La crisis, y otros errores, extinguen el fútbol en Almería
Time Out Magazine - Historias del Deporte Andaluz
Dolores Díaz Moreno 22 de septiembre de 2013
AD Almería
Los impagos a jugadores y Seguridad Social son una constante en el fútbol español. Llevan años produciéndose, no son una flor que ha nacido en el espinoso cactus que supone la crisis. Encierros de futbolistas y cuerpo técnico, retiradas de la competición o hasta desapariciones a mitad de la temporada son, por desgracia, el padre nuestro de cada temporada en las categorías modestas del fútbol español.
Almería, una tierra quizás con poca tradición futbolística a nivel nacional, pero que siempre ha tenido equipos a caballo entre la categoría de plata y la de bronce de nuestro balompié, ha sufrido en las últimas tres décadas hasta cuatro desapariciones y un descenso administrativo de conjuntos que han llegado a militar de Segunda B hacia arriba. Si miramos más hacia abajo, el número de casos se cuadriplicaría o se quintuplicaría. Agrupación Deportiva Almería, primer equipo almeriense que alcanzó la Primera División; Mármol Macael, conjunto del norte de la provincia que llegó a ser la referencia del fútbol local a principios de los noventa; Poli Almería, que cogió el testigo de la AD y tuvo que desaparecer para formar la actual UD Almería; y Poli Ejido, que pecó de poderoso y derrochó en demasía en Segunda, se vieron abocados a la extinción por no poder hacer frente a sus deudas. El Roquetas, un club más humilde cuyo mayor logro fue quedarse hace tres temporadas a las puertas de la promoción de ascenso a Segunda, también estuvo acosado por las deudas, tuvo que renunciar a su plaza en Tercera por las denuncias ante AFE de sus futbolistas y, aunque sigue existiendo, lo hace de forma amateur en Primera Andaluza.
El primer conjunto almeriense que conoció las hieles de la desaparición fue la Agrupación. Fundada en 1971 tras la fusión de Plus Ultra, Pavía y Arenas, ascendió en tan sólo ocho años desde Preferente a Primera División, categoría en la que jugó las temporadas 79-80 y 80-81. Juan Rojas fue el capitán de aquel glorioso equipo y el primer jugador español que pasó por todas las categorías con su equipo: Regional, Tercera, Segunda B, Segunda y Primera. Con el descenso a Segunda comenzaron los problemas para el equipo de Alfonso García. Pablo Porta, presidente de la Federación por aquellos tiempos, cogió a la AD como conejillo de indias y quiso dar un castigo ejemplar a los morosos.
La Agrupación Deportiva Almería fue el primer club en morir; la Federación lo baja a Tercera en 1982, tras una sanción de cuatro puntos por alineación indebida
Debido a las denuncias ante la AFE, el Almería no pudo fichar y sólo le dejaron competir con jugadores que tuvieran contrato en vigor y con canteranos. Los futbolistas se encierran en la RFEF en Madrid una semana y salen el domingo para viajar a Almería y jugar ante el Getafe. Extenuados, el público los recibe puesto en pie, pero no pueden evitar la derrota. Los problemas seguían, Porta decide quitar cuatro puntos por alineación indebida y el club recibe una estocada mortal al descender deportivamente [más por obligación federativa que por deméritos] a Segunda B. Con una deuda de 233 millones, la Federación los baja a Tercera y ahí se acaba la aventura. La directiva dimite y califica de “incoherentes y dictatoriales” las exigencias federativas. Más de mil socios votan la propuesta de desaparición el 2 de septiembre de 1982 del club en una reunión en el Colegio La Salle.
Mármol Macael de 1956
A falta de referentes en la capital, el Mármol Macael fue el equipo almeriense más representativo a comienzos de la década de los noventa como Atlético Macael, pero coge el Mármol por cuestiones de patrocinio. Fundado en los cincuenta para competir en las ligas comarcales del Almanzora, fue en 1953 cuando se federa. Su época de mayor esplendor llega en el ya desaparecido campo de Las Nieves, donde logra el ascenso a Segunda B y disputa sendas eliminatorias de Copa del Rey ante Racing de Santander y Mallorca. Sin embargo, el traslado de campo pequeño y con mucha presión a uno más grande y con la afición alejada del terreno de juego, supone un cambio de rumbo absoluto. Si la masa social ya estaba muy acotada al ser el equipo de un pueblo de seis mil habitantes, la nueva Ciudad Deportiva echa a la afición y hace más gallitos a los rivales y más anticaseros a los árbitros. Así, en la temporada 1994-95, el equipo macaelero desciende por gol average a Tercera. La curiosidad de ese descenso radica en que el Atleti nunca había descendido de categoría en sus más de cuarenta años de historia, algo que sólo igualaban Madrid, Barcelona y Athletic Club. Pese a que el club compite en Tercera y en varias ocasiones se queda a las puertas de regresar a la categoría de bronce, la falta de apoyo económico de los empresarios de la zona termina provocando su desaparición.
