Dos mansiones, construidas por dos hermanos, llaman la atención de vecinos y turistas.
Ahora, la Villa Árabe se ha rehabilitado para acoger eventos y celebraciones
Marta Rubí [ La Voz de Almería ]
Óscar Moya y Eva Inoge posan en el jardín de la mítica Villa Árabe [ M. RUBÍ ]
Entre el barrio de Las Marinas y la Urbanización, dos viviendas levantan poderosamente la curiosidad de roqueteros y visitantes. “Muchos creen que vive aquí un jeque árabe”, ríe Óscar Moya, propietario de la Villa Árabe.
La llaman la casa de Las mil y una noches, o de Aladdin, y los turistas no dudan en inmortalizarse ante su puerta, ya que está incluida en la ruta turística del Roquetren, al igual que la vivienda vecina, tan llamativa como distinta, inspirada más bien en mansiones “tipo Falcon Crest”.
Los hermanos
La historia de ambas comenzó unida. Fueron levantadas en 1990 por dos hermanos. José y Miguel Moya, fundadores de la empresa que construyó otros edificios emblemáticos de Roquetas, como el hotel Bahía Serena o Zoraida Garden.
Miguel recuperó el estilo árabe que había absorbido durante la construcción de otro hotel en Ceuta. La talla de puertas, celosías, vanos y escaleras, los arabescos en los techos o los azulejos nazaríes se acompañan de lámparas y juegos de té que la convierten en un oasis de ensueño.
La cúpula de Hussein
El empresario buscó la singularidad de cada detalle. Incluso realizó un diseño personal, con las iniciales de la familia, en los azulejos que se sitúan en el centro de estrellas de salomón repartidas por toda la vivienda. También apostó por el artista Waldi Wrobel, recién llegado por aquel entonces y autor de los frescos.
El prematuro fallecimiento de Miguel Moya hizo que apenas la pudiera disfrutar unos años y que los ‘secretos’ del origen de algunos de sus rincones permanecieran en silencio. De hecho, su hijo Óscar ha descubierto ahora que incluso la cúpula tiene su propia historia: “Había sido construida en Granada para Sadam Hussein, pero el inicio de la Guerra del Golfo impidió su traslado. Mi padre la descubrió en el puerto de Motril”.
Óscar y su novia Eva se hicieron cargo de la rehabilitación del edificio el pasado febrero. Arquitectos de profesión, la búsqueda de nuevos caminos les ha llevado a recuperar la vivienda que había estado cerrada durante una década, desde que Óscar se marchara a estudiar a Madrid, y que había sufrido entonces pequeños robos que provocaron desperfectos.
Escenario de eventos
“La ayuda de todos los profesionales ha sido clave”, comenta el joven, que pone como ejemplo a la empresa Crea Jardín, gracias a la cual, el espacio exterior se ha transformado en escenario perfecto de fiestas, banquetes o para unas fotografías especiales.
La Villa Árabe ha abierto así sus puertas para que todos los interesados puedan disfrutarla. Su calendario de actividades se puede conocer en su página de facebook. Su puesta de largo será posiblemente en primavera con la celebración de un ‘showroom’.
Unas villas de cuento que atraen todas las miradas
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