Aceite con sabor a tradición
· Un grupo de vecinos del municipio, ante el temor a que la agricultura local quedara en segundo plano, puso en marcha hace ahora 25 años la cooperativa que hoy gestiona la Almazara de Felix
FRAN MATURANA 05 Noviembre, 2016
Cálido y acogedor por sus gentes, el municipio de Felix regala la belleza de la que al menos una vez en la vida deberían disfrutar los sentidos. El Balcón del Poniente ofrece una panorámica singular desde la que se puede contemplar la grandeza de la comarca productora almeriense y la inmensidad de un Mediterráneo que enamora.
La economía tradicional de este pueblo hasta los años setenta estuvo basada en la agricultura, donde se cultivaban cereales, cebada para los animales y trigo para el elaborar el pan. Además de olivos para obtener el aceite o los almendros, que formaban los pilares de una economía que se podía considerar de subsistencia. Eran otros tiempos y el desplazamiento de los vecinos para enredarse en la agricultura intensiva fue dejando, poco a poco, en segundo plano una agricultura local que hoy subsiste gracias a la Cooperativa Olivarera de Felix.
Pese a no ser una zona de volumen, tampoco lo es hoy, la importancia del olivar era tal que llegaron a funcionar tres almazaras al mismo tiempo. "En la campaña 91-92 solo quedaba en funcionamiento la almazara de 'La Fábrica', en la Carretera, donde hoy hay un restaurante", cuenta Juan García, socio de esta cooperativa y también miembro de la Junta Directiva de Asaja Almería.
El carácter marginal de la aceituna en la zona y el miedo al que otrora fue un pilar básico en el municipio quedara en el ostracismo, un grupo importante de vecinos se vio en la necesidad de crear una cooperativa que mantuviese viva esta tradición.
Casi como algo premonitorio, de las tres almazaras que pasaron a mejor vida fue 'La Constancia', situada en la Calle Segunda del Campo, fue la elegida por los 103 socios que por aquel entonces se unieron para remodelarla con los escasos fondos de los que disponían. Un año después, en febrero de 1.993 y coincidiendo con el momento de molturar la aceituna en aquella campaña, la Almazara de Felix comenzó su andadura.
Como cualquier comienzo, este tampoco fue fácil. La escasez de fondos hizo que los primeros socios, de manera totalmente desinteresada, trabajase fines de semana en las obras de acondicionamiento de las instalaciones. La maquinaria se compró directamente de Úbeda (Jaén) y hoy día, después de varias fases, esta almazara cuenta con todo lo necesario para molturar la aceituna y extraer un aceite que no deja indiferente a nadie. No hay otro que se le asemeje y se debe a dos factores que son claves. Por un lado el método de obtención, a través de maquinaria totalmente tradicional y mediante primer prensado del fruto en frío. Un tipo de molienda que está totalmente en desuso y que en la provincia ya es el único ejemplo viviente. Actualmente, la mayoría cuenta con molinos de martillos de eje horizontal, sistemas mucho más modernos donde la aceituna se va introduciendo de forma totalmente automatizada y donde recibe el impacto de martillos metálicos a gran velocidad.
El otro factor que hace inconfundible a este aceite, que destaca por su sabor y pureza, es la materia prima. Su aceituna es de olivos centenarios de la variedad cornicabra y tiene un origen muy particular. "Durante casi 200 años, y esto se extendió hasta bien entrados los años sesenta, la mayor parte de los agricultores de Felix completaban su fuente de ingresos con los trabajos de azufrado en los viñedos de media España. De abril a junio de cada campaña viajaban hasta Toledo donde comenzaban una labor que se extendía hasta el País Vasco. Fue en Mora, Toledo, donde conocieron esta variedad de oliva que les llamó la atención por su calibre y el rendimiento que ofrecía", cuenta Juan García sobre una aceituna que es única en Almería y que se concentra de manera exclusiva en el término municipal de Felix. Con un rendimiento la pasada campaña del 27%, muy por encima de los 18 de media con los que suelen contar el resto de variedades, los hoy 206 socios de la Cooperativa de Felix elaboran un aceite único y muy apreciado por todo aquel que lo prueba.
Esta firma produce del orden de 300.000 kilos de aceituna al año para elaborar un aceite de consumo propio y cuya producción, según las previsiones, se verá mermada hasta en un 25% debido a la acuciante sequía que sacude este año a la provincia y que está poniendo entre la espada y la pared a los cultivos de secano. "El olivo es un cultivo muy agradecido y esperemos que antes de final de diciembre, momento de comenzar la recogida, se registre algo de lluvia para darle un tirón al fruto. Si eso pasa la merma será menor", explica Juan Antonio Navarro, socio número 5 de la Cooperativa y secretario del Consejo Rector, quien abre las puertas de la genuina Almazara de Felix a Diario de Almería, lugar este donde se puede respirar toda la tradición agrícola de un municipio reacio a perder sus raíces gracias a este grupo de vecinos.
En su interior espera Juan Amat, el presidente, quien estos días ya se encuentra preparando la que será la nueva campaña productiva. "El año pasado obtuvimos el segundo mejor rendimiento desde que nos pusimos en marcha, pero la sequía hará que en esta ocasión baje. Esperemos que no mucho", lamenta el responsable de esta almazara que en cuya filosofía solo se seleccionan las mejores aceitunas y de una misma variedad. "No aceptamos otras que no sea la cornicabra de nuestra zona, porque este proyecto no nació para el lucro, sino para mantener viva la esencia de nuestra agricultura y de un aceite que es único por su calidad".
Aceite con sabor a tradición
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