De vuelta a la capital, el Polideportivo Almería nace un año después de la desaparición de la AD, en 1983. Si la extinta Agrupación había dicho adiós por la falta de apoyo económico, el Poli nace con el mismo estigma. Ya desde sus primeros partidos, los de Pepe Meca arrastran problemas monetarios. Su ascenso a 1986 a Segunda B no le ayuda a paliar la situación y su posterior descenso a Tercera en 1989 sí que los agrava y casi desaparece ese mismo año. Sin embargo, con permanentes cambios en la directiva, el club prosigue y vuelve al grupo IV. A duras penas, siempre con encierros de por medio, compite, llega a jugar una fase de ascenso a Segunda y recibe un soplo de aire fresco en 1999 con la visita del Barcelona en Copa del Rey.
Polideportivo Almería
Sin embargo, la temporada siguiente un proyecto ficticio encabezado por un empresario granadino sólo sirve para firmar la defunción. Muchos fichajes, jugadores caros y nada de dinero. A mitad de la campaña 2000-01, el club se retira, dos futbolistas, Juan Ignacio y Velasco, pasan al otro conjunto de la ciudad, Almería Club de Fútbol, y se producen la fusión de ambos clubes que dan lugar a la actual Unión Deportiva Almería. Un puñado de románticos se resiste a la desaparición de su Poli y lo resucitan en Provincial. Actualmente juega en Preferente, pero no podría competir en categoría nacional, si no paga la enorme deuda que tiene con la Seguridad Social.
El proyecto ficticio del Poli Almería sucumbe a mitad de la campaña 2000- 2001; la fusión con el Almería da lugar al actual equipo que juega en Primera
La última desaparición, y la más reciente, es la del Poli Ejido. El conjunto celeste nace en 1969 y hasta comienzos de siglo su mayor éxito había sido ascender a Segunda B. En verano del 2000, gracias al apoyo municipal y a los empresarios del poniente, poderosos gracias al archiconocido mar de plástico, Antonio Tapia mete al Poli en Segunda. Sin embargo, el club ejidense no sabe torear con la fama y el ascenso una temporada después de la Unión Deportiva Almería a la categoría de plata, le hace perder los papeles. En su empeño por ser el primer equipo de la provincia y ascender a la máxima categoría antes que su vecino, convertido en enemigo de repente, el presidente celeste, Gabriel Hidalgo, comienza a derrochar dinero con fichajes que ni clubes de Primera podían permitirse.
Entre que la crisis comienza a hacerse notar, lo que provoca que el Ayuntamiento ya no invierta tan alegremente en el club, y que la dirección deportiva no existía, todo eran billetes y más billetes, en vez de en Primera, el Poli Ejido acaba en Segunda B en 2008. El conjunto compite en la categoría de bronce en busca del ascenso, pero el agujero económico, ya bestial de por sí, sigue incrementándose. Una vez que tuvo que acogerse a la ley concursal y el presidente de toda la vida, Gabriel Hidalgo, se marchó, la suerte estaba echada. El 9 de enero de 2012, el club da la carta de libertad a todos sus jugadores y el club se queda al borde de la desaparición tras la espantada de unos supuestos inversores.
La directiva en funciones anuncia la retirada a mitad de la temporada por no tener jugadores para jugar ante el Villanovense, pero incomprensiblemente acude al partido ante el Lorca cargado de juveniles. Después de un esperpéntico 0-14, la Federación toma cartas en el asunto y expulsa al Poli Ejido, cuyo administrador concursal disuelve poco después.
Si estos cuatro son los ejemplos de desaparición, el Roquetas descendió administrativamente por culpa de la crisis. Cuando casi cumplía ochenta años de historia [fue fundado en 1933], los rojillos vivían su época gloriosa con el ascenso en 2008 a Segunda B. Los roqueteros, con una masa social insignificante y que hizo insostenible la supervivencia de un club cuyo principal sostén era el Ayuntamiento, subieron por primera a la categoría de bronce cuando el dinero comenzaba a marcharse del fútbol. Cuatro campañas en el grupo IV, en la tercera se quedó a las puertas de la promoción de ascenso a Segunda, que le sirvieron al Roquetas para disfrutar de partidos ante equipos históricos como el Jaén, Granada, Melilla, Cádiz, Ceuta o el derbi ante el Poli Ejido, pero que le dieron el golpe de gracia económico.
El conjunto rojillo descendió a Tercera tras caer 1-0 ante la Balompédica Linense y las denuncias de sus futbolistas por impago ante la AFE provocaron su renuncia a la categoría. Sin embargo, el Club Deportivo Roquetas no desapareció y ahora milita en Primera Andaluza con un equipo totalmente amateur, que pagó los excesos pasados con la imposibilidad de ascender a categoría profesional la temporada pasada por castigo federativo. Esta campaña sí que puede subir, aunque la intención del club es vivir de la cantera y no emprender ningún proyecto ambicioso hasta que la abominable crisis decida marcharse.
Roquetas en un partido de esta temporada 2013-2014
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