. Con el patrón ondulado, el aire frío del norte se puede llevar al sur.
Este templado último otoño y el frío acentuado a principios de enero muestran esa variabilidad. La conexión entre la imparable tendencia al calentamiento del Ártico y un clima más severo y extremo en las latitudes medias es una materia de investigación interesante y trascendental para el futuro de toda la humanidad, puesto que cerca del 80% vivimos en las zonas que se ven, y aún más se verán, afectadas por estos cambios acelerados de los patrones climáticos.
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