La autoestima, las relaciones con los amigos y la propia imagen de los niños se desmoronan cuando los padres castigan psicológicamente a sus hijos.
Se ejerce violencia evidente a través de palabras hirientes o descalificaciones abiertas al comportamiento del niño; sin embargo, y de forma más sutil, la ausencia de caricias psicológicas también dejan huella y es una de las formas de maltrato más desapercibidas, según la definición de violencia psicológica de la psicóloga clínica Francisca Urra.
Debido a lo anterior, se afecta su capacidad para manejar los impulsos agresivos, su proceso de búsqueda de identidad en la adolescencia y su relación con el mundo. Lo de mayor delicadeza, como indica la profesional, “es que muchas veces los papás no reparan en lo grave que es este daño, y no se dan cuenta cuando están violentando a sus hijos psicológicamente”.
Maltrato emocional en aumento
Ignorar, desvalorizar y atemorizar a través de actitudes o palabras a los niños, disminuyen su autoestima y afectan su desarrollo emocional, y constituye un maltrato psicológico activo. Sin embargo, la violencia psicológica también puede ser pasiva, y se da cuando los niños no reciben el amor, la estimulación y la protección necesaria de sus padres o de las personas que están a su cuidado.
Según el estudio realizado recientemente por World Visión a niños y niñas de escasos recursos de entre 7 y 16 años de las regiones Metropolitana, Octava y Novena del país, el 52% sufre violencia psicológica. De ellos cerca del 90% denunció recibir retos habitualmente y el 52,5% afirmó que sus padres dejan de hablarles como forma de mostrar su enojo. Pero este tipo de violencia no afecta sólo a niños de estrato socioeconómico bajo, sino también a menores de nivel medio y alto.
De acuerdo a la última investigación de violencia intrafamiliar realizada por UNICEF en Chile, y que comparó los niveles de violencia entre el año 1994 y el 2000, la violencia psicológica -que a diferencia del maltrato físico leve y grave disminuyeron- aumentó de un 14,5 a 19,7%. El mismo estudio reveló que el maltrato emocional creció en el estrato socioeconómico medio de 15,8 a 22% y en la población de mayores recursos de 24,6 a 26,7%.
Asimismo, la UNICEF ratificó que las conductas más frecuentes de maltrato psicológico en la familia se refieren a gritar, y dentro de ellas las más violentas son insultar o no hablar por largos períodos. Consultados respecto a la utilidad de la violencia psicológica aplicada por los padres, los niños respondieron en un 24,8% que es útil, y que no lo es en un rotundo 60,8%.
Caricias negativas
Según la psicóloga Francisca Urra, para que las personas alcancen un desarrollo físico y espiritual normal, deben estar constantemente nutridas con caricias físicas y psicológicas, y con cosas tan simples como atención. “Y que este tipo de caricias no exista provoca el efecto totalmente contrario. Si un niño crece falto de caricias de piel y de caricias emocionales se desarrollará con carencias importantes, y más aún, si un menor está constantemente asediado por algún tipo de violencia psicológica como gritos, insultos, descalificaciones y palabras hirientes, estas caricias negativas pueden causarle un daño irreparable”.
Es importante, a juicio de la profesional, que los padres nunca pierdan de vista que los niños necesitan de las caricias físicas y emocionales de los padres. “Esas demostraciones de afecto los hacen crecer seguros, y los protegen de conductas de riesgo como las drogas y el alcohol”.
Palabras que pueden parecer tan normales a oídos de los padres como “Tonto”, pueden ser verdaderas puñaladas para los niños y, en rigor, constituyen un tipo de maltrato. Lógicamente, como indica Francisca Urra, el daño es proporcional a la intensidad del maltrato psicológico.
“Se puede diferenciar claramente una situación de violencia psicológica sistemática que puede tener daños catastróficos en un niño en el muy corto plazo, del maltrato psicológico más ocasional y que se genera de una situación puntual, que igualmente produce daños, pero menos intensos y definitivos”.
El no escuchar y no apoyar a los hijos también es un tipo de maltrato psicológico. “Hay papás que por no pegarle a sus hijos los castigan verbalmente, sin saber que esa también es una forma de maltrato. Asumen como una forma de crianza los gritos, y se jactan de que nunca los han golpeado. Sin embargo, hay que tener muy claro que las palabras negativas pueden llegar a ser tan o más dolorosas que un palmazo o una cachetada”.
Daños y consecuencias
Conductas como la adicción a las drogas y al alcohol, y hasta la delincuencia, pueden tener directa relación con episodios de violencia psicológica en la infancia. “Hay niños que aguantan más y que a pesar de haber sufrido maltrato psicológico pueden salir adelante y logran desarrollarse plena y normalmente en la preadolescencia y adolescencia.
Sin embargo, hay otros a los que definitivamente les afecta más la opinión que los demás tengan de ellos, y no logran superar nunca el daño provocado por los insultos o por sentirse ignorados por sus padres en la infancia”, indica la psicóloga.
Las consecuencias más importantes que la violencia psicológica provoca en los niños son una baja autoestima -que impacta casi siempre en forma negativa el rendimiento escolar- problemas en la construcción de la identidad, dificultad en el autocontrol y en la capacidad de manejar la agresividad, y la formación de una auto-imagen pobre y negativa.
Como señala la psicóloga, “los niños que han sido violentados emocionalmente terminan convenciéndose de todas las cosas que con intención o sin intención le han dicho alguna vez sus padres. Es lógico que si todos los días le dicen, ‘tonto’, ‘flojo’, ‘irresponsable’ o ‘desobediente’, el niño crea que es así, y la imagen que tiene de si mismo termina siendo muy mala. Asimismo, se llena de pensamientos negativos y desconfianza hacia los demás, y por eso después le cuesta mucho construir relaciones afectivas positivas. Espiritualmente alimentan poco a poco el sin sentido y el desamor, y van albergando resentimiento y sentimientos de pena hacia los demás”.
La ventaja de las experiencias positivas
La opinión de los profesionales coincide en señalar que las experiencias positivas tienen un efecto inmediato en el adecuado desarrollo de los niños, pero también un impacto favorable en el largo plazo. “Por eso es tan importante que a pesar del apuro y el cansancio con que muchos padres tienen que lidiar todos los días, nunca pierdan de vista que las relaciones afectivas con los hijos son determinantes en su desarrollo actual y futuro, y que una palabra los puede levantar, pero también hacerlos caer”, señala Francisca Urra.
Tampoco se trata, como indica la psicóloga, “que los papás nunca puedan retar a sus hijos o incluso enojarse con ellos, pero siempre cuidando el cómo se hace. Hay palabras que pueden causar heridas significativas y hay adultos que nunca se han olvidado de lo que un día les dijo su papá o su mamá. Ante todo hay que evitar las descalificaciones, y sentarse a conversar con respeto con los hijos de cualquier edad”.
http://www.padresporsiempre.cl/violenciasicologica.htm
Violencia Psicológica: Lo Que Nunca Hay Que Decirle A Los Hijos | El Centinela
